Marina Brown
Hace 10 años que mis padres decidieron ingresarnos a mi hermana y a mi a un internado en Inglaterra por nuestra seguridad, el trabajo de ambos es muy reconocido en América y vivían con miedo de que nos hicieran daño ya que no todo el tiempo lo pasaban con nosotros. Exagerados, en nuestra opinión.
Mi padre americano y mi madre colombiana, encuentran el punto medio entre sus vidas en la Ciudad de México, ahí nacimos Alicia y yo.
Era gracioso porque nadie creía nuestro parentesco ya que mientras ella es idéntica a papá: morena, cabello color miel, ojos color chocolate preciosos; yo soy más como mi madre: blanca, cabello cobrizo y ondulado, ojos celestes y pecas por toda la cara.
—Me quiero quedar, Ali.
—Mar, no. Es hora de regresar a casa ¿si? —dijo tomándome de las manos— Papá y mamá por fin aceptaron que regresemos, por favor, no hagas que cambien de opinión.
—¿No te das cuenta de todo lo que dejaremos?
—Sí Marina pero no lo estamos perdiendo, siempre puedes seguir en contacto con todos.
—Ajá, como si fuera lo mismo.
—Ladies, your car is waiting downstairs. Hurry up, please. —dijo la directora con su fino acento inglés entrando a nuestra habitación para luego salir de inmediato.
Terminé de armar mis valijas a las fuerzas, sé muy bien cuánto quiere regresar a casa Alicia y mis padres lo hicieron todo muy claro, o regresamos las dos o ninguna. Tuvimos la oportunidad de regresar hace 3 años, cuando cumplí 16 pero ella accedió a quedarse por que yo estaba en una relación. Ahora que estaba soltera ya no había excusa.
—Bye guys, bye Miss Julianna. I hope to see you all very soon. —nos despedimos de todos ahí y partimos hacia el aeropuerto.
En realidad los extrañaría, mis amigas, amigos, profesores. No quería regresar, mi vida ya se había formado en Inglaterra, pues no dejé a muchas personas en mi ciudad, situación completamente opuesta a la de Alicia, a ella la ingresaron a los 13 años y ella dejó a muchas personas importantes en la Cdmx.
Nos dirigíamos a Bogotá, Colombia, la ciudad natal de mi mamá ya que coincidió que en estas fechas era la fiesta de cumpleaños de su mejor amiga a la cual nunca faltábamos, hasta que nos enviaron fuera. Nuestros padres decidieron que era buena idea que hiciéramos nuestro gran regreso allí, odiaba la idea pero ya qué.
Pasaron las horas y finalmente arribamos al Aeropuerto Internacional El Dorado, vaya que estaba cansada. Recogimos maletas y nos pusimos en búsqueda de nuestros padres.
—Hola, Alicia y Marina ¿verdad? —se acercó un chico de lentes muy alto— Mi nombre es Simón Vargas, no sé si me recuerdan, hijo de Juana Morales —dijo un poco nervioso— Gabriela, digo... eh... su mamá me pidió que las recogiera.
Genial, no pudieron ni recogernos personalmente en el aeropuerto.
—Oh, hola. Si somos nosotras. ¿Qué tal, Simón? —dijo mi hermana dedicándole una sonrisa
—Un gusto verlas después de tanto tiempo. —depositó un beso en su mejilla haciendo que ella se sonrojara
Rodeé los ojos y me dispuse a caminar.
—¿En dónde está nuestro transporte?
—Síganme —dijo Simón bastante energético
En el camino Simón y Alicia se la pasaron charlando como si se conociesen de toda la vida, que seguramente es así pero no lo recuerdo.
Pasamos a nuestra casa a dejar las maletas, ya había olvidado lo mucho que me gustaba esta ciudad y mi casa aquí. Después Alicia y Simón se dirigieron a casa de los Vargas, que se encuentra ridículamente cerca (al igual que todas las casas de las mejores amigas de mi madre), en donde según él se encontraba mi mamá.
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11 Besos - Juan Pablo Isaza
RomanceCon un beso llegó la calma, con un beso se fue el dolor, de esos besos que ganan guerras a tu favor. Unos besos salen del alma y otros besos del corazón, y la magia es que yo en tu boca encontré los dos. Fanfiction de Juan Pablo Isaza de Morat. Hiss...