CAPÍTULO 12

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MARINA BROWN
Sabía que estabas brava pero no que era para tanto.—dice con las manos en su estómago.

Perdóname, Juan... Aunque la verdad es tu culpa, creí que eras un maldito violador.—le reclamé.

—Ya... pues que bueno que no. Pero bien lo pude ser, no puedes irte sola a todos lados, Inna.

—No necesito de tu compañía o consejos, gracias.—dije y seguí caminando.

Definitivamente me estaba viendo muy grosera pero es que nunca podré mirarlo y no sentir nada. No sentir la necesidad de abrazarlo, tenerlo cerca. Y sabiendo que nunca podrá corresponderme, no me puedo permitir tener ese tipo de pensamientos.

—A ver, Marina, ya estuvo.—dijo enojado por lo que me detengo.

Juan Pablo Isaza enojado, conmigo, es algo que nunca he presenciado.

—Ya. Necesito saber que es lo que te traes. Pareces una niña.—dice y al ver que hablaba en serio suelto una carcajada.

—¿YO? ¿YO parezco una niña? Habla el que se besa con una tipa y se hace el que nunca la invitó a hacerlo, el que no quería, la víctima, el NIÑO.

—Entonces es eso. Mira que para empezar yo NUNCA la invité a hacerlo... y bueno ¿que? ¿qué tiene si lo hubiera hecho? ¿qué tiene si le hubiera pedido en ese mismo instante que se acostara conmigo? No es como si tu no lo hubieras hecho todos estos meses con tu novio.

Mi corazón duele conforme él habla y lágrimas amenazan con caer a mis mejillas. Es ahí en donde él para.

—Perdóname, yo...—trata de tomar mi mano pero me suelto.

—No. Tienes razón.—dije aguantando las lágrimas— Tu y yo solo somos amigos, nada de nuestras relaciones amorosas nos debería afectar. Es más, recuérdame pasarte su dirección, así vas y hacen lo que quieran juntos. Y discúlpame —dije derramando todas las lágrimas tercas.— por haber impedido que viniera a tu concierto.

Siempre trato de ser muy fuerte pero con Isaza nunca lo logro. Traté de seguir mi camino pero él me detiene.

—¿Crees que me importaba si ella venía? ¿Crees que me importaba si quiera un poco lo que pensara de mi al empujarla tras besarme? Es que tu de verdad no entiendes.—dijo frustrado— Eres tú. Siempre has sido tú.

Sus palabras entran a mis oídos pero no entiendo nada. Me quedo petrificada. ¿"Eres tú"? ¿Qué quiere decir con ESO?

—Desde que te conocí supe lo importante que llegarías a ser en mi vida pero igual siempre callé para no arruinar nuestra amistad porque sabía que tú nunca me verías como algo más. Pero ya no aguanto más, ya no puedo vivir más sin decir lo que siento. Sabiendo que nunca tendré mi respuesta si no me arriesgo. Creí que hoy cantándote te enterarías pero al ver que no, necesitaba decirlo.

No sé que decir. Mi cuerpo tiembla, ya no sé si por los nervios o por el frío. Quiero decirle que todo eso que él siente, todo lo que dijo en su canción, yo también lo siento.

—Juan Pablo... yo no... ahora mismo yo no puedo.—dije aunque mi corazón gritara lo contrario.— Perdóname, yo, necesito que me lleves a casa, por favor. No traje mi celular y no puedo ordenar un Uber.

No estoy lista.

Juan Pablo deja caer su mirada al piso y suspira con pesar.

—Ya lo llamo.

El trayecto a casa fue demasiado largo y silencioso. Me dolía que fuese así.

Creí querer escuchar lo que me confesó Juan desde hace tiempo pero estaba equivocada. Ahora solo tengo miedo, nuestra amistad no aguantará estos corazones rotos.

11 Besos - Juan Pablo IsazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora