11 Besos - Juan Pablo Isaza

CAPÍTULO 2

Marina Brown

-MARINA.-caigo de la cama por un grito directo a mi oído

-¿PERO QUÉ TE PASA? -me levanté molesta

-Que te vengo hablando desde hace rato y tu ni en cuenta. Mis papás quieren verte.

Alicia sale de mi habitación y yo solo suelto un largo suspiro y un quejido. Me siento en la cama y reviso mi celular. Dormí muchísisimo, récord de vida.

08:47 a.m.

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Creo es el chico que nos recogió en el aeropuerto. Ese es su nombre si no mal recuerdo.

Antes de poder si quiera desbloquear mi teléfono irrumpen nuevamente en mi recamara.

-Me parece difícil de creer que mi propia hija no quiera verme.

Corrí a abrazar a mi padre y solté unas lagrimas escondida en su cuello. Sé que estaba enojada pero lo extrañé demasiado. Mi papá y yo siempre fuimos inseparables, en las reuniones sociales yo solía aferrarme a él y no me despegaba ni para hablar con mi hermana o amigos.

-Les organizamos una linda comida a Ali y a ti. Teníamos invitados esperándolas y decidiste que no te apetecía ir. -dijo un poco serio

-Pa, venía cansada. Sigo cansada. Perdón, no sabía que era tan importante asistir.

-Déjalo que a mi no me importa mucho, con saber que llegaste bien yo estoy feliz. -me plantó un beso en la cabeza- Tu mamá es la que esta un poco brava.

-Iré a hablar con ella.

-Date una ducha antes y vístete, acompañarás a tu hermana a comprar algo para ponerse hoy en la noche. Y ni se te ocurra decirle a tu madre que sigues cansada que te va a cantar las cuarenta. Has dormido más de 12 horas.

-Ya, ya.

Papá se fue y después de realizar un mini berrinche silencioso me dirigí a la ducha. Sequé mi cabello y me vestí con unos jeans rotos y desgastados a la cintura, una blusa corta de manga larga blanca con rayas negras horizontales y unos tenis perfectamente blancos. Me apliqué blush, chapstick, cepillé mis cejas y lista. Realmente no hay mucho que hacer cuando estas cubierta en pecas.

-Buenos días familia -dije entrando al comedor en donde se encontraban todos desayunando.

-¿Qué tal dormilona? -la abuela me dedico una linda sonrisa

Vaya que los extrañaba.

Me disculpé con mis papás por faltar a la comida, mamá me reprochó que quería que viéramos a sus amigos y a sus hijos antes de la fiesta de hoy, me disculpé nuevamente. Dejamos el tema atrás y conversamos sobre lo mucho que extrañábamos América. Terminamos de desayunar, subí a cepillarme los dientes y con mi hermana nos dirigimos a la plaza más cercana para buscar algo que vestir hoy en la fiesta.