Capítulo 6

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Narra Miriam.

Nos quedamos mucho tiempo abrazadas esperando a que Ana se tranquilizara para que me cuente lo que le pasaba. Cuando sus sollozos eran cada vez más lentos me atreví a preguntar.

-¿Me quieres contar lo que te ha pasado? -dije separandome de ella y atrapando su cara con mis manos.

-Mi novia, bueno exnovia, ha vuelto después de seis meses. Se fue sin decirme nada y a mí me costó mucho superarlo. Cuando ya estoy bien va la tía y vuelve otra vez. Y encima me confiesa que me ha sido infiel.

-Esa tía es gilipollas, Ana. -limpié una lágrima que caía por su mejilla.

-Pero yo la quería, Miriam. De hecho, creo que aún ni lo he superado del todo, porque me ha dolido lo que me ha confesado y me ha dolido volver a verla otra vez porque se han removido cosas que pasaron en un pasado y yo ya conseguí olvidar. Y ahora viene ella como si no hubiera pasado nada y me jode, Miriam. Me jode.

-Pero... ¿tú la sigues queriendo? -pregunté con miedo.

-No lo sé Miriam. Me ha dolido mucho lo que ha hecho y no quiero sufrir más por ella, quiero pasar página Miri. Pero... no... no puedo hacerlo.

-Si que puedes, Ana. De lo poco que te conozco sé que eres una tía fuerte y que puedes con esto y más.

-Gracias, Miri.

-Y ahora vamos que es nuestra noche. -me levanté y le tendí la mano para que hiciera lo mismo.

-Oye, ¿esa es compañera vuestra? -dijo señalando a Alba cuando ya habiamos salido de su despacho.

-Eh... sí, ¿por qué?

-Se esta liando con mi camarera. -dijo riendo.

-Bueno, da igual. Vamos a bailar. -tiré de su mano y nos fuimos a la pista de baile.

Esa noche me lo pasé súper bien, estuvimos a punto de besarnos muchas veces pero siempre nos interrumpían. A partir de ese día y después de todo lo que habíamos pasado, Ana no me volvió a dirigir la palabra y yo no entiendo a esta chica porque estamos súper bien a punto de besarnos y de la noche a la mañana no me habla. Esta chica no hay quien la entienda.


Narra Ana.

Me sentía muy mal por Miriam. Había sido muy buena conmigo y ahora me arrepiento un poco de haberla dejado así pero lo primero es lo primero, así que, manos a la obra.

-Bueno chicos, espero que hayáis descansado porque hoy vamos a empezar a armar todo el plan del robo. -Aitana parecía un poco dormida. -Aitana, ¿estás bien?

-Ana... anoche Nerea me dijo de intentar algo y le dije que sí y... lo hicimos. -me quedé flipando con lo que me había dicho.

-¿CÓMO? -dije con los ojos abiertos de par en par.

-Lo siento Ana, de verdad. Pero es que me gusta mucho.

-Aitana, ¿tú eres consciente de que estamos haciendo el robo más peligroso hasta la fecha? Y Nerea es policía y como nos pille estamos en la mierda, ¿entiendes?

-Lo sé... pero creo que me he enamorado, Ana. Nunca me había sentido así con una persona.

-Mira Aitana, no te voy a prohibir que estés con ella pero yo lo he dejado todo por este trabajo, he dejado a mi familia, a mi precioso pasado, y ahora, a Miriam, por que sí, a mí también me gustaba Miriam pero me he jodido y me la he jugado por lo que llevo luchando mucho tiempo, no lo voy a tirar todo por la borda.

Aitana se quedó callada con la cabeza baja.

-Yo... a mí... también ,me gusta Alba... -dijo Natalia.

-¿Pero qué os pasa? ¡Que son policías joder! ¡Que nos estamos jugando nuestra puta vida! -dije muy enfadada.

-Ya lo sabemos, Ana. Pero nosotras no tenemos culpa de que nos gusten, eso no se elije joder. Y si tú eres una amargada que sólo le interesa el trabajo pues hazlo tú porque yo ya paso, y voy a seguir adelante con Nerea. -y se fue. Las palabras de Aitana fueron duras pero ciertas.

-Jefa, yo te entiendo. -me consolaba Alfred.

-Si tiene razón, Alfred. Soy una amargada que vive para trabajar y no trabajo para vivir.

-Pero lo haces por una buena causa, gracias a ti la pobreza se ha reducido.

-Lo sé, Alfred. Por ese motivo sigo haciendo mi trabajo, sino créeme que ya lo hubiera dejado hace tiempo.

-Bueno, no te preocupes que se le pasará. -me dijo mientras me daba un abrazo.

Subí al bar, hoy no iba a abrir, no me apetecía. Al final con todo lo que ha pasado no hemos montado nada, así que decidí que como nadie estaba por la labor, lo iba a empezar yo. Monté el plan de entrada, el desarrollo y el plan de escape. Entraríamos por el techo del museo, para no ser vistos por las cámaras de seguridad de la entrada ni de las del pasillo, he calculado el rango de las cámaras y he localizado el punto ciego de cada una por esa zona, da la casualidad que hay un pasillo entre los puntos ciegos de cada cámara en el que podremos avanzar cerca de la zona del rubí. Para llegar hasta él, Alfred hackeará las cámaras que vigilan al rubí, una vez bloqueadas las cámaras Aitana me ayudará a avanzar hasta el rubí sin dejar rastros y lo cogeremos entre las dos. Natalia nos ayudará a subir, y si algo sale mal ella se encargará, ya que es una experta en eso de hipnotizar a todo el que nos pille.

Cité a todos los del equipo en la Batcueva. Aitana seguía enfadada conmigo pero sin embargo bajó con el resto. Les expliqué el plan con cada detalle, cuando todos parecían estar a gusto con su labor me disponía a irme, en cambio, Aitana me frenó.

-Ana, un momento. -me frenó.

-Dime.

-Que lo siento por lo que te dije antes eso de que eres una amargada y todo, estaba enfadada y he dicho cosas que no pienso, eres mi hermana mayor y es imposible que pueda estar peleada contigo, creo que ya lo has visto. -dijo eso último riéndose.

-No te preocupes, Aiti. Tú eres mi hermana pequeña y también sería incapaz de estar peleada contigo. -nos abrazamos.

-Te quiero mucho, Ana. -me dijo en el abrazo.

-Yo más, peque.

-Y ahora, vamos a hacer justicia de una vez y vayamos a robar el dichoso rubí.-dijo con orgullo.

-Cada vez te pareces más hablando a mí. -dije riéndome.

-Bueno, dicen que todo lo bueno se pega ¿no? -me reí ante el comentario y la abracé. Quería mucho a esta gran personita.



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⏰ Última actualización: Dec 13, 2019 ⏰

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