Capítulo I: Amor a primera vista

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Apenas amanecía, Valt se había levantado temprano.
El cielo comenzó a tornarse azul y las nubes fueron "desapareciendo".
Saltó de la cama y se dirigió a la mesa —unos cuántos pasos y se encontraba en ella, puesto que su casa solo tenía una habitación—, como todos los días, ésta estaba vacía.
No se sorprendió ya que estaba acostumbrado. Digamos que era su rutina de todos lo días, se preguntó porque seguiría con vida si era tan pobre.

Tomó unas monedas de la alacena y salió de casa.
Las calles por dónde caminaba no habían tenido cambios en los últimos años, tenían techos de lamina y paredes de madera. La suya tenía ladrillos y agradecía eso.
La panadería no estaba lejos, solo unas cuántas calles.
Un amigo suyo vivía ahí y su padre era dueño de aquella panadería.
Estaba localizada en la región "M".
Prácticamente, todo el lugar estaba dividido en tres regiones: "A" "M" y "B" que en términos sencillos significan: "Alta" "Media" "Baja".
El vivía en la región B, pero la región M tenía compasión de la más pobre y eso era suficiente para vivir.

Como todos los días, solo compró dos barras de pan.
Salió de la tienda rápidamente, sabía que sus padres ya deberían haber despertado y sus pequeños hermanos comenzarían a llorar de hambre.
Apresuró el paso, y sin siquiera notarlo, se estampó con un joven enmascarado.
El pan cayó al suelo y se llenó de lodo, Valt cayó a un lado de este y el otro joven solamente se tambaleó pero no cayó.

Se dio cuenta del desastre que ahí se había hecho, y cuando iba a levantarse el joven enmascarado le tendió la mano.

—Dejame ayudarte —dijo dulcemente.

El chico tomó su mano se puso de pie, volvió su cabeza hacia el pan, que ahora era una bola de lodo.
El otro joven notó esto y rápidamente volvió a hablar.

—Lo lamento mucho —de su bolsillo, sacó una pequeña bolsa de tela y se la ofreció al muchacho de cabello azul— Toma —le dijo— ¿puedes conseguir más?

Valt miró la bolsa un momento y luego miró al joven, estaba desconcertado. Ni siquiera sabía quien era la persona con quien hablaba, y le habían enseñado a no hablar con extraños.
El albino le ofreció la bolsa de nuevo, esta vez, tomando la mano del otro y dándole la bolsa.

—Una vez más, lo lamento mucho.

Se alejó lentamente y Valt solo le siguió con la mirada. Seguía atónito por lo que acababa de ocurrir.
Se le ocurrió abrir la pequeña bolsa, para encontrarse con un montón de monedas de oro.
Sus ojos se abrieron como platos, cerró la bolsa y empezó a correr tras el albino.

Tras perderse un par de veces, por fin se topó un el joven, quién notó su presencia en cuánto se le acercó.
Se miraron un momento, Valt jadeaba y estaba recargado en sus rodillas.
El otro joven se le acercó lentamente.

—Me has seguido hasta aquí... ¿Por qué?

—Quería... Yo quería... —no podía formular una frase, estaba exhausto— quería agradecerte... Por...

Fue interrumpido por el albino, quién se quitó la máscara.

—No hay problema. Siempre es un placer.

Valt le miró fijamente, luego reaccionó, gritando dijo:

—¡Oh Dios mío! ¡Tú... Tú eres...!

Mi prometido | Shu x Valt | BeyBlade BurstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora