Mi prometido | Shu x Valt | BeyBlade Burst

Capítulo V: Estoy contigo, no importa qué

—¡Padre! ¡¿Cómo es que llegaste antes?! —estaba muy sorprendido, su madre le había dicho que volvería el día de su boda ¡y no era el día de su boda! ¡Carajo! Iban a matarlo ahí justo.

—Eso no importa ¡¿Qué haces con un muchacho?!

—Yo...

No pudo terminar de hablar, su padre lo golpeó en el rostro y tomó del brazo a Valt llevándolo consigo afuera.
Encerró al albino y arrastró al de cabello azul hasta el salón, donde le expulsó ante todos los presentes ahí.

Dio indicaciones a Illumi y ésta llevó al joven hasta el calabozo.
Le encerró en una celda, se dio la vuelta y se fue.
Valt le gritó antes:

—¡Espera! —dijo sacando su brazo de entre los barrotes— ¿Qué... qué van a hacerme?

—Van a ejecutarte. La guillotina, exactamente.

Se le erizó la piel, iban a matarlo y todo por enamorase.
La mujer se fue, dejándolo solo.
Se sentía horrible, no podía creer lo que le ocurriría.
¿Que dirían sus padres? ¿Le odiarían? No, no podía permitirse pensar en eso.
Comenzó a santiguar, agradeciendo por las cosas buenas que la vida le había dejado.

[…]

Illumi fue a la casa del joven —había conseguido la dirección (no pregunten como)— tocó lentamente la puerta.
La madre del muchacho abrió sin ninguna preocupación, le sorprendió ver a alguien de la clase alta ante ella.

La mujer entró, completamente seria, analizando el lugar.
Finalmente comenzó a hablar, comentó todo el asunto en el palacio y les dio la noticia de la ejecución del muchacho.
Luego de que toda la familia rompiera en llanto, se retiró deseando buenas noches.

Boa se quedó perplejo, no había dicho nada cuando regresó.
Simplemente dijo que él muchacho estaba ocupado y que volvería después... Y ahora iba a morir, eso no era lo que ambos habían planeado.

Todos se quedaron callados, sollozando, estuvieron en vela toda la noche, rezando por el chico, se preguntaron porque no les habían dejado verlo.
Mañana presenciarían la muerte de su hijo mayor, lo cual era una tortura.

[…]

El día había llegado, todo el pueblo estaba reunido.
Solo los padres de Valt habían llegado, Boa llegó aparte.
Valt se encontraba aún en los calabozos, escuchando a las personas hablar.
Pronto, dos guardias le sacaron de la celda y lo prepararon.

La guillotina estaba en el centro del patio, rodeado de gente.
Quería desmayarse para no sentir nada cuando le matarán, no lo logró.
Shu —aún en su habitación— sollozaba en un rincón, pedía a Dios un milagro, algo que pudiese salvar a su adoración.

Su ventana seguía rota, no quería asomarse a presenciar algo con lo que posiblemente cargaría toda su vida.

El rey dio unas palabras antes de comenzar, dijo que se desharían de un pecador, de un hijo del demonio que había ido a la Tierra para hacerlos sufrir a todos.

Esas palabras resonaban en la cabeza del albino, este quería salir de su habitación y gritarle sus verdades a su padre, deseaba hacerlo pero, aún seguía encerrado.

Valt observaba la entrada de donde provenía un rayo de luz, quiso escuchar la voz de sus padres pero no pudo; había demasiadas personas hablando y posiblemente ellos estarían en completo silencio.