Capítulo III: ¡La ayuda a llegado!

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—Mi nombre es Valt Aoi... Disculpe, creí que la tienda estaba abandonada...

—Lo está. Pero nunca recibimos muchas visitas.

—¿Reciben? Cuántos más hay con... —fue interrumpido.

—¿Conmigo? Solo soy yo, me gusta hablar en plural... ¡Pero ahora dime! ¿A qué has venido aquí?

—Bueno... —recogió las telas del suelo y las sacudió— vine por esto —alzó las prendas y se las mostró.

La persona salió de las sombras y se posó frente a Valt.
No tenía idea de quién era, nunca le había visto.

—Si solo vienes por esto, por mi esta bien.

Era un joven de —casi— su misma edad, tenía el cabello alborotado y miraba las prendas que el de cabello azul llevaba en un antebrazo, analizándolas.

—¿Como te llamas?

—¿Uh? ¡Oh! Soy Boa Alcazaba.

—Un placer.

—Igual y... ¿Para que llevas tantos vestidos? ¿Tienes muchas hermanas o...?

Valt procesó las preguntas, luego reaccionó dando un pequeño salto.

—¡Oh no! Tengo sólo una hermana, pero es muy pequeña para usar esto. Son para mi, voy a...

Se interrumpió a sí mismo, ¿podía contarle a un extraño que iba a casarse con Shu? Se lo pensó dos veces.
Boa notó esto al instante y sacudió las manos.

—¡Oh! No es necesario que me lo digas. Entiendo.

—Gracias.

El joven miró al de cabello azul con curiosidad. Le tomó del rostro y se le acercó tanto, que Valt se alarmó.

—¡Oye qué...!

—Shu...

El muchacho se sorprendió, ¿como sabía de Shu? Bueno, era el príncipe pero... ¿Cómo sabía que había estado con él?
Se soltó del agarre de Boa y retrocedió rápidamente.
El otro joven le miró confundido, luego habló.

—Lamento haberte asustado. Pero... Llevas su aroma. Acaso... ¿Sales con él?

Valt se alarmó a un más, y su piel se erizó. ¿Por qué conocía el aroma de Shu? Y... ¿De verdad olía a él? ¿Eso se puede?

—Yo... —no pudo formular una frase, estaba muy nervioso.

—Si, sales con él. Puedo verlo en tus ojos —miró las prendas—, y te llevas eso porque... —entrecerró los ojos y luego saltó sorprendido— ¡Vas a casarte con él!... ¡Claro! ¡Las pruebas de casamiento son pronto! —comenzó a murmurar cosas, eso fue suficiente para que la cabeza de Valt explotara.
¿De dónde sabía eso? ¿Les había espiado?.

—Me estás asustando. Creo... Creo que me iré ahora.

—¡Espera! Yo puedo ayudarte.

—¿Ayudarme? ¿Cómo?

Boa se acercó a él.

—Bueno. Conocí a Shu una vez, un chico agradable, a veces vanidoso pero agradable. Fuimos amigos una vez, pero digamos que la región M no es muy bien recibida por allá.

—¿Eres de la región M? —sus ojos se abrieron como platos y su voz se alzó.

—Ehm... Si. Bueno, como decía. Dejamos de vernos después de que su padre descubriera que yo era medio pobre, sabes cómo son las personas de por allá.—Valt asintió— En fin, piensan que estoy muerto. ¡Y ahora tú has venido aquí por mi ayuda para casarte con él! Qué coincidencia ¿no? Estaría muy agradecido si, cuando te reencuentres con él, le digas que yo sigo vivo.

El joven observaba a Valt muy sonriente y sus ojos tenían un destello de esperanza.
Valt volvió a asentir, la situación lo tenía un poco incómodo pero a la vez agradecido.

—Entonces... ¿Vas a ayudarme?

—¡Por supuesto!

Boa tomó del brazo al muchacho y ambos salieron de la tienda.
Le pidió indicaciones sobre su vivienda, puesto que le dijo que en su casa la ayuda sería más fácil.
En el camino, Valt reveló ser de la región B, por lo que el otro muchacho le dijo que la cosa sería complicada, pero que lo lograrían.

Llegaron a la casa y el chico se presentó, dijo que estaba ahí para sacar de la miseria a la familia.
Los padres del chico de cabello azul dudaron, pero luego le dieron aprobación.
Comenzó explicando lo que harían, ayudaría a las mujeres a hacer "cosas de mujeres" y lo mismo con los hombres —pero con "cosas de hombres"—, para Valt, esto fue diferente, a él le dio una pequeña guía de las pruebas de casamiento, puesto que las conocía ya que el mismo Shu se las mostró alguna vez en el pasado.

Tuvo que convertirse en dama, una verdadera dama de la realeza.
Las pruebas serían en dos meses, y su aprendizaje fue apresurado pero perfecto.
Una vez estuvo listo, Boa le vistió como una chica, una linda chica digna de ser reina.
El compromiso con Shu fue secreto de los dos jóvenes —y Boa, claro—, en cuanto estuviera aprobado, soltaría todo.

[…]

Las pruebas se realizarían por la mañana, casi las 8:00 a.m.
Shu se encontraba en su alcoba, cubriéndose con las mantas para que el sol no le diera en el rostro.

Su madre estaba ya preparada, recibiendo un montón de chicas candidatas para el compromiso con su hijo. Por petición de Shu, algunas eran de la región M —ya que, supuso que Valt era de esa región, pero estaba muy equivocado—, el rey no estaba en el palacio aún, así no había que preocuparse de que eliminara a las jóvenes.

Valt se encontraba ya ahí, Boa lo había acompañado hasta la puerta y le había deseado suerte.
Estaba completamente nervioso, no sabía si le iría bien, le preocupaba que lo descubrieran.
No vio al albino en ningún lado, creyó que tal vez llegaría después... O quizá no lo haría.

En cuanto hubo las suficientes chicas —que eran miles— la reina comenzó a hablar.
Le dio la bienvenida a las jóvenes presentes, aclaró reglas y envió a sus sirvientes a vigilar.
Dio la señal y las pruebas comenzaron.

Eran un total de 5, las cuáles tendrían que terminar esa misma tarde.
Valt miraba a todos lados, se topó con la mirada de una chica rubia que le miraba con cólera. Ignoró aquello por completo y se concentró.
Boa estaba afuera del castillo, sentado en una roca esperando a su amigo.
Confiaba en que él muchacho conseguiría la victoria y les haría la vida más fácil a todos.

Valt se topaba constantemente con la chica rubia mientras ejecutaba las pruebas.
Pero se alarmó cuando, en un pequeño descanso, la chica se le acercó a él y le susurró al oído.

—Lo sé...

...

Mi prometido | Shu x Valt | BeyBlade BurstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora