ES COMO UN JUEGO

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Todo estaba calmado... demasiado para ser cierto, no necesité de presentimientos para saber que no demoraba en llegar el caos a tocar la puerta de aquel salón, pues me basté con la información sacada de Internet y la experiencia de los videojuegos. A lo lejos se escuchaban aún disparos y explosiones que cada vez se hacían menos, en Internet solo decía que debíamos evitar el contacto con cualquier persona o animal infectado, buscar refugio y no salir de casa.


Bogotá D.C viernes 1 de febrero de 2019. 16:27 horas (GMT-5)

Llevamos dos horas y media de discusiones, haciéndonos los sordos frente a los gritos y desesperados llamados de auxilio que provenían de afuera, no somos animales, nos duele cada ruido, cada llamado de personas agonizando sin ayuda alguna; considero que aquí están haciendo demasiado ruido pero no me importa, si hay que morirse pues nos morimos y fin del asunto... es mejor alternativa que estar escuchando a tres imbéciles discutir por horas sin llegar a nada, comienzo a pensar que si seria bueno que los mataran a ver si así llegan a algo concreto. Tengo hambre igual que todos en este salón y casi no se escucha la guerra afuera. Creí que la falta de alimento iba a hacer que me fuera, pero en vez de eso sacó un poco de valentía en mi, procedí a callar a los tres personajes que discutían si irnos, si separarnos o si quedarnos, y les dije que me importa un culo lo que hagan pero que el problema ahora es el hambre. Para mi sorpresa y por primera vez en mi vida los demás me apoyaron a pesar de lo que esto implicaba e inmediatamente me ofrecí para ir a alguna cafetería a coger algo de comer para todos, lo único que no me sorprendió fue que esteban propuso acompañarme, pues siempre lo he visto como un hombre decidido, correcto y valiente.

Todos están en silencio, esteban y yo en compañía de Mateo nos preparamos para salir con mucho miedo y arrepentimiento de la decisión que tomamos, pero la valentía no dura un segundo, tiene que ser siempre, así que lentamente mateo abrió la puerta y suavemente cuidando el sonido de nuestra respiración y nuestras pisadas, comenzamos a avanzar. El pasillo esta vacío y frente a nosotros esta el balcón con el panorama mas tétrico que jamas hemos visto: la totalidad destruida de una ciudad envuelta en una nube de humo proveniente de todos lados aún en llamas que, iluminada por la oscuridad y junto al sonido de las sirenas defectuosas  y un par de alarmas de casa, nos dan la bienvenida a la nueva e infernal ciudad de bogotá.

A nuestra derecha no hay mas que otro salón cerrado y a nuestra izquierda la vista se divide en dos, las escaleras que dan al piso superior y las que dan al inferior: a un mar de sangre y cuerpos mutilados arrastrados a lo largo del pasillo. Quedamos paralizados al ver semejante horizonte, parecían las escaleras que daban al cielo junto al martirio total, nos miramos y solo en ese momento, entendimos la gravedad del asunto: no es algo pasajero, no es un virus, es algo mucho mayor, algo con lo que no estamos en posición de jugar. Comunicándonos con señales pasamos por el balcón hacia los techos de la universidad, a través de los que podríamos bajar varios pisos sin tener que pasar entre los cuerpos de nuestros profesores y compañeros, al llegar al quinto piso deberíamos bajar unas escaleras hacia "la aburrida" donde hay una cafetería con suficiente comida. Pero apenas echamos un vistazo hacia la parte inferior de la universidad nos percatamos del baño de sangre que ocurrió mientras estuvimos escondidos. Al pasar el balcón del quinto piso, el escenario empeoró, no sabíamos ni siquiera diferenciar entre tripas, sesos y partes amputadas con la cantidad de sangre y cuerpos que habían. Me fue casi imposible no vomitar, pero creo que todos logramos contenernos.

Seguimos avanzando hasta que con el alma a punto de salirse de nuestra boca, nos topamos a un par de metros de nosotros, justo en la salida hacia la dichosa escalera de la aburrida, a dos individuos totalmente estáticos con la piel carcomida de pies a cabeza, no parecían muertos, se veían muy vivos, tan vivos como putrefactos. Afortunadamente no notaron nuestra presencia y aprovechamos para retroceder tomando la salida del baño y redondear la escalera para llegar a la aburrida. Al salir del edificio nos sorprendió no encontrar mas sujetos como los anteriores, por lo que en silencio y sin detenernos logramos dar con la plataforma que hacía de escenario en la aburrida, donde no volverán a contar chistes los jueves e igual que toda la universidad está llena de cadáveres recién hechos...

por fin hemos llegado a la cafetería "donde lucy".

Destello de VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora