Cap 7

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Con una sonrisa te agachaste para mirar al pobre incauto que había caído a tus pies.

— ¿Estas bien?

Preguntaste con el ceño fruncido.

— No, estoy ebrio. Y veo a la luna codearse con los mortales.

Una sonrisa fugaz cruzo por tus labios y me ayudaste a ponerme de pie.

— Sí que estas ebrio. Sientate y respira.

— Una diosa me está pidiendo que me siente con ella. Es hermoso. Y pensar que no quería venir a esta fiesta.

Una carcajada dulce broto de tu garganta y me miraste a los ojos.

— Pues salud amigo ebrio. Ya somos dos que no querían venir.

Me diste un vaso con agua. Y brinde contigo un poco más tranquilo.

Sí tan solo hubiera sabido que eras mi perdición. No habría bebido esa agua.

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