Cap 11

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Llegamos hasta el estacionamiento.
Tu vestido negro se arrastraba por el piso, quise levantarlo pero temía que si lo hacía me caería otra vez así que solo lo mire andar por el suelo.

Tu mano estaba entrelazada con la mía, de una forma dulce y firme.
La calidez que sentía era tan extraña que no podía dejar de ver nuestra unión.

No sabía que estaba haciendo, estaba ebrio y seguía a la desconocida más hermosa del mundo.

Pero me sentía vivo y feliz.
Ella provocaba ese efecto sobre mí.
Ella absorbía todo lo malo.

Ella se llevó todo en tan sólo una noche.

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