Ufff me salió más larga la traducción de lo esperado. Pero por fin les dejo la segunda y tercera parte del tercer capítulo. Espero les guste 😉
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El día siguiente llegó y la casa se encontraba prácticamente vacía, así que Renato y Fausto anduvieron en ropa interior, ordenaron comida china y pasaron la mayor parte de la tarde en el living viendo una maratón de las películas de Volver al Fututo que encontraron por accidente cuando se sentaron a ver la tele. Los padres de Renato se fueron a algún lado con los padres de Camila a hacer quien sabe qué. El castaño no había prestado mucha atención. Su hermanita Bruna había ido a ver una modista para que le arreglara unos detalles a su vestido, así que arrastró con ella a su novio – lo que era francamente genial. Ahora todo el mundo en su familia tenía a alguien, excepto Renato. Estaba cien por ciento seguro que sería el chisme de la boda.
Ese mismo día en la noche, tendrían la despedida de soltera de Camila, lo que les daba bastante tiempo para estar echados haciendo nada. En la mañana, Renato había conversado por teléfono con Mine y Agus, para saber cómo estaba su perrita y comentar los avances con Gabriel. No estaba muy seguro de llamarlo "avances", pero Fausto le aseguraba que si lo eran.
Después de la cena familiar del día anterior, Renato le contó todo a su amigo, a lo que él le respondió "¿Lo ves? Te dije que el chabón todavía te tendría ganas. ¿El loco te elogió ese delantal ridículo y quería saber si estas saliendo con un pibe? Lo tenes mal a Gallicchio ¿eh?".
Y aunque era agradable escuchar eso, Renato aún tenía sus dudas. Todavía no comprendía el significado de las palabras que Gabriel le había dicho en el restaurant o por qué seguía mirando al castaño de esa manera tan intensa.
Además, se había dado cuenta que Gabriel no mencionó a ningún chico cuando sus tías lo interrogaron por las personas con las que había estado saliendo. Ningún sólo pibe. Renato no tenía idea que a Gabriel le gustaran los chicos en general hasta ese día que chaparon en el living de su casa. Y después de eso, el castaño se esforzó por mantenerse alejado de todo lo que estuviera relacionado con Gabriel, como para preguntarle a su cuñada o a su hermano.
Renato no estaba seguro si el rizado había salido del closet con alguna persona. Tal vez ni siquiera tenía que salir del closet. Quizá esa noche solo había sido un error en todos los sentidos de la palabra, y Gabriel nunca volvió a considerar la idea de estar con un chico otra vez.
Camila lo había estado alentando durante todos estos días a seguir intentándolo con Gabriel, así que seguramente ella tenía más información al respecto. Le iba a tener que preguntar en algún momento.
"Deja de preocuparte por el sentido de la vida, boludo" Fausto le dio un sopapo en la nuca al castaño. Renato sólo resopló, sacando un puñado de pochoclos y comiendo en silencio. Estaba sentado en el piso mientras Fausto estaba echado en el sofá. Tal vez era un poco infantil de su parte, pero a Renato no le agradaba sentarse en ese sofá a ver películas. "Hoy es el mejor día de la semana, che. Hoy vamos a tener la despedida de soltero de Valen y Cami. Joda. Alcohol. Strippers. Y más alcohol" enumeró Fausto, sosteniendo 4 dedos en la cara de Renato "¿Qué más podes pedir, idiota? Relaja un poco el orto, man".
"Tengo el orto relajado, muchas gracias" replicó Renato, sacando de un manotazo la mano que tenía al frente de su cara "La joda es para que Cami disfrute, de todos modos""Sí, claro. ¿Vos me estás diciendo que no vas a disfrutar un montón de chicos sexys sólo en ropa interior, diseñada para que le metan billetes? Estoy sorprendido que no la tengas parada de sólo pensarlo" bromeó Fausto, empujando y haciendo reír a Renato. El castaño le lanzó un puñado de pochoclos en la cara.
Casi una hora más tarde, Stefi y Angela llegaron junto con la hermana de Cami y dos amigas más que el castaño no conocía, Thais y Agustina. Las chicas parecían más prendidas y dispuestas que Renato y Fausto. El castaño por fin comprendió lo que Stefi había querido decir con eso de que no quería causarle un infarto a la abuela de Camila con el vestido que llevaba puesto. Renato pensaba que la chica lucía adorable, pero la rubia le dio un golpe fuerte en el brazo cuando se lo hizo saber.
"¿Adorable? No me puse este vestido para verme adorable, no estamos yendo a una iglesia" discutió Stefi, haciendo reír a todas sus amigas. "Ange y yo le conseguimos los mejores strippers que conocemos, y creeme, aunque la joda sea para Cami, al final del día las solteras somos nosotras"
"¿Y ustedes dos no deberían estar listos?" preguntó Angela, cruzando los brazos y dándoles una mirada severa, como si no estar vestidos para ir a beber y mirar chicos desnudándose fuera una ofensa personal para ella. "Pensé que querías conseguir un poquito de acción esta semana, Tato. Deberías intentarlo con alguno de los strippers, porque Dios mío, esos pibes están para re chuparse los dedos".
Thais y Agustina empezaron a silbarle de manera obscena, Renato sólo rodo los ojos y respondió "No busco acción con cualquier chabón, gracias", tratando no ser muy específico porque estaba la hermana de Cami y ella también conocía a Gabriel. El castaño y Fausto subieron las escaleras para ir a arreglarse, así que Renato tomó una ducha y se puso otra tenida que Minerva había aprobado antes de viajar. Este juego de "vestir a Renato" ya se estaba volviendo un poquito agotador, se sentía como una clase de muñequito. Aunque tenía que admitir que Mine tenía buen gusto para combinar su ropa.
Cuando por fin bajaron a la planta baja, Cami ya había llegado. Estaba usando un corto vestido rojo, que el castaño sabía que le encantaba a su hermano, porque siempre que se lo veía puesto prácticamente babeaba la alfombra. Renato comprendía que una de las reglas básicas para las fiestas de despedida de solteras, era verse fachero, así que esperaba no ser la única excepción del grupo. Minerva había intentado que empacara unos pantalones de cuero para esta noche, pero Renato le puso el límite allí mismo. Eso ya sería un montón.
Camila también tenía puesta una corona rosada que incluía pequeñas pijas en cada punta. Fausto se rio a carcajadas cuando la vio, y Stefi y Ange parecían más que satisfechas con su obra.
Las dos chicas estaban felices describiendo la página online en donde habían ordenado la corona hace unos meses, cuando Valentino llegó a la casa, seguido de Gabriel, Gastón y Andrés. Su hermano tuvo casi la misma reacción que Fausto, echó la cabeza atrás y se rio hasta las lágrimas cuando vio la corona de Camila. Gabriel parecía divertido con la situación, diciéndole a Cami que debería conservar la corona para el día del casamiento, haciendo que Valen se riera por un par de minutos más, apretándose la panza cuando veía las pequeñas pijas en la corona.
"Aléjate de ella, Quattordio" Stefi alejó las manos de Valentino cuando este se acercó a tocar la corona. "No podes tocar a la novia esta noche, ni nada que tenga puesto. Nada de besitos ni mimos en la noche de su despedida de soltera".
"Dale, no sean ortivas, ¡al menos déjenme darle un besito!" se quejó Valen, abriendo sus brazos hacia Camila. Pero Ange lo empujó mientras su cuñada corría a esconderse detrás de Fausto.
"De ninguna manera. Vos ni siquiera deberías estar aquí. Esta noche se supone que es libre de novios" dijo Angela apuntando a su hermano, negando con la cabeza, lucía tan seria que Valentino se rindió y dejó de perseguir a Cami. "Ustedes tienen su propia joda, así que fuera de aquí".
"Está bien, está bien. Solo vinimos a buscar a mi hermanito y a Fausto y nos vamos"
Se escuchó un sincronizado coro diciendo "¿¡Qué?!" de parte de Camila, Stefi, Fausto y el mismo Renato. Todos mirando a Valentino con una expresión de confusión idéntica. Nop, de ninguna manera, el castaño no pensaba ir con Valen a su despedida de soltero, ese nunca había sido el plan.
"Bebé, Renato se viene a MI despedida" dijo Camila con un todo confundido y las manos en las caderas. "Así que no te vas a llevar a ninguno de los chicos. Nos estamos yendo en 10 minutos, y Tato y Fausto se van con nosotras".
"¿Me estas cargando?" resopló Valentino, pero cuando Camila levantó una ceja y negó con la cabeza, su sonrisa desapareció. "Me tenes que estar jodiendo. ¿Cómo es posible que Tato no vaya a mi despedida?".
"¿Y qué se supone que va a hacer en tu despedida? A mi cuñado le gustan los pibes, así que es obvio que va a disfrutar mucho más a mis strippers" le discutió inmediatamente Camila, luciendo perpleja ante la idea de que Renato se fuera con Valentino en vez de ir a su despedida. El castaño no tenía ninguna duda de que ella iba a ganar esta discusión, así que prefirió no emitir palabra, esperando que los chicos lo arreglaran entre ellos.
"Renato es el único hermano de Valen, es lo mínimo que vaya a su despedida". Para la sorpresa de todos, Gabriel fue el único que apoyó a su hermano, a lo que Valentino asintió vigorosamente y le dio unas palmadas en la espalda al rizado.
Renato, por su parte, miró confundido a Gabriel. ¿Qué mierda le importaba a él? Pero el mayor, por primera vez en todo este tiempo en Mendoza, no le devolvió la mirada en absoluto.
"¡Gabi tiene razón! Tato es mi hermano pequeño, yo quiero que esté ahí conmigo. Vos vas a tener a tu hermana en tu fiesta, lo mínimo es que yo tenga a mi hermano en la mía". Camila rodó los ojos. Renato los había visto pelear en broma un millón de veces y sabía que esta no era una pelea en serio, pero también sabía que los dos querían ganar la discusión.
"¿Y eso qué importa? Siguiendo tu lógica también deberías haber invitado a tu papá para tener a todos los hombres de tu familia en la joda" intervino Stefi, quien había estado demasiado entretenida con la idea de hacer que un stripper le bailara a Renato – como se lo había hecho saber hace un rato – como para dejar que los chicos ganaran la partida y se los llevaran lejos. "Tato se viene con nosotras".
"La relación entre hermanos es diferente. Tiene un significado más profundo para Valen si Tato está con él durante su despedida. Es casi una tradición" siguió Gabriel, igual de metido en el debate que Valen y Camila. Renato le dio otra mirada confusa que el rizado ignoró olímpicamente.
"¿Significado más profundo? lo único que van a hacer es ver a un montón chicas quitándose la ropa. A la verga tu tradición" agregó Ange al lado de Stefi. "Están comportándose como unos boludos sobreprotectores que no quieren que Tato tenga un poquito de acción en forma de pija esta noche".
Renato desvió la mirada hacia Angela mientras lentamente se ponía de un rojo brillante. No había necesidad de ponerse tan gráficos. Además el castaño no estaba buscando ningún tipo de acción en ningún tipo de forma, muchas gracias. Valentino hizo una mueca ante el comentario, luciendo asqueado ante la idea de Renato teniendo sexo, mientras que Gabriel simplemente apretó la mandíbula y cruzo los brazos – el signo que Renato siempre reconocía en el rostro de Gabriel cuando estaba enojado en serio – antes de mirar fugazmente a Renato.
El menor casi pegó un salto, repentinamente nervioso por los ojos acusadores de Gabriel. Por dios, ¿Qué mierda le pasaba?
"Pero vos quieres a los dos chicos" Valen siguió discutiendo y Gabriel lentamente desvió la mirada de Renato, quien todavía se encontraba sosteniendo la respiración, sintiéndose como si tuviera 4 años y lo hubieran pillado planeando una travesura. ¡Por dios, ni siquiera había planeado coger con nadie esa noche! "¡Si te quedas con Renato, yo me quedo con Fausto!".
"¿De qué hablas, boludo? A ustedes ni siquiera los conozco" comentó Fausto desde el otro lado del living, donde había ido a sentarse en uno de los sillones para disfrutar de la discusión. "Ósea, sí, los conozco a vos y a Gallicchio pero ¿quiénes son los otros dos pibes? ¿El vaquero rudo y el modelo Armani?" dijo apuntando a Andrés y Gastón, levantando las manos al cielo después. "Ni idea. Por otra parte, conozco a la mayoría de las chicas, y vine aquí acompañando a Tato, así que ni lo pienses, amiguito".
"Pensalo, vas a poder ver muchas minas hermosas" Valentino trató de convencerlo, haciendo que Fausto se riera entre dientes.
"¿Sabes cuáles son las ventajas de ser bi? Que me importa una verga si es una mina o un chabón el que se quita la ropa. Lo disfrutaría igualmente". Le guiñó un ojo a Valentino y le hizo un gesto con las manos como si le estuviera disparando con una pistola. "Así que no pierdas el tiempo, querido".
Valen gruño mientras Camila lucía complacida de que todos sus invitados estuvieran prefiriendo su despedida de soltera. Gabriel caminó rodeando a los chicos y dirigiéndose directamente hacia Renato, quien no se había dado cuenta que el rizado se estaba acercando a él hasta que fue muy tarde para alejarse.
"¿Y vos que queres hacer?" preguntó Gabriel, "Yo y Valen queremos que vengas con nosotros, Camila y las chicas quieren que vayas con ellas. ¿Pero vos que queres, Tatito?".
Renato parpadeó, sin saber que responder. No sabía que existía la opción de ir con Valen. Su hermano no le había dicho nada hasta hace 5 minutos, pero era algo tan típico de Valen que ni siquiera lo sorprendía. Camila tenía razón, probablemente iba a disfrutar más su despedida de soltera, no sólo por el género de los strippers, sino porque se iba a sentir más cómodo con ellas.
Por otro lado, Valentino es su hermano y Renato sentía que era su deber compartir con él en su celebración.
Sin mencionar que Gabriel le estaba preguntando directamente, incluso cuando él había dejado en claro que prefería que el castaño fuera con ellos. Esta actitud del rizado le estaba haciendo sentir cosquillas en el estómago y ganas de sonreír, porque Gabi no había cambiado en nada su forma de ser cuando Renato se encontraba en medio de un dilema. El mayor siempre estaba preocupado de lo que Renato pensara, de la decisión que él quisiera tomar.
"Bueno, Cami me lo había pedido primero, pero Valen es mi hermano. A los dos los quiero, pero yo no-" se encogió de hombros, inseguro de que hacer. No era justo que lo hicieran tomar un bando. Y ni siquiera podía usar a Fausto para que lo ayudara porque sabía que a su amigo en realidad no le importaba a donde ir. Fausto lo seguiría a donde fuera que Renato eligiera ir, y se pondría tan en pedo sin importar a la despedida que fueran.
"¿Y si van a las dos?" intercedió Gastón, haciendo que todos se giraran a verlo. Fausto tenía razón, Gastón parecía un modelo miniatura. "Quizá los chicos podrían estar la mitad de la noche en la joda de Cami y luego irse a lo de Valen. La despedida de ustedes comienza antes ¿no?".
Y así fue como se formó el nuevo plan, y Renato – junto a Fausto, porque obvio su amigo lo tenía que acompañar si o si – terminó anotándose en ambas fiestas para la misma noche. La despedida de Cami primero, y luego de media noche se supone que se iría donde Valen a pasar el resto de la noche con él y sus amigos. Discutieron otro poco para establecer los horarios – las chicas no estaban muy contentas con el trato de la medianoche, tipo Cenicienta – pero se dieron por vencidas después de darse cuenta que entre más tiempo pasaran debatiendo el tema, más tiempo perdían de joda.
Renato miró a hurtadillas a Gabriel antes de que se marchara, y a pesar de que el rizado no estaba muy contento con lo del trato de tiempo compartido, igual le guiñó el ojo al castaño y le regalo una pequeña sonrisa cuando lo descubrió observándolo. A Renato lo pilló desprevenido y no pudo evitar devolverle la sonrisa antes de que Fausto y Stefi lo empujaran fuera de la casa.
Las chicas reservaron una parte del boliche para la despedida de Cami, así que cuando llegaron el lugar resultó ser más privado de lo que Renato se esperaba. De cierta forma, eso explicaba cómo iba a funcionar la parte de los strippers. El castaño había estado confundido pensando cómo lo habían hecho Stefi y Ange para conseguir que un par de pibes se desvistieron sin que los echaran del local. Habían pagado extra para conseguir un pequeño salón apartado para llevar a cabo todo el asunto.
Y seguro habían pagado mucho más por la barra llena de alcohol que tenían a disposición. Renato silbó de manera apreciativa cuando entraron y vio una mesa llena de diferentes botellas y latas, probablemente no conocía ni la mitad. Stefi no estaba bromeando acerca de la apuesta de quién se pondría en pedo primero.
"¡A esto si lo llamo una fiesta!" dijo riendo Fausto mientras caminaban detrás de Angela, haciendo que las chicas chillaran felices y arrastraran a Cami hasta uno de los sillones en el centro de la habitación para hacer que bebiera su primer shot de alcohol. Cuando Renato se sentó a su lado, notó la cantidad de tequila junto a los limones y la sal cuidadosamente organizados a un costado. Algo le decía que planeaban que los strippers hicieran un poco más que quitarse la ropa.
Luego de dos horas Renato ya se sentía un poquito mareado y lo estaba pasando mejor que en cualquier otra joda en la que hubiera participado en su vida. Las chicas eligieron la mejor combinación de música y alcohol para esa noche – añadido al hecho de que Stefi desapareció por un momento y coqueteó con una bartender que estaba terminando su turno y ahora se encontraba en el grupo, encargándose de mezclar los cocteles en su pequeña fiesta privada - además estaban haciendo que Cami hiciera todo tipo de cosas ridículas, desde probarse la lencería que le habían comprado para su noche de bodas y bailar con esta puesta sobre su vestido, hasta contarle varias historias acerca de su vida sexual con Valentino.
Cuando su cuñada contó que ocupó una regla para medir el tamaño de la pija de su hermano cuando la tenía parada, Renato se cubrió las orejas y cerró los ojos mientras cantaba la canción que estaba sonando en ese momento, haciendo que Ange se cagara de la risa hasta que se cayó de su asiento.
El castaño iba a tener pesadillas durante meses si se enteraba del tamaño de la pija de su hermano.
Aunque con la información que le habían dado durante esa noche bastaba para tener pesadillas, ya que Cami había contado que una vez ella y Valentino se habían metido a la escuela de noche para jugar a la "estudiante traviesa" y el "profesor estricto", y que al parecer el culo de Cami había quedado con marcas rojas por una semana debido los azotes que Valen le había dado con una regla. Renato no iba poder mirar a su hermano a la cara nunca más.
Todos compartieron historias de los lugares más raros en los que habían garchado, y Fausto ganó por lejos cuando contó que lo había hecho en un viaje que se había pegado a Disney World.
"Posta te lo digo, en ese lugar de verdad los sueños se hacen realidad" sonrió su amigo, haciendo que Cami se ahogara con su margarita, media borracha y demasiado entretenida con las historias sucias de Fausto. Por un momento Renato se preocupó de que no pudiera respirar por la forma en la que se reía sin parar hasta que su cara se puso roja.
"¡Para, para. Basta ya!" dijo en voz alta Stefi, mirando su celular. "¡Al parecer nuestro primer stripper ya está aquí!" canturreó, y todas las chicas comenzaron a chiflar y pegar alaridos mientras Renato y Fausto se reían. Camila gruñó entre risas, cubriendo su cara con las dos manos cuando la hicieron sentarse al centro de la habitación.
El nombre del chico era Mateo. Desde que entró en el lugar se dedicó a regalar sonrisas y sin perder el tiempo comenzó a bailar y a desvestirse, haciendo que todos le hicieran porras y tanto Stefi como Cami le lanzaran un montón de billetes cuando el pibe se sacó los pantalones en frente de ellas y dejara que Stefi le diera una palmada en el culo. El chabón era divertido y les lanzaba chistes mientras se desnudaba. Cuando el tiempo por el que habían pagado se terminó, el stripper se quedó por 20 minutos más dejando que Agustina bebiera shots de tequila desde su abdomen, lamiendo la sal y el alcohol de su piel, para finalmente tomar el limón de la boca de Mateo.
El segundo stripper se llamaba Lucas. El chico coqueteó con todas las chicas e incluso dejó que Cami lo ayudara a quitarse la camisa, y señor misericordioso, este pibe sí que trabajaba duro su cuerpo. El chico hizo más show desvistiéndose que bailando, pero funcionó de maravillas de todas formas. Camila y Valentino habían hecho el trato de que no iban a permitir que los strippers se desnudaran por completo, así que ya estaba arreglado con los chicos que no tenían que quitarse la ropa interior. Aun así, el show era entretenido en sí mismo.
Media hora después llegó el último stripper, y Stefi le había estado murmurando a Agustina toda la noche que este era el mejor de los tres. Contó que lo había visto en la despedida de soltera de una prima y estaba dispuesta a pagar todos sus ahorros para que el chico le bailara en el living de su departamento el resto de su vida. Renato estaba distraído viendo su celular ya que Valen lo seguía molestando para que se fuera a su joda a pesar de que todavía no era media noche – todavía le quedaba una hora, por dios – así que no notó al chico hasta que una nueva canción sonó fuerte, llamando la atención del castaño que levantó la mirada al instante.
"Gabriel" fue la primera cosa que se le vino a la mente, haciendo que su corazón se acelerara por un minuto. No era Gabriel, obviamente, pero algo en los rasgos del chico hicieron que Renato pensara que era el rizado por un segundo, la mandíbula perfecta mezclada con esos ojos y las luces bajas, lo engañaron por un momento. Nada más de alcohol por esta noche, eso seguro.
Cuando el pibe se arrancó la camisa blanca y se giró lentamente, dejando ver su abdomen marcado y luego la línea de su columna y culo perfecto, Renato empezó a desear que este chico fuera Gabriel. Porque – dios y los santos evangelios – como le gustaría que Gabriel fuera el que le estuviera dando este espectáculo, sacudiendo las caderas y deslizando las manos por su cuerpo.
El chabón era demasiado hermoso como para expresarlo con palabras, Agustina y Angela habían estado prácticamente aullando desde que el stripper comenzó a bailar, revoleándole algunos billetes en el aire para que el chico se acercara más a ellas.
Stefi no estaba equivocada. Renato ahora entendía por qué decía que este hombre era el mejor stripper. El chico le sonrió a Camila y lentamente se movió en su dirección, haciendo que su cuñada lo mirara con la mandíbula abierta. El chabón pareciera que estuviera pasando la mejor noche de su vida, riéndose de manera hermosa – hasta su risa era atractiva, dios ¿cómo es posible? – cada vez que alguna de las chicas le chiflaba o le tiraba algún piropo. Cuando llegó hasta Camila y su cuñada trató de meterle un par de billetes en los pantalones, él negó con la cabeza y le señaló los labios, guiñándole el ojo nuevamente. Camila tomo el billete entre sus labios y el chico se acercó lo suficiente para tomarlo con sus propios dientes. Las chicas aplaudieron salvajes y se cagaron de la risa después del acto.
Renato estaba tan atónito que no hizo ningún sonido – incluso podía escuchar a Fausto riéndose y aplaudiendo desde un costado de la habitación –, siguiendo con los ojos la figura del chico mientras se erguía y seguía bailando. Eligió una canción bastante cliché para el striptease, pero el chabón era tan bueno en su trabajo que parecía como si la película Magic Mike hubiera sido inspirada en él.
Para la sorpresa de Renato, el chico de repente encontró su mirada, mientras se giraba y comenzaba a caminar en su dirección, siguiendo el ritmo de la canción a cada paso que daba. El castaño sintió que se le iba a salir el corazón por la boca cuando el stripper lo apuntó directamente y le guiñó un ojo.
Si ese hubiera sido Gabriel, Renato ya se habría corrido en los pantalones con ese solo gesto.
No tenía idea por qué el stripper se estaba dirigiendo a él, esta no era su despedida, el chico debería estar meneando su cuerpo perfectamente esculpido en frente de Camila.
Su cuñada no parecía molesta al respecto, de hecho la desgraciada levantó ambos pulgares y asintió vigorosamente cuando le echó un vistazo para que dijera algo. Renato estaba casi seguro que su amiga estaba tratando de decirle algo, pero sus ojos volvían a cada rato al stripper hasta que por fin lo tuvo justo al frente suyo, moviendo las caderas de una forma que Renato no podía evitar observar como si fuera la primera vez que veía a un hombre sin camisa en su vida.
El chico bailaba de una manera que hacía a Renato querer tocar.
El castaño buscó algunos billetes que Angela le había pasado antes de llegar al boliche, tomó algunos de su bolsillo – no estaba seguro de cuánto dinero le iba a dar al pibe, pero estaba muy distraído para pensar de manera coherente – y extendió la mano hacia el elástico del pantalón del stripper.
Renato pensaba que eso era por lo que venía el chico, después de todo era lo único que habían estado haciendo las chicas desde que había empezado a bailar. Cuando estaba a punto de deslizar el billete en la pretina de su pantalón, el chico eligió ese preciso momento para quitárselo como lo había hecho con su camisa hace unos minutos atrás, y el castaño quedó con su mano extendida a unos escasos centímetros de la apenas cubierta entrepierna del stripper.
Renato sabía que se había quedado pegado mirando, y sabía que estaba con su boca vergonzosamente abierta ante tal vista, pero este chico estaba usando las sungas negras más apretadas que Renato había visto en su vida, lo que significaba que la tela se ceñía a cada centímetro de su piel, dejando al castaño ver todo lo que había debajo de la pequeña prenda.
Cuando levantó sus ojos, el chico lo estaba mirando directamente y le regaló una sonrisa que le recordó a la que le había dado Gabi antes de salir de su casa. Parpadeó furiosamente, sintiendo que moriría de vergüenza en cualquier momento. Dios, claramente había mirado más tiempo del necesario. El stripper le guiñó un ojo nuevamente y asintió antes de observar la mano extendida de Renato.
El castaño se movió entonces, con las manos temblorosas deslizó el billete por la V que se le formaba en la pelvis dejándolo ahí colgando del elástico de su ropa interior. El chico le tomó la mano en el último segundo, llevándola a sus labios y dándole un pequeño beso en el dorso, para después dejarlo ir lentamente. Renato estaba bastante seguro que todas las chicas estaban chillando desde alguna parte de la habitación y que la música aún seguía sonando fuerte, pero no podía escuchar nada mientras miraba el rostro del chico.
Por un loco segundo, pensó nuevamente en Gabriel, pero por supuesto el chico ni se acercaba a lo que era el rizado. Y eso era lo peor. Renato quería que fuera Gabriel el que estuviera parado al frente suyo.
En un par de segundos el chico volvió a bailar en el centro de la habitación, dándose vueltas y dejándole ver que estaba en lo correcto antes de que el pibe se sacara los pantalones – sip, el stripper tenía un culo divino.
El hombre volvió a enfocarse en Camila por el resto de la canción, y también por las dos siguientes que sonaron, bailándole cerca, incluso haciendo como que se iba a sacar también la ropa interior. No se acercó a ninguna otra persona como lo había hecho con Renato, pero cada cierto tiempo se aseguraba de darle algunas miradas al castaño y guiñarle un ojo nuevamente.
Para el termino del show, Renato casi no podía respirar, mareado con el chico tremendamente sexy que se desvistió en sus narices y el beso que le dio en la mano, acompañado por el llamado desesperado en el centro de su pecho que gritaba Gabriel, Gabriel, Gabriel.
El castaño volvió a la realidad cuando Fausto se acercó a sentarse a su lado, diciéndole "¡Ese es mi chico!" y poniendo en su mano una cerveza fría. Su amigo parecía más borracho de lo que esperaba, pero en realidad todos habían bebido un montón en el rato que llevaban en el lugar.
Cuando el stripper terminó su baile final, se inclinó hacia Camila y le depositó un beso en la mejilla, susurrándole algo al oído y haciendo que sonriera y le diera las gracias. Renato suponía que la había felicitado por el casamiento. Agustina y Angela le ofrecieron al chico algo de beber, a lo que accedió inmediatamente, dándole las gracias y diciéndoles que se podía quedar otro ratito más haciéndoles compañía.
Stefi le ofreció más tequila al castaño, pero este declinó la oferta. Se quedó hablando un momento con Thais hasta que la chica corrió hacia Fausto que iba directo a beber el último margarita que la bartender había preparado para el grupo.
Renato chequeó su celular nuevamente, y encontró dos llamadas perdidas de Valen y tres de un número que no reconocía. Por dios, Valentino se ponía tan intenso cuando quería, probablemente pensaba que Renato iba a cambiar de idea y se iba a quedar con Camila toda la noche. No es que fuera una mala idea, lo estaba pasando bastante bien con Fausto y las chicas, pero entendía que su hermano también quería compartir la noche con él.
"Es demasiado temprano para estar revisando la hora en el celular". Escucho una voz al frente suyo, y cuando levantó la mirada vio al stripper parado ahí esbozando una linda sonrisa. Parecía como si hubiera disfrutando haciendo el show, como si le hubieran pagado para divertirse quitándose la ropa. "Me parece que esta joda está recién comenzando. Y los pibes lindos como vos merecen pasarlo bien".
El castaño casi dejó caer el celular ante el cumplido.
No es que Renato no supiera cómo lidiar con alguien que estuviera tirándole onda de manera tan abierta, pero nunca le había pasado que un chico se le acercara con ropa interior tan pequeña, con un cuerpo tonificado por horas de gimnasio, con unos pectorales y brazos perfectos – dios mío, que brazos – para elogiar su apariencia.
Es como si hubiera entrado en un universo paralelo en donde le gustaba a un stripper.
"Yo- yo, bueno, gracias" tartamudeó Renato. Agachó la mirada cuando se le volvió a pasar por la mente el pensamiento de que los ojos de este chico le recordaban vagamente a Gabriel. Pensar en Gabriel haría las cosas aun peor – No debería pensar en Gabriel haciendo las cosas que este pibe había hecho recién, a pesar de que era lo único que quería hacer – "Me gustó mucho tu- eh, ya sabes, la cosa que hiciste ahí-" Renato apuntó al centro de la habitación donde el chico había estado bailando hace un rato. "S-sin pantalones y todo eso. Te veías muy-" señaló el pecho del stripper y bajó hasta la ropa interior negra que no dejaba nada a la imaginación – señor, por dios, ¿acaso la prenda estaba pintada en su piel? – el castaño levanto la vista nuevamente, parpadeando y sonrojándose otra vez, "muy- wow. Sip. Tenes un- eh, un cuerpo muy talentoso y- wow. Felicitaciones por tu striptease y tu wow, eso".
El chico se rio y Renato quería cagarse a piñas a sí mismo. ¿Felicitaciones por tu vow? ¿Cuerpo talentoso? ¿Qué mierda se le estaba pasando por la cabeza?
"Bueno, vos también sos bastante wow" el chico dijo con otra sonrisa perfecta, mirando de arriba abajo a Renato y haciéndolo sentir que en cualquier momento se prendería en llamas. "Renato ¿no? Escuché a Stefi llamándote así. Mi nombre es Juan Guilera"
Renato asintió y dejó escapar una sonrisa nerviosa, inseguro de que debía decir.
"Un gusto conocerte, Juan" murmuró, pero por la forma en que Juan le seguía sonriendo, supuso que el morocho lo había escuchado. Renato se preguntaba si el chico no tenía frío así, literalmente usando sólo ropa interior. "Gracias por- eh, gracias por ya sabes. Estoy seguro que Cami lo está pasando bomba y vos le levantaste el ánimo a todos".
"¿Te levante el ánimo a vos?" le preguntó con una pequeña sonrisa, y cuando Renato no hizo más que mirarlo, nervioso y avergonzado, Juan sólo se rio. "No te preocupes, no quiero hacerte sentir incómodo, bonito. Solo quiero conversar con vos" dijo encogiendo los hombros. Renato estaba agradecido de que el chico no esperara una respuesta real a esa pregunta. "Así que sos... ¿un amigo de la novia? Supongo que no sos el novio, porque eso haría que esto se pusiera demasiado incómodo" bromeó Juan logrando sacarle una carcajada a Renato.
"Mi hermano es el novio. Pero Cami es una de mis mejores amigas" contestó Renato. "Por eso estaba revisando el celular. Se supone que también tengo que ir a la despedida de soltero de mi hermano".
"Mira vos", silbó Juan, mirando de nuevo de arriba abajo a Renato. "Dos fiestas grandes en una noche. Sos un hombre muy ocupado por lo que veo ¿no?, Renato"
Agustina eligió ese momento para llamar a Juan, quien le dio una última larga mirada a Renato – que le erizó los pelos de la nuca – y se alejó luego de susurrarle "Hablamos más tarde" acompañado de otra sonrisa de anuncio publicitario. Renato no estaba seguro de que hubiera un "más tarde", ya estaba atrasado por lo menos media hora para la fiesta de Valentino, así que ya se debería estar yendo.
Resultaba que la hermana de Camila no se estaba sintiendo muy bien – al parecer había bebido demasiado y no había comido nada ese día – así que Fausto la iba a acompañar hasta su casa para asegurarse de que llegara bien. Después de dejarla sana y salva, Fausto se iba a reunir con Renato en lo de Valen.
Renato se despidió de las chicas y luego abrazó a Cami, diciéndole que por favor se asegurara de que alguna de las chicas se mantuviera lo suficientemente sobria para que todas llegaran bien a sus casas y que lo llamara en caso de que necesitara cualquier cosa. Ella le dio un beso en la mejilla y le dijo que le iba a pedir a Stefi el número de Juan para que Renato pudiera hablar con él. El castaño entornó los ojos, pero no le rebatió el punto, después de todo era su fiesta y podía hacer y decir lo que quisiera.
Cuando Renato salió del lugar, estaba frío y con menos gente de la que esperaba. Al parecer todas las personas que no pudieron entrar al boliche habían decidido irse hace rato, porque ya no había ninguna fila en la puerta de entrada. Exhaló y metió las manos en los bolsillos de su campera, empezando a caminar por la calle con la esperanza de encontrar pronto un taxi.
Llevaba casi una cuadra caminando cuando escuchó a alguien detrás de él.
"¿Renato?" llamó Juan. El castaño se dio la vuelta para encontrar al chico vestido nuevamente, con un bolso colgando de su hombro. Suponía que allí llevaba su muda de ropa.
"Eu" respiró Renato, sintiéndose un mal educado por no haberse despedido de Juan, pero en realidad no lo había vuelto a ver después de que se fue a hablar con Agustina. "¿Terminaste la noche de laburo?".
"Ya quisiera. Tengo otra despedida de soltera esta noche" dijo con una sonrisa, como si fuera la mejor noticia que podrían darle a las una de la madrugada. "¿Vos te estas yendo a la joda de tu hermano?"
"Si. Estoy esperando que aparezca algún taxi" cuando dijo eso, Juan sacudió la cabeza.
"¿A esta hora? Ni con toda la suerte del mundo vas a encontrar algo". No era lo que Renato quería escuchar, ya estaba atrasado y se sentía como un pelotudo por no responder las llamadas de su hermano, seguro Valen estaba tratando de averiguar dónde estaba en ese momento. "¿Hacia dónde vas?"
Renato se tocó los bolsillos tratando de encontrar su celular. Cuando lo encontró se puso a revisar los mensajes que le había mandado Valen en donde le había dejado la dirección. A diferencia de las chicas, los amigos de su hermano habían conseguido la suite de un hotel por la noche – al menos Valen y Cami no estaban pagando estas celebraciones, ya que era obvio que estaban gastando una buena cantidad de guita en el casamiento -. Cuando le enseñó el mensaje a Juan, a este se le iluminó la cara.
"Eeey, allá tengo la siguiente despedida" se rio, ajustando el bolso sobre su hombro.
"¿Tenes laburo de stripper en un hotel?" dijo Renato, un poco divertido, y Juan le sonrió de vuelta.
"Te sorprendería saber en los lugares que las personas me piden que me saque la ropa".
Le cerró un ojo a Renato, quien se puso colorado y no dijo nada en respuesta mientras guardaba nuevamente su celular en el bolsillo. El castaño no estaba acostumbrado a la forma en la que Juan le coqueteaba. Ni siquiera estaba completamente seguro de que fuera coqueteo o si Juan simplemente tenía esa personalidad y en realidad Renato estaba viendo cosas que no eran.
"Si queres te puedo llevar. Tengo mi auto estacionado a una cuadra" dijo, llamando la atención de Renato otra vez. Sería ideal, pero Renato estaba un poco inseguro al respecto, se mordió el labio inferior mientras miraba a Juan.
"Eu, posta, solo quiere darte una mano" dijo Juan mientras levantaba ambas manos. "Sé que no nos conocemos, pero conozco a Stefi hace mucho tiempo. Me parece que te va a ser casi imposible encontrar un taxi a esta hora. Creeme, por eso me compré un auto, por mi trabajo y todo eso. Posta, es difícil encontrar como moverse en esta ciudad cuando se hace muy tarde, Renato".
Después de considerarlo por un momento, Renato tomó la oferta de Juan y le agradeció por el favor que le estaba haciendo. Se imaginaba que caminar solo en medio de la noche no era una muy buena idea, y se notaba que Stefi conocía a Juan de hace tiempo. En el camino hacia el hotel, Juan siguió conversando y Tato le contó que en realidad él vivía en Buenos Aires, que había viajado solo para el casamiento y que era un ingeniero, mientras que el chico le contó que se había graduado de arquitectura pero se pagó la carrera con el trabajo de stripper, así que a veces cuando necesitaba dinero extra, se pegaba algún laburito por aquí y por allá.
Llegaron al hotel más rápido de lo que Renato imaginó. Juan se estacionó a una cuadra del hotel, sabiendo donde dejar su auto para que no le saliera tan caro. Claramente el chico conocía la ciudad mejor que Renato, que había sido criado en el mismo lugar.
"Gracias por traerme, en serio. Probablemente todavía estaría esperando en el bar por un taxi". Renato le sonrió a Juan, sintiéndose un poco menos nervioso ahora que el chico estaba con ropa y no podía ver el contorno de su pija.
"No hay problema. Lo pase muy bien con vos y tus amigas. Habría sido poco cortés de mi parte no ofrecer llevarte después de que literalmente me saqué los pantalones en tu cara". Por el contrario, Juan no parecía incómodo hablando abiertamente sobre su espectáculo mientras cruzaban la calle para llegar al frente del hotel.
Renato dejó salir una carcajada, más fuerte de lo necesario, pero a Juan no pareció importarle.
"Bueno, espero que te diviertas con la próxima despedida" Renato apuntó con el pulgar hacia el hotel detrás de él. "También espero que te tiren tanto dinero como lo hizo Ange y Agustina" bromeó, complacido de que Juan riera y asintiera con la cabeza.
"Escuchame, estaba pensando, no sé cuánto tiempo te vas a quedar en Mendoza después del casamiento, pero tal vez podríamos vernos otra vez, cuando no me esté desvistiendo y bailando cubierto de glitter" empezó a decir Juan. Renato tragó saliva, sintiendo la boca seca de repente. ¿Lo estaba invitando a salir? Así que el chico de verdad estaba coqueteándole. Renato pensó que Juan lo estaba descansando después de lo nervioso que se puso con el striptease. Dios. "No sé, quizá podríamos ir a tomar un café y ver alg-"
"Renato", el castaño escuchó a sus espaldas. Era la voz de Gabriel.
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La Noche Casi Perfecta
FanfictionHace 6 años, Renato Quattordio casi tiene la mejor noche de su vida con el mejor amigo de su hermano - y eterno amor platónico - Gabriel Gallicchio. O así fue hasta que Gabriel arruinó todo argumentando que no podía meterse con el hermano chiquito d...