IX.

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Al final de cuentas decidí que lo mejor es ayudar a Hyun Joon para conquistar a Jennie.

Aunque él no se ayuda para nada...

- Esto creo que todavía sirve. - alcance a oírlo cuando olía un sándwich aparentemente ya pasado. - ¿Qué hacés?. - pregunté asqueada.

- Comprobando que sirva para comérmelo. - señaló la pequeña bolsa. - Ok, si quieres que te ayude con Jennie deja de hacer eso. -

- ¿Ah? Espera si me ayudarás a estar con ella. - dijo emocionado.

- Sí. - conteste resignada.

Me adelante dejando Hyun Joon atrás todavía procesando mi respuesta.

- ¡Oh Chaeyoung, eso es una fantástica noticia!. - me abrazó de repente alzando mi cuerpo del suelo y a decir verdad me sorprendió su actitud. - Suéltame. - le dije lo más fría posible para que me bajara.

- Enserio creo que Jennie y yo deberíamos de estar juntos. - me decía sin quitar su sonrisa. - Enserio lo crees. - trate de sonar lo más creíble.

- La apariencia no lo es todo, Chaeyoung. - me enfrento casi molesto. - Oh, entonces confías en que tu gran personalidad mega embaucadora te hará llegar a la meta. - lo hice a un lado para seguir por mi camino.

- A dónde vamos. - cuestionó detrás de mí. - A tu casa, quiero ver si no tienes algo que diga a gritos pégame. - dije sin más.

- Uyy creo que eso no se va poder, es que tengo mi clase de natación. - volvió a hablar ahora a mi lado.

- Cancelala. -

- Pero tengo que llamar a mi mamá, ella tiene que aprobar todas las visitas. - no puedo creer que me dejara chanteajar por este imbécil.

...

Llegamos a su casa y de inmediato subimos a su habitación.

- Muy bien aquí vamos. - abría la puerta de su habitación. - Ahí lo tienes, aquí es donde la magia comienza. -

La habitación estaba repleta de posters de shows de magia y algunos eventos, que si lo veías mejor tenía la apariencia de un cuarto de un niño de diez años.

- Wow. - exclamé observando todo mi alrededor.

- Corrección, aquí es donde la magia comienza. - se acercó a un pequeño mueble con una caja llena de cosas.

- He practicado ilusiones de magia, ¿Crees que a Jennie le parezca lindo?. - sacudió un sombrero de mago para colocarselo en su cabeza. - No Hyun Joon, no creo que le guste la magia. Pero hay una línea muy delgada de reírse con una persona y reírse de una persona. - le expliqué con paciencia sin quitar mi mirada de rostro completamente confundido.

- Y tú eres esa línea, así que si le quieres llegar a gustar a Jennie, lo que debes hacer es procurar que te vea más como una especie...- iba seguir explicándole si no fuera que me interrumpió.

- ¡El sexy Hwall!. - pero con que idiota me vine a parar...

- Si, seré más sexy. - me lanzaba su camisa a mi cara. - No es lo que quise decir. - susurré quitándome su asquerosidad de mi rostro.

- A ti que te gustan las chicas, que parte de Jennie crees que es la más sexy. - me decía sentado en la orilla de su cama. - ¿Qué? No, no voy a decir eso. - respondí molesta caminando de un lado a otro. - Decidido mejor me largo. -

- ¡Chaeyoung espera! Solo te hice una pregunta. - sentí como su mano sostenía mi hombro. - No, Hyun Joon no te voy a contestar eso. - quite su mano rápido.

- Solo respóndeme eso. -

- ¡Sabes que! ¡Si quieres que esto funcione bien creo que deberías de dejar de fastidiarme con tus estúpidas preguntas!. - le dije ya irritada.

- Está bien. -

- Ahora veamos tu ropa. ¿Dónde está?. - le dije ya calmada. - En el armario detrás de ti. - señalaba una puerta negra.

Me di la vuelta para abrir esta y lo que encontré fue algo aterrador. Solo había camisetas son diferentes estampados de caricaturas y otras de frases un poco estúpidas.

- Dios tu ropa parece de un puberto de trece años y cuántos años se supone que tienes. - le lance a la cara una camiseta que tenía de estampado un pato. - ¡Oye, espera Chaeyoung! No te pedí ayuda para cambiarme, si no para que Jennie se enamore de mi forma de ser. - en cierta parte me dio ternura que dijera eso, pero como el muy baboso me chantajeó solo me provoco lástima.

- Esta bien te comprendo. Sabes el viernes hay una fiesta en casa de Jihyo, digo por si quieres venir. - le hice aquella proposición. - Iremos mis amigos y claro que también Jennie. -

- ¿Enserio me estás invitando? Porqué si es así claro que iré. - me sonreía emocionado sin creerse lo que le dije. - Se puede decir que si. - solté un poco desanimada.

- En todo caso estaré preparando mi disfraz. -

- Ajá. Te espero en mi casa a las siete. - ya resignada por aquello sostuve mis cosas para irme del lugar. - Te veo mañana. - me despedí de el sin verlo a la cara.

- ¡HASTA MAÑANA, CHAEYOUNG!. - me gritaba felíz.

¿Pero en qué lío me he metido?

Solo deseo llegar a mi casa y dormir para pensar como solucionar todo esto sin arruinar nada.

...


Llegué a mi casa y lo primero con lo que me encontré fue a mi madre y hermano en la sala viendo una vieja serie que le gustaba a los dos.

Decidí no interrumpir su momento de madre e hijo para ir directamente a la cocina por algo de comer. Abrí la nevera y lo primero que agarre fue un recipiente con fresas en el, junto con un envase de crema batida.

Cerré la nevera sin hacer mucho ruido y después escaparme con mi botín.

- Hola Chaeyoung, ¿Cómo te fue hoy?. - di un brinco al escuchar la voz de mi mamá detrás de mí. - Amm...de maravilla. - escondí sin que se diera cuenta el recipiente y la crema detrás de mí, en lo que volteaba a verla.

- ¿Segura? Es que te ves un poco rara. - se estaba acercando a mi observando mi ahora sonrojo que se me propagó por todo el rostro, creo que fui descubierta.- Seguro tienes fiebre. Si es así mejor ve a dormir. -

- Eh, si claro no te preocupes. - obedecí rápido y junto con todas mis cosas escape del lugar.

Ya en mi lugar sagrado comencé a comer mis fresas muy felíz. Acompañe mi momento de relajación con un poco de música de mi banda favorita.

<<Mañana seria otro día>>.

Pensé para después cerrar mis ojos e irme a los brazos de Morfeo.

Con Amor ChaeyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora