Asexual ⇔ HyunIn

№06

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—Es raro que el Príncipe no esté aquí. —Seungmin dejó de comer para elevar un tanto su cabeza y mirar a su amigo en busca de respuestas.

—Es época de examen. —Yang se encogió de hombros y le quitó la bolsa de papas fritas; porque ese era el castigo que tenía para él si llegaba a abrir la boca de nuevo.

—¿No son hasta en dos semanas?

—Seungmin, por favor, ¿verás la película o no? —lo miró cansado. Habían pasado ya treinta minutos desde que se sentaron a "ver" aquella película. Pero cada dos diálogos Kim hablaba sobre cosas sin sentido o hacia ruidos extraños.

Yang tenía la vista fija en la pantalla. La verdad era que no tenía ni idea de que estaban viendo. Bien podría ser una película pornográfica y él estaba fingiendo tanto interés, que a su amigo lo ponía incómodo y por eso no se callaba.

—Estoy seguro de que empiezan en dos semanas. —Murmuro el pelirrojo. Jeongin lo había escuchado por lo que agarró el control remoto y apagó la televisión.

—Bien, ya, habla de una vez. —demandó el menor mirando de manera escéptica.

Seungmin pensó durante un rato en si lo que estaba apunto de decir era bueno. Notó desde el momento en el que había puesto un pie dentro del departamento de su amigo, que algo no estaba bien. El aura de Jeongin era un tanto apagada. No respondía a sus bromas y ni siquiera se molestaba con él cuando hacía contacto físico a propósito. Tampoco pasaron de ser percibidas aquellas ojeras bajo sus ojos.

Estaba preocupado. Pero aún así y con la pregunta picando en la punta de su lengua, negó varias veces con la cabeza y volvió a reproducir la cinta.

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—Toma una más —ofreció MinHo. HyunJin negó varias veces con la cabeza notando como ésta daba vueltas en cada pequeño movimiento.

—No me siento bien —balbuceó dejándose caer sobre el hombro de Jisung, quién lo sostenía fuertemente para que no se cayera.

—Si bebes más te sentirás bien. —insistió Lee acercando un pequeño vaso de cristal. La temblorosa mano de el castaño estuvo apunto de tomar la bebida, pero fue apartada de ella.

—Ha dicho que no. —fue Han quién le dio un manotazo a MinHo para que alejara el vaso. Éste cayó y se rompió contra el duro suelo. Lee lo miró molesto pero no por mucho tiempo ya que fue jalado del brazo por una rubia un poco tomada. Desapareció de allí dejando a Jisung a cargo de su borracho amigo veinteañero. Que buenos amigos tenía. —Uh, apestas a alcohol —se quejó intentando caminar llevando a rastras a el más alto con la mitad de su peso encima.

—Eso es obvio, bebí alcohol. Genio~ —el tono de HyunJin era inestable. Aparte tenía Hipo. A Jisung se le hacía lindo.

—¿Te llevo a casa de Jeongin? —Hwang negó varias veces y una molesta punzada se instaló en su cabeza por el simple pensamiento de que él llegue a verlo en ese estado. —¿A dónde entonces? No creo que a tus padres les haga gracia verte así. —Han rió por lo graciosa que le resultaba la situación. Se supone que venía a divertirse no a estar de niñero. Pero su cuerpo completo se tenso por la sorpresa.

Hyunjin acercó sus labios al oído de el rubio. Su lengua pasó sobre el lóbulo para luego darle una pequeña mordida. —Félix —susurró para luego caer dormido sobre su pobre amigo a quien dejó con las piernas temblorosas y la garganta seca.

¿Y quién carajos era Félix?

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—¿Se volverá a repetir?

—Por supuesto. —Félix mordió sus propios labios mientras se comía con la mirada la formada espalda del pelinegro. Éste terminó de colocarse su ropa y se acercó a los maltratados labios para darles un último violento beso. La habitación volvió a llenarse de sonidos obscenos. Tras cada chasquido o gemido el ambiente se volvía más pesado. El rubio se lanzó a envolverlo con sus brazos, reacio a dejarlo ir. No quería estar solo. No de nuevo.

Pero el excitante beso terminó. Solo un hilo de saliva los unía. Y Félix se desespero cuando éste fue cortado en el momento en el que su conquista se dio la vuelta y se marchó del apartamento.

Corrió a su teléfono dispuesto a marcar el primer número que se le cruzara. Sus dedos temblaban a medida que desbloqueaba el móvil e ingresaba a sus contactos.

—Por favor... —marcó pero nadie contestó. Intento con otros números, pero dio igual. ¿Era tan fácilmente ignorado?

Mordió con fuerza su labio inferior para no soltar nada. Nada débil.

Se levantó y caminó hasta la desordenada cama. Limpió cómo pudo debido a su inestabilidad física y una vez que estuvo acostado dejó salir todo.

¿Por qué apesar de los cientos de hombres que pasaban por esa cama, siempre terminaba durmiendo solo?

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Adivinen quién se va de Hiatus, alv...(?