My home (Jackson Wang y Tú)

XXXII

Hacía ya 10 minutos que estaba sentada esperando por el CEO, me sentía muy molesta, en la enfermería me sanitizaron el enorme rasguño que tenía en la mejilla y me colocaron un cicatrizante para después cubrirlo con un enorme parche, eso sin contar el enorme dolor de cabeza que tenía gracias a los jalones de cabello.

La chica a la que le rompí la nariz fue trasladada al hospital y al resto solo les dieron primeros auxilios, toda la situación me recordó a cuando era adolescente y me involucraba en peleas callejeras, en ese entonces no tenía nada que temer, pero ahora estaba a punto de perder mi vida al lado de Jackson.

Recorrí el lugar de nuevo con la vista y está conecto con varias de las ahí presentes «Malditas perras». El CEO por fin hizo su aparición, a juzgar por su cara podría jurar que estaba incluso más enojado que yo.

—No sé cómo empezar, esta es una situación sin precedentes —las venas de su frente resaltaban tanto que sentí que de un momento a otro se podría transformar en super saiyajin—. Todas aquí están bajo contrato y hay una cláusula específica que prohíbe las riñas, incumplir con esta cláusula tiene una penalización que va desde el retraso de su debut hasta la expulsión de la empresa, este último establece que no se podrá entrar a otra empresa en un lapso de 5 años o tendrán una multa monetaria.

La cara de las presentes estaban sumergidas en pánico, al parecer no habían pensado en nada de lo que habían firmado, por lo que había visto desde que ayudaba a Suni era que los padres de los trainers firmaban los contratos sin siquiera advertirles a sus hijos sobre las cláusulas, pero como dijo el CEO, está situación no tenía precedentes, por eso mismo todas ahí ignoraban los problemas en los que se habían metido por agredirme.

—Yo sé cómo ocurrió todo, las cámaras de seguridad revelan quien comenzó la riña, pero quiero saber por qué  —todas tenían la cabeza gacha, las agallas que habían tenido para agredirme se esfumaron.

—No es un secreto para nadie que el bullying existe entre lo trainers —comencé a hablar ya que nadie más lo haría— una persona como yo es el blanco perfecto para eso, soy de otro país, excedo el límite de edad para ser una trainer, debute mucho antes que ellas y sobre todo mi pareja es Jackson Wang y justo cuando me atacaron —alce la voz— justo cuando ellas me atacaron por la espalda dijeron que era por estar con Jackson oppa, se portaron peor que una Sasaeng.

—¡Esa es mentira! —alegó una de las presentes.

—¿Entonces cuál es la verdad? —pregunte bastante exaltada— porque desde que llegué aquí, desde que estuve es su jodida clase de baile no hicieron nada más que molestarme, hasta me dejaron fuera de los grupos de coreografía.

—Tú nos robaste toda la atención de nuestros oppa's, si de por sí ya era difícil hablar con ellos tú lo hiciste imposible, cada vez que aparecías ellos ignoraban al resto por hacerte caso a ti y luego te hiciste novia de uno de ellos y se te ocurrió salir en público con otro hombre estando en América —dijo una de las chicas bastante alterada, con eso me había dado la razón citando parte de mi primer comentario.

Si yo fuera el CEO no sabría si reír o llorar con lo absurdo de la situación, me deje caer en mi silla ya sin ánimos de discutir, solo voltee a ver al jefe para que dictará la sentencia.

—Este tipo de situaciones no se va a tolerar de nuevo, ninguna de ustedes será expulsada pero todas tendrán una amonestación ya que se les ocurrió pelearse un día antes de una cita de negocios muy importante en dónde la agredida sería el rostro de la marca, las chicas que habían sido seleccionadas para debutar en distintas áreas ya no lo harán hasta nuevo aviso, las demás tienen una amonestación y un castigo por cumplir, cada una debe pasar con Suni y firmar dicho castigo, ahora salgan de aquí.