قتال بين الأخوة

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Las olas por el acantilado azotaban sin cesar. El viento de tormenta amenazaba con hundir la esperanza. Y aún así, en la cueva oscura y fría, Boncix esperaba con tranquilidad a que su nuevo amigo despertara. Dio vueltas, exploró la cueva(la cual se había percatado de que era una gruta que llevaba un gran acantilado), y volvió con el cuerpo inerte de Aiden. Ya había pasado por lo menos media hora, y Aiden todavía no se movía. Pero sí empezaban a haber cambios. Su cabello se estaba tornando azul celeste y eso no parecía ser un buen augurio. Era alrededor de mediodía, cuando Aiden empezó a moverse, y sus orejas de lobo comenzaron a desaparecer.

Boncix se paseó fuera de la cueva, impaciente. Iba a volver a entrar cuando una voz detrás suyo dijo su nombre.
—¿ Quién eres?— preguntó el héroe mirando con atención el paisaje de árboles largos y las hojas de otoño. De repente se percató de una figura alta y de cabello rubio que se acercaba lentamente. Era Lester, el tritón, con arco y flecha en ristre, y apuntando al pecho del desprotegido Boncix.
— ¿Dónde está?— dijo Lester con una voz impropia de él.
—¿Quién?— preguntó Boncix, atareado y con la vista en el arco de su oponente.
—No te hagas, traidor. Sabes de quién hablo. Aiden, Lo mataste, ¿cierto?— lo miró y  Boncix empezó a retroceder— ¡Responde!

Lester apuntó al pie del héroe y disparó, aprovechando la distracción de éste. Boncix soltó un pequeño chillido y se arrancó rápidamente la flecha del pie izquierdo. Lester siguió sonriendo con satisfacción.
—¿Qué te pasa? ¡La punta era de plata!— reprendió Boncix y empezó a correr hacia la cueva.
—¡No tan rápido!— gritó Lester y corrió en su dirección, pero justo cuando iba a volver a disparar una esfera azul se creó alrededor de Boncix y éste siguió corriendo hacia la cueva.

Al entrar, el joven héroe arrastró a Aiden consigo, deshaciéndo el hechizo protector para poder llevarlo a rastras, y Lester no desaprovechó esa oportunidad y volvió a disparar. La punta de la flecha se hundió en el omóplato derecho de Boncix, pero el joven héroe soltó un quejido y siguió arrastrando al inconsciente Aiden consigo.
—¿Por qué lo hiciste, Boncix?— dijo Lester apuntando de nuevo con su flecha.

Boncix dejó a un lado a Aiden y se quitó la flecha que tenía en la espalda. Miró a Lester con furgor hasta se le ocurrió una magnífica idea.
—Lo hice porque él me lo pidió— dijo sin más preámbulos. Y era verdad, Aiden se lo había ordenado.
— No es cierto... Él jamás haría eso...¡Nunca nos abandonaría!
— Y no los abandonará. Él es inmortal, igual que...— pero se contuvo. Si le decía a Lester que era inmortal el joven tritón iba a seguir atacando  porque iba a saber que en realidad no le iba a hacer daño— Sólo tranquilo, Lester, Aiden estará bien...
— ¿Y cómo puedo confiar en ti?
—Porque...— pero Boncix se había quedado sin argumentos. Lester lo miró, esperando, con el arco y flecha preparados, pero no llegó la respuesta.
—Ok...Veo que ni tú sabes mentir bien en una situación de vida o muerte.
—Entonces...¿ Por qué no peleamos con nuestras propias manos?— dijo Boncix y alzó los puños de manera amenazante. Lester lo examinó, buscando una estrategia, y decidió guardarse el arco y la flecha y se puso en pose de combate, con los puños en alto.

El tritón fue el primero en atacar, Pero Boncix ya tenía un plan. Al pasar junto a su oponente, el héroe agarró una flecha del portaflechas. Apuntó a su pecho y...

Sintió que caía de rodillas y que cambiaba. Como wolfyr que era, al morir se le devolvía su otra forma. Sus orejas empezaron adoptar una forma puntiaguda y con pelo; una enorme cola peluda le empezó a crecer; unas manchas alargadas y con forma de bigote aparecieron en su rostro; los colmillos humanos se le alargaron hasta ponerse del tamaño de centímetro y medio, y en un abrir y cerrar de ojos, el héroe estaba devuelta.

Lester soltó un gruñido y cerró los ojos con fuerza. Boncix supuso que estaba meditando la situación, pero no. Una enorme burbuja encerró al héroe, mientras éste trataba inútilmente de salir de allí,mientras su pequeña prisión se llenaba poco a poco de agua helada. Al sentir como si mil cuchillos lo atravesasen a causa de la presión del frío, Boncix contuvo la respiración justo a tiempo, antes de que la burbuja se llenara por completo.

Oh dioses, no sé nadar...

Boncix golpeó y pataleó con todas sus fuerzas, pero por cada segundo que pasaba, la presión debilitaba más al joven wolfyr y el oxígeno de éste se iba agotando, hasta que en un ataque de pánico, Boncix convocó su espada de oro blanco, agotando así todo el oxígeno y fuerzas que le quedaban. Dio una estocada, pero fue en vano. Justo cuando pensó que ese era su final, Lester deshizo la burbuja.

Al caer en el suelo de roca, Boncix empezó a toser y toser, con las orejas caídas y la cola (literalmente) entre las patas. Lester puso un pie sobre la espalda del debilitado wolfyr y lo oprimió a tenderse boca abajo en el suelo. Boncix no se quiso negar, ya que no le quedaban fuerzas.

— Esto es por meterte con mis amigos, traidor— dijo Lester y cargó su arco con una flecha. Le dio la vuelta a Boncix y lo dejó tendido boca arriba. Sólo para asegurarse de que no se levantara de nuevo, Lester le dio una de
fuerte patada en el estómago y un golpe en las costillas.

Boncix empezó a toser de nuevo y se volteó de lado, tapándose la boca, y dio arcadas, pero como tenía el estómago vacío, sólo sacó un montón de saliva. Lester observó con unos ojos peligrosos e impropios de él. Agarró a Boncix del cuello de su remendada camisa y lo puso frente a él.

Boncix no se rendiría, y menos frente a un oponente como Lester. A duras penas, el joven héroe se puso en pie, y con sus últimas fuerzas corrió haciendo el acantilado que había descubierto apenas unas horas antes. Cómo era de esperarse, Lester lo siguió. Boncix se preparó para pelear. Invocó su espada de nuevo y se puso en pose de combate.

Lester no sabía que pretendía, así que le siguió el juego y tomó una flecha y la puso en su arco, apuntando bien. A Boncix no le estaban quedando opciones, así que cerró los ojos, y mentalizó a un reptil en su mente...

Lester aprovechó esa oportunidad y disparó la flecha. Ésta iba a a atravesar el pecho descubierto de Boncix, justo cuanto una enorme cobra negra salió de la nada y cargó a Boncix en su gran cabeza. Lester estaba incrédulo ¿Qué rayos había sido eso?

Boncix le ordenó a la cobra que atacara y estaba a punto de tragarse a Lester por completo justo cuando una voz muy familiar para ambos hizo que el ataque del reptil cesara. Era Aiden, que de alguna manera los había encontrado y les había gritado que se detuviesen. Boncix miró a Aiden y luego a Lester. La enorme serpiente siseaba y esperaba las órdenes de su amo, justo cuando el joven héroe no pudo resistir más y se desmayó en la cabeza del gigantesco reptil. La serpiente desapareció con un enorme "¡POFF!" Y Boncix cayó al abismo del mar abierto.

Lester miró a Aiden, y al ver su cara de horror y decepción hacia su amigo, el joven Tritón murmuró" ¡Metamorfosis!" Y se lanzó en busca de Boncix.

Mientras tanto, sobre las copas de los largos árboles de hojas naranjas por su izquierda y por la derecha la playa, iban Busca y Redly, tratando de localizar el templo y la cueva.
— No me fío de él— dijo Busca cuando vieron que debajo de ellas por el lado de la playa, Drago, Adara, Zacket y Bub las seguían— Tenemos que apresurarnos.

Le metieron más velocidad al vuelo, hasta que vislumbraron la silueta de un palacio a lo lejos. Iban cerca. Al llegar frente al enorme templo de coral, ambas aterrizaron y entraron en la cueva que se hallaba justo a lado del templo.
—¡Boncix!— llamó Busca y esperó respuesta, pero lo único que escuchó fue el sonido de algo -o alguien- cayendo al suelo de roca.

AIDEN'S INC. Los Titanes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora