Febrero, 2014
Jin había dejado su casa, hacía apenas unos pocos meses del aniversario de sus padres y aún recordaba el supuesto compromiso de matrimonio que tenía con Aina Andersson, la chica sueca.
Su cabeza no había dejado de doler desde entonces. Odiaba tanto a sus padres en ese momento. Él nunca podría llegar a amar a esa chica, apenas la conocía, además él no era heterosexual.
Había caminado por las calles de Seúl hasta llegar a un barrio alejado del suyo. Decidió parar en una cafetería a tomar algo ya que no había comido nada desde las nueve de la mañana.
Encontró una pequeña pero acogedora cafetería con mesas pequeñas y redondas de madera con sillas del mismo material con cojines de diferentes colores, una barra larga con pequeños farolillos de metal colgando y dándole un toque risueño. Estaba en una esquina cerca de una plaza donde los niños jugaban con tranquilidad. Jin decidió que era el lugar idóneo.
Al cruzar las puertas una pequeña campanilla sonó, Jin se sintió un poco observado así que se aseguró de que su cubre bocas estaba en su sitio.
Camino hasta la barra donde un pequeño chico rubio con ropa blanca y delantal marrón le atendió.
-Buenas tarde bienvenido a Daebak Coffee, soy Jimin y le atenderé desde ahora -se presento el chico. Jin se sorprendió pues parecía bastante joven.
-Hola Jimin, me gustaría tomar algo de comer ¿qué me aconsejas? -los ojos del rubio parecieron brillar.
-Tenemos unas empanadillas deliciosas, también varios tipos de tartas, magdalenas, galletas caseras.
-Me gustarían unas empanadillas deliciosas -dijo Jin, el menor sonrió- también quiero un café con leche muy caliente.
-Está bien, puedes sentarte en cualquier mesa, ahora te llevaré las cosas.
Jin dejó a Jimin en la barra y se sentó en una pequeña mesa con dos sillas frente una ventana. El rubio no tardo mucho en servirle lo que había pedido con una sonrisa y volvió a la barra.
Pasada una media hora Jimin colgó el delantal y sacó un batido de fresas, iba a sentarse en una mesa a parte pero Jin lo llamó y permanecieron hablando un rato.
-¿Cuantos años tienes Jimin?
-Tengo 18 años hyung.
-Realmente te echaba menos...
-Lo sé, la gente dice que aparento 16, casi nunca puedo entrar en las discotecas y cuando les enseño mi carné no me creen -hizo un puchero adorable a los ojos del mayor.
Guardaron silencio unos minutos hasta que Jimin habló de nuevo. Esta vez Jin quedó sorprendido.
-Hyung parecía triste cuando ha entrado ¿Ha pasado algo?
-Mis padres son un infierno - murmuró- en diciembre me organizaron un matrimonio con una chica a la que siquiera conozco, nunca me escuchan y buscan más el beneficio que la felicidad.
Jimin hizo un puchero.
-¿A hyung no le gusta la chica?
-Nunca podría sentirme atraído por una mujer -aquello se le escapó tan rápido que ya no pudo borrar lo dicho. Miró con ojos temerosos al menor.
-¿Le da miedo que sepan que es homosexual? -le pregunto en un susurro. Jin asintió con tristeza- Yo soy gay, desde mis doce años hyung, no tengo ningún miedo en admitirlo, fácilmente todo el mundo lo sabe.
Jin miró sorprendido al menor. No le daba miedo lo que la gente pensara de él, era algo admirable. La gente miraba muy mal a los homosexuales, sin embargo al menor parecía darle igual, estaba orgulloso de ser quien era y Jin... Sintió envidia.
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Drug
FanfictionCada uno de ellos fue hundiéndose en su propia mierda, literalmente. Pero aquel camino lleno de espinas los hizo unirse aunque no se sabía si aquello era para mejor o para peor. ~Parejas~ Yoonmin Jikook Namjin Vhope Escenas sexuales Mención de uso...