03

10.5K 867 391
                                    

En una heladería.

Un hombre sintió como era observado, levantó la mirada y vio como una bonita chica peliazul lo veía fijamente, con una sonrisa en su rostro.

"¡Ja! Hasta las pequeñas se sienten atraído por mí."

Ése hombre de unos 25 años, miró a la azabache fijamente, guiñeandole un ojo.

Era ilegal pero para el amor no hay edad.

La ojiazul lo seguía viendo de manera fija con ésos hermosos ojos azules y él se puso de pie.

Hora de ganar el corazón de una colegiala.

Se acercó a la pequeña y un chico rubio se le adelanto.

-Me disculpó por la demora.
Vamos a casa.

Dijo el rubio mientras el hombre pasaba de largo, yendo a tomar agua y veía como la muchacha era ayudada por el recién llegado, dando por entender que no podía ver.

Una vez los dos chicos se fueron, el hombre se puso de cuclillas y se cubrió el rostro con ambas manos.

-¡Que vergüenza!

Bueno, al menos no hizo nada ilegal.
.

.
Por las calles de París, mientras el sol se ocultaba.

Adrien iba con una gran sonrisa, guiando a Marinette quien tenía una mano sobre su hombro.

Ella no parecía sentirse como cuando le tomaba de la mano así que ésa era su única opción.

La azabache suspiro profundo mientras bajaba el rostro, haciendo que él la miré.

-No te preocupes, no me molesta ser tu guía.
Me gusta estar contigo.

Ánimo él pero ella no parecía estar convencida.

Ella siempre fue un apoyo para Adrien cuando él necesitaba su ayuda y sentía como sí él sólo le estuviese devolviendo los favores.

El rubio fruncio el ceño al sospechar que pasaba por la cabeza de su amiga, estando dispuesto a darle un sermón pero una explosión se oyó, no muy lejos, poniendolo en alerta.

¿Será un villano?

Sin pensarlo dos veces, fruncio el ceño y se fue corriendo a un lugar seguro para transformarse.

Marinette dejó de sentir el hombro de su amigo y camino un poco mientras movía ambas manos.

-¿Adrien? No me gustan éste tipos de bromas así que para.

Dijo con seriedad pero no recibió respuesta y se asustó.

Adrien la había abandonado.

Con extremo cuidado, se fue a un costado, chocando con una persona.

-¡¿Qué te pasa niña?! ¡Ten cuidado!

El grito pareció ser femenino.

Ella cerró sus ojos con fuerzas y dio una pequeña corrida hasta chocar con una pared, el único lugar que pensaba como medio seguro en ése momento.

¿Por qué Adrien la dejó?

¿Era una carga y se aburrió de ella?

¿En verdad resultó no ser quien creía y ahora mostraba su verdadero ser para burlarse de ella?

No, Adrien no era así.

No debía pensar en tonterías ahora, debía pensar en una solución penía miedo, tenía mucho miedo.

No tenía ni idea de donde estaba, ¿su celular? no tenía ni idea de como usarlo sin ver, había muchas personas a su alrededor pero no podía pedir ayuda a cualquier extraño.

Sólo podía sentir a las personas yendo y viniendo, a palomas a su alrededor y el miedo de que algo malo le pasé.

Se recosto contra ésa pared que logró palpar previamente y empezó a lagrimear mientras cerraba sus inútiles ojos.

Se sentía fatal no poder ir ni a su propia casa por sí solá.

Marinette Dupain-Cheng, la chica que pone la felicidad de los demás muchas veces antes que la de ella misma, la única Ladybug, en ése momento era inservible.

No le podía reclamar a Adrien por dejarla, después de todo, sólo era una carga.

-¡A...a..achu!

Sus ojos se abrieron y pasé a no ver, levantó la mirada hacía donde vino ése estornudo tan conocido.

-Algún día haré que mi pandilla de gatos se encarguen de comer a todas estás palomas.

Era la voz y el pésimo humor de Chat noir, era alguien en quien sí podía confirmar.

Se paró firme, abandonando la pared y dio unos pasos con algo de miedo.

Chat noir vio a su amiga y se acercó mientras evadia algunas palomas que lo miraban como sí fuese su víctima.

No podía creer que abandonó a una amiga que lo necesitaba sólo por que oyó una explosión que resultó ser chapas cayendo.

-Marinette...

La chica, ya no aguanto más.

Tras oír su nombre se puso a correr en dirección de ésa voz, tropezando casi al instante.

El chico se acercó a gran velocidad y la agarró, cayendo él también pero asegurando el cuerpo de la azabache que no dejaba de llorar.

-Marinette

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-Marinette...

Él quiso hablar pero ella se adelantó y lo abrazo con fuerzas, sin intentar levantarse o dejar de llorar.

-T-tenía miedo.

Chat noir se sintió terrible por éso.

El cuerpo de Marinette temblaba en sus brazos y las lágrimas escurrian por sus mejillas.

Ella lloraba por su culpa.

-No te preocupes, no llores más, aquí estoy.

Susurró mientras la abrazaba, ignorando a las personas que los veían y a las palomas que planeaban hacerle una emboscada.

Desde ahora, cuidar a Marinette sería su mayor prioridad.

Continuará...
.
.
.
.
.

.
.

.
.
.
.
.
¡Hola!

¿Alguna idea para capítulos (no perverso)? No se me ocurre mucho para continuar.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Yo seré tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora