CAPITULO 4

89 7 2
                                    

Benito Cerati estaba ahí mirandome con ojos acusadores, era en extremo delgado y sus ojos eran ojerosos pero se veian profundos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Benito Cerati estaba ahí mirandome con ojos acusadores, era en extremo delgado y sus ojos eran ojerosos pero se veian profundos.
-¿quien es ella?- dijo sin apartar su mirada de la mia.
Suspire y bajé la cabeza, definitivamente habia sido una mala idea venir.
-ella es tu sobrina Gemma, Gustavo tenía un par de secretos con nosotros- Benito enfureció, sus mejillas se tornaron carmesí y vi lo decepcionado y confundido que estaba.
-Lisa no ha tenido hijos y yo tampoco, andate mina que solo buscas dinero de los Cerati- yo me puse de pie y por primera vez en mi vida senti que debia gritarle a alguien con mas autoridad que yo.
-Mire Benito, para su información el promiscuo de Gustavo tuvo una hija que nacio antes que vos, se llama Diana y yo soy su hija, le pido absoluto respeto ¡sabia que eras un boludo!- el entreabrio los labios para decir algo y quedo mudo.
-Laura por favor necesito ver a mi abuelita Lilian y hablar un par de cosas- ella solo asintió y me tomó del brazo escaleras arriba, Benito quedo atónito y solo nos dejo pasar.
Llegamos a una puerta de madera color caoba, en la planta superior hacia mas calor que abajo pero todo se veia sin vida, Laura abrio despacio y la abuela Lilian estaba acostada en su cama reposando, en Buenos Aires despues de almuerzo se acostumbraba a tomar una siesta, la abuela ya no podia pasar mucho tiempo de pie y se veia completamente demacrada.
-Laurita quien es esa chica tan preciosa- dijo Lilian arrugando aun mas sus ojitos.
- tranquila mamá, ella es Gemma una de tus nietas, ¿vos te acordas de Alma?- preguntó Laura con lagrimas en los ojos.
- la de las esmeraldas- dijo la abuelita.
- ¿de que hablas mamá?- laura estaba un poco devastada.
- Alma tenia ojos de esmeraldas, mi Gus le regaló un anillo de esmeraldas colombianas porque decia que eran sus ojos, el la amaba hasta que llego Cecilia, todos decian que Gustavo habia embarazado a la pobre chica, yo creo que ni la facultad habia terminado, de resto no logro recordar mas porque la vejez me pega duro Laurita- laura comenzó a llorar y la abuela Lilian se sintió mal.
-Yo soy nieta de alma, mi nombre es Gemma y acabo de enterarme de toda la verdad, no saben cuanto tiempo espere conocerlas- le di un besito en la frente a la abuelita Lilian y le tome la mano.
-prometo venirte a visitar si la tia Laura me lo permite- laura asintió y seco las lagrimas que caian por sus mejillas.
Le di un abrazo y sali de la habitación, Benito estaba en la sala de estar con un cigarrillo entre los labios.
- no deberias fumar aqui, a la abuela podria hacerle daño- me puse la capucha de mi sueter y me dispuse a regresar a "casa".
Decidi irme caminando a pesar de que hiciera frio en la calle, me puse mis audifonos y comenzo a sonar "tratame suavemente", por un segundo sentí como se me oprimia el corazón, seguí caminando y deje que su voz me guiara a casa, los acordes de la guitarra me los sabia de memoria y ya hasta podia tocarlos.
Camine tanto que senti que mis piernas dolian sin parar.

Me sentía tan triste que paré en una licorera de mala muerte, eran mas de las seis de la tarde y supe que nadie me pediria identificación.
Entré por una puerta oscura que tenia luces de neón rojas, caminé con paso decidido y me acerqué al mostrador.
- Buenas tardes, una botella de vodka por favor- el viejo me miró lascivamente y le pase rápido el billete, me puso la botella en una bolsa de papel y sali rápido.
Abri apenas la botella en la calle y tome unos dos sorbos largos, en unos cuantos minutos ya estaba en casa y hacia bastante calor dentro de mi como para seguir con el sueter, me lo quite en la entrada y me quede en una ligera musculosa blanca, bebí dos sorbos más y me senti bastante prendida.
Comencé a llorar y cuando menos pense mis pies habian tomado rumbo a la habitación de Martín, sentia que era un bruto pedante pero no tenia a nadie mas en mi vida.
-¡Gemma! ¿que haces aqui?- se levantó rapidamente y me inspeccionó con su penetrante mirada , cuando me vió en la musculosa su mirada se encendió en cuestión de milesimas de segundo.
Me sente en su cama y el lo hizo tambien.
-¿que te ocurrió? Estás bien?- me quitó la botella y dio un trago tan largo que la dejo por debajo de la mitad, luego yo di otro trago y me sentí borracha casi al instante, definitivamente el licor no era lo mio.
-estoy bien, solo estoy un poco confundida- el me miró y se levantó de repente, encima de su mesa de noche habia un pequeño maletin marrón, al abrirlo vi que era un tocadiscos, obviamente de esos nuevos que costaban un ojo en la cara y eran dificiles de conseguir, no se le ocurrió mas que poner la música que menos pensaba.
-me gusta mucho este tipo, logre que me hicieran un vinilo personalizado con musica de su etapa de solista y de la banda- sonrió de medio lado y se vio tan sexy que por un segundo pensé que estaba en una pelicula, a mi nadie me ponia nerviosa pero el era otra cosa ¡controlate Gemma! Es solo un chico...
Crimen comenzo a sonar por el altavoz y todos los sentimientos en mi afloraron, a ñesar de sentirme ebria le di otro sorbo a la botella y acabe su contenido.
Me acosté en su cama y abri los brazos.
-Ojalá la vida fuera una canción ¿no crees?- dijo el casi susurrando, como contandome sus mas íntimos secretos.
-Lo es, creeme que lo es- suspire y el también se acosto con los brazos abiertos, comenzamos a reírnos de todo y nada y de repente sentí como habia cierta tensión, el también estaba borracho o eso creia yo.
-eres detestablemente hermosa, tanto que es jodidamente fastidioso- dijo lento y pausado.
- tu pareces un puto griego y no puedo quejarme al respecto- me rei muy fuerte y el se giró en mi dirección.
Como si fuera una clase de bestia se subio sobre mi y me beso como si se le fuera la vida en ello, jamas habia sentido tanto, mis mejillas se pusieron como dos tomates italianos, mi tensión se subió y mi estomago sintió un vacio mas fuerte que nunca.
Yo le devolvi el beso y me separe bruscamente.
-¡¡te odio!!!- lo abofetee y lo segui besando con tanta pasión que el pobre quedo confundido, el alcohol habia echo efecto en ambos.
El era una pesadilla vestida de ensueño.
Me tomó de las muñecas y sus labios descendieron por mi cuello... algo pasaría...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 29, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

«Más allá de las estrellas» soda stereo/ Gustavo CeratiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora