Regresa a la realidad Raúl, coño regresa de una puta vez.
Hace cuatro días que Marisa y yo nos hemos besado y aún no puedo creerlo. Esa misma noche ella colgó un vídeo en el que hablaba de las fotografías esas de los cojones, desmentía que fuera ella esa chica y explicó que de ninguna manera las había enviado ni a Wismichu ni a nadie para ganar seguidores. Y al final habló de la organización religiosa a la que había apoyado hace unos meses en una recaudación para los niños y que ahora se había encargado de hundirla por "inmoral".
"No sé trata de Dios o no, hablamos de la dignidad de una persona y su imagen ante la sociedad que cree que es muy gracioso compartir la intimidad de otros en internet" decía Marisa en el vídeo.
También pidió que no se le retirara la ayuda a dicha asociación y que al contrario, se uniesen fuerzas para ayudar a esa y a más niños alrededor del mundo. Dios mío, esta chica era increíble.
La fiesta que Jordi y otros habían organizado para despedirla se había cancelado y desde ese beso en su piso no la había visto, ni siquiera habíamos cruzado mensajes, todo era muy raro. Hoy ella partía a Salamanca y joder, que tengo que hablar con ella antes de que se vaya.
Llegué a la casa de Jordi y nos montamos en su auto, al llegar a con Marisa ella pareció sorprendida de verme, subimos sus cosas al auto y ella y yo nos sentamos juntos en la parte trasera del auto, Marisa sonrió nerviosa y fijó la mirada en la ventanilla durante todo el camino.
Jordi hablaba sobre algo a lo que no le prestaba mucha atención, Marisa fingía escucharlo también pero evitaba a toda costa mirarme, tenía la mano sobre el asiento y en un descuido yo la cogí.
―Voy a extrañarte, chavalina―dije y ella me miró asombrada, no respondió pero tampoco me había soltado.
Una vez en el aeropuerto, Jordi y yo fuimos a buscar algo para comer mientras ella revisaba algunos papeles y sellos en inmigración. Nos decidimos por hamburguesas y platicamos un rato en cuanto Marisa nos encontró.
El vuelo partía en dos horas y Marisa tenía que ir ya al área de abordar, la acompañamos para despedirla, Jordi la abrazó y se despidió con dos besos, cuando me acerqué, ella dejó caer el pase de abordar y yo lo cogí del suelo.
―Gracias―al dárselo nuestras manos se rozaron y tuve una pequeña descarga eléctrica en la nuca.
―No hay de qué―dije y quedamos en silencio―mira... qué yo sólo he venido...para, bueno hablar acerca del otro día...―estaba muy agitado.
―¿Qué sobre el otro día?―soltó ella con fingida confusión―ahhh sí, muchas gracias por apoyarme y aconsejarme por lo de las fotos.
Vale, lo entiendo ella no quiere hablar del beso y no voy a presionar ni nada. De repente llegaron unos tíos para hacerse una foto conmigo y luego con ella y he de admitir que me puse un poco a la defensiva, porque aún era muy fresco lo de las fotos, no quería que nadie le hiciese daño.
Los tios se fueron y mientras observaba como se alejaban Marisa se me echó en brazos, yo la abracé con fuerza y la levanté del suelo, el aroma a frutas de su pelo me hizo cosquillas en la nariz y la sensación de su cuerpo pegado al mío me hizo sentir un cosquilleo en la boca del estómago.
―Te veo en cuatro meses, ¿sí?―dijo ella pero yo no quería soltarla.
―Regresa pronto Marisa, regresa―susurré.
―Lo juro, es más en cuanto termine mi última clase agarraré el primer vuelo de regreso―susurró ella también y nos soltamos.
Marisa entró a la zona de abordaje y yo regresé a con Jordi, él me miraba con seriedad.
―¿Qué ha sido todo eso, tío?―apuntó con la cabeza al sitio en donde estábamos Marisa y yo hace un momento.
―No tengo idea...en serio no sé qué coño pasa―dije, con un poco de preocupación.
Al llegar a casa, busqué el broche de la Casa de Flores que me había regalado Marisa hace tiempo y lo tuve en las manos hasta que caí dormido, esperando a que me llegara un mensaje de ella diciendo que había llegado ya a Salamanca y qué no le había gustado y volvería mañana a Barcelona, que regresaría a mí. Qué cuatro meses es mucho tiempo, coño.
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Jugando A Ser Eternos (AuronPlay)
FanficEl amor no es suficiente, no dura para siempre lo único que es eterno es esto; el presente. Lo demás sólo es un juego. ―Entonces, quiero seguir jugando...