En la segunda mejor escuela de la capital de Axidra, un profesor escuchaba las excusas por llegar tarde de un alumno al mismo tiempo que veía como otro disimuladamente volvía a su asiento.
Merian una vez llegó a su pupitre no paraba de pensar en lo que le dijo el chico nuevo hace sólo unos minutos en el baño:
–Soy un betalfa –reveló el moreno.
–¿Betalfa? –cuestionó, él jamás había oído algo igual.
–Sí betalfa, soy parte beta y parte alfa.
–¿A qué te refieres? –preguntó bastante intrigado.
–Significa que tengo dos castas, la mitad de cada una.
Merian frunció el ceño, obviamente entendía que él tenía esas dos castas pero el porqué no le quedaba claro así que se lo preguntó.
–Bueno... es una condición que sufre una de cada tres mil personas.
–¿Y por qué nunca escuché hablar de ella?
Merian sólo había escuchado de los extraños deltas que vivían ocultos en los bosques.
–Ya te dije que no es nada común y para no causar problemas en los registro se elige únicamente una casta, a mí me pusieron alfa.
–Comprendo pero ¿por qué quieres que use los supresores?
–Es que... tu olor es molesto para todos, hacemos un gran esfuerzo para no lastimarte _alegó.
–¿A eso te refieres con ayudar? –preguntó molesto–. ¿Y quién me ayuda a mí?
–¿Qué?
–Tengo que soporta el asqueroso olor a alfa en todo el salón.
Lian se quedó callado y luego balbuceó.
–Yo creo que puedo...
–¿Puedes qué? –cuestionó el omega aún molesto, no creía que él pudiese encontrar una solución al problema.
–Aunque no sea mucho yo usaré supresores todo el tiempo e intentaré hacer que los otros también lo usen.
–Sí, claro –dijo sarcástico–, decirlo es más fácil que hacerlo.
–Es verdad –afirmó para después agarrar uno de los supresores y tomárselo.
Merian se quedó un rato observándolo la verdad no creía que lo hubiera hecho.
–Huele por favor –pidió dejando expuesto su cuello.
El omega lo dudó mucho, pero terminó oliéndolo y era verdad ya no tenía olor a alfa.
–¿Te parece bien ahora?
–Sólo volvamos –ordenó intentando ocultar ese pequeño sonrojo que apareció en su cara, nunca pensó que un alfa hiciera algo así, después de todo a un alfa le enorgullecía su olor lo consideraban un punto clave de su virilidad.
Ya estaban cerca del aula cuando Merian paró de repente, había olvidado completamente su posición social.
–No, espera, no podemos –dijo sosteniendo su brazo logrando que se detuviera_. Nos malinterpretaran si llegamos juntos.
–¿Y qué? –respondió liberando su brazo dispuesto a seguir.
–Los rumores se esparcen rápido llegarán a mi padre, él no me escuchará sólo actuará _contestó inquieto respirando más rápido.
Merian no quería que lastimaran a otro por su culpa y mucho menos quería cambiarse de escuela, porque a pesar de que no tenía amigos o se relacionará con sus compañeros ya se había acostumbrado a ese colegio y no creía que en uno nuevo le fuera mejor.
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No Quiero Fallar (omegaverse)
Novela JuvenilLa adolescencia es una etapa difícil y más aún cuando tus padres te dicen que tus actos deberían estar de acuerdo con tus limitaciones sociales y tu pasado, pero en cambio estos se rigen por las ordenes de tu inmadura mente. Merian vive en una man...