Capítulo III

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Daphne se sentía intrigada mientras caminaban por los solitarios pasillos de la escuela en dirección al salón de cómputo, tanto a Cole como a ella se les había hecho tarde gracias al entrenador, quien había llamado a su novio al gimnasio hace apenas unos minutos, necesitaba hablar con él con respecto a las competencias que se llevarían a cabo en la escuela dentro de dos semanas, sin embargo, ella a lo único que había logrado prestar atención era a las felicitaciones que le habían brindado por haber sido elegido como integrante del equipo competidor, citando las palabras del entrenador "se había ganado un lugar", más allá de ello no recordaba nada, ya que sus pensamientos sólo podían concentrarse en lo que había sucedido en la cafetería con los hermanos Jones, no solía llamarlos así, de hecho no podía recordar una ocasión previa en que lo hubiera hecho ya que ambos eran tan diferentes que juntarlos de tal manera en ocasiones se le hacía casi imposible, mas, en esos momentos eso era una excepción, ya que solo podía pensar en la unidad que habían conformado con su taller de resuelve misterios y en lo que pudo haber llevado a Jonas a tomar la decisión de separarse, la cual, a lo que conocía del mismo, debió de haberle llevado un buen tiempo de meditación al respecto, porque, al final de cuentas, así era él, no hacía nada sin antes haberse asegurado de que era lo mejor.

- ¿Me escuchaste? - dijo Cole al lado suyo, mirándola en búsqueda de una respuesta, mientras que ella solo pudo juntar el entrecejo ya que había ignorado cualquier palabra proferida por él durante esos momentos.

- Perdón, ¿Decías? 

-¿Debería de preocuparme porque no sea yo lo más importante en lo que estés pensando? - acercó las manos a los libros que sostenía sobre su pecho y los sostuvo en uno de sus brazos, sin molestarse en evitar ningún roce con su piel que el acto pudiese provocar, mientras que, con la mano desocupada acomodaba un mechón de su cabello que se había soltado de su peinado. Ella se mordió el labio mientras lo veía sonreír unos pasos más cerca.

- ¿Y cómo sabes que no eres tú quien me está distrayendo de escucharte? - preguntó juguetonamente, al tiempo que cualquier pensamiento que no involucrara al chico que tenía frente a ella abandonaba su mente.

Él enarcó las cejas y la tomó de la cintura, en un movimiento repentino que hizo que sus libros y la mochila de él cayeran al suelo y ella se viera obligada a caminar hacia atrás hasta quedar recargada en la pared más cercana con su cuerpo rodeándola. A pesar de que entendía cuál era su principal intención, no podía evitar reírse mientras él acercaba lentamente sus labios a su cuello y trazaba una línea de besos hasta su boca, provocándole cosquillas con dicho acto.

- Vamos a llegar tarde a cómputo, otra vez- le dijo una vez que posó sus labios sobre su rostro, tomando su cara entre sus manos y separándolos unos centímetros.
Mientras lo miraba a los ojos no podía evitar sentir ternura por su mirada suplicante y sus cachetes aplastados por sus manos, eran justo esos momentos con Cole los que la hacían convencerse de que era capaz de mantener una relación y que todo saldría bien con ella. - Vamos, que ya no puedes permitirte llegar tarde. - le señaló, por más que ella misma estuviera replanteándose la posibilidad de quedarse un rato más con él en el pasillo, cosa que sería imposible, si tomaba en cuenta que, como competidor, ahora tenía más deber con la escuela y los horarios si es que quería conservar su puesto.  
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Mientras tanto, para Fred y los chicos el día ya no se pasaba igual de rápido, no podían dejar de pensar en lo que había pasado en la cafetería con Jonas , para Fred su acto no podía describirse de ninguna otra forma más que como una traición y sabía que su hermano lo entendía, lo conocía demasiado bien como para pensar que lo sentiría de otra forma, pero no le había importado. Pensando en alternativas de cómo hubiera preferido que su hermano le dijera lo que pensaba hacer, lo único que conseguía era incrementar su enojo, el mismo que de por sí ya estaba por los cielos. Ni él ni sus amigos se merecían eso, porque obviamente asumía que sus amigos se sentían igual que él por más que quisieran disimularlo tratando de poner atención a las clases o comiendo dentro de las mismas. 

Hello... SweetyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora