Capítulo 7 "Confesión Parte 1"

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La puerta del vehículo se abrió y uno a uno iban saliendo de el.

-Suban al departamento- indico Jin, quien se quedo esperando a la chica. Esta, con la vergüenza plasmada en sus ojos, bajo y miro a Jin.

-Oppa…yo- trato de dar algún tipo de explicación, pero las palabras no salían.

-Tranquila linda, no pasa nada, esto no fue tu culpa- trataba de reconfortarla.

-Claro que si oppa- y las lágrimas invadieron su rostro de nuevo -Fue totalmente mi culpa, todo por no ser una persona normal.

-Claro que lo eres, solo tienes pequeños detalles que te hacen especial- hablo el chico en tono maternal -Solo debemos aprender a vivir con ello y tener mas cuidado en el futuro.

-Jamás debí ir a esa audición- dijo en tono ácido la chica -Solo les estoy trayendo problemas- termino de hablar y comenzó a caminar hacia el departamento. Jin la siguió algo desanimado, pero ya se las ingeniaría para hacer que la chica dejara de sentirse así.

Ambos llegaron al departamento y al entrar, encontraron a todos sentados en la sala. Al chocar su mirada con la de los chicos, Yon-Soo se sintió aun mas avergonzada y sin mediar palabra, corrió escaleras arriba y se encerró en su habitación.

-No te atrevas a moverte Tae-Hyung- hablo con firmeza Jin, al ver como el chico se comenzaba a levantar del sillón donde se encontraba -Bien- hablo el chico al tiempo que se apretaba el puente de la nariz -¿Puedes explicarnos que paso Yoon-Gi?

-Ya que- contesto el aludido y comenzó su relato.

Suga les comento lo sucedido. Desde que se percato de la tardanza de la chica en el sanitario, hasta cuando todos estaban reunidos en el comedor privado.

-¡Ese maldito!- exclamo furioso Tae.

-Debí haberle insistido en que alguien fuera con ella- se lamentaba Nam-Joon.

-No tiene caso que te lamentes cariño- comento Jin -No servirá de nada, lo que debemos pensar, es en como protegerla en el futuro.

-En eso tienes razón- intervino Ho-Seok -Si esto paso por el simple hecho de exponer tan solo la piel de sus hombros, ¿Qué pasara si en algún concierto le piden vestir aun mas descubierta?

Ante aquel comentario, un escalofrío les recorrió la espalda, no querían que algo así volviera a suceder o que esta vez, fuera aun peor. A pesar de que aquella extraña chica, llevaba apenas menos de veinticuatro horas con ellos, cada uno a su manera, sentía una conexión con ella, que no deseaba romper.

Por su parte, la chica seguía encerrada en su cuarto. Se había quitado el desgarrado vestido y lo había arrojado a un rincón del cuarto. También se había desecho de la poca ropa interior que llevaba, así como de su peinado y se metió a la ducha. Tenía sobre su cuerpo una desagradable sensación y sentía la necesidad de quitársela a base de jabón y agua.

Abrió la regadera y se metió. Estaba haciendo amago de toda su fuerza de voluntad para no romper en llanto.
Pero el hecho de estar escuchando la conversación que tenían sus hermanos en la sala, no le ayudaba.

Así que termino derrumbándose en el piso de la ducha, abrazando sus rodillas y dejando que el agua se llevara con ella su amargo llanto.

-Esto es un error- decía entre sollozos -¿Por qué lo hiciste Yon-Soo?¿Por qué fuiste a aquella audición?- se interrogaba, recordando como se había sentido al escuchar que estaban buscando una chica con talento para ser parte de aquel grupo.

Ella llevaba años lejos de los reflectores, había decidido llevar una vida simple, desempeñando la última carrera que había estudiado. Medicina.

Ella ya había escuchado las canciones de los chicos, incluso llego a ir a un concierto en Japón, algo de ellos la había atraído y no era precisamente el físico, algo mas profundo, por eso, cuando escucho de aquella audición, no lo dudo ni un momento, en aquel instante, tanto su naturaleza, como los “defectos” que esta provocaba, no le habían importado. Y cuando fue elegida, se sintió tan bien, que recordó los viejos tiempos cuando era parte de la opera.

Claro que a aquellos buenos recuerdos, se le sumaron los malos y ahí fue donde cayo en cuenta lo que había hecho, pero ya no había marcha atrás, ya había firmado el contrato.

Y por aquel sentimiento que no entendía, se encontraba en ese momento, sentada en la regadera del baño, donde vivían aquellos chicos que le provocaban sensaciones que no entendía y causándoles los problemas que ella se había empeñado en evitar.

¿Qué iba a hacer ahora?, era la pregunta que rondaba su mente. No podía renunciar, no podía solo irse.

Enredo con frustración sus manos entre su cabello y jalo de este, aunque de nada serviría, no sentía dolor alguno.

-Iré a ver como esta- escucho repentinamente la voz de Jin y como este comenzaba a subir las escaleras, así que se incorporo. De manera sobre humana tomo aquella ducha, escurrió su cabello y salió del baño envuelta en la bata, no quería que Jin la viera llorar de nuevo.

Se acerco al gran armario que tenía en su habitación y busco su pijama, constaba de una camisa holgada de color rosa y un short a juego, que dejaba ver desde la mitad de sus muslos.

Seco su cabello y justo cuando lo estaba cepillando, tocaron la puerta.

-Adelante- dijo fuerte y claro. Jin entro y la vio sentada en el banco del tocador.

-Hola linda- saludo cariñoso -¿Cómo te sientes?

-La verdad oppa, no muy bien- respondió ella agachando su mirada.
El se acerco y le acaricio su mejilla.

-Tranquila- le dijo sonriendo para darle ánimos -Encontraremos la manera de que esto no vuelva a suceder.

-¿Y como oppa?- pregunto ella amargamente -¿Cómo harán eso?- ella decía haber buscado una y mil soluciones para ese problema, encontrando únicamente la de vestirse como monja.

-No lo se nena, pero algo se nos ocurrirá- ella solo asintió, aunque en realidad no creía mucho en aquel argumentó -Descansa vale, si necesitas algo no dudes en buscarme.

-Si oppa, gracias- respondió y por mas que trato de devolverle la sonrisa al chico, no pudo, solo podía mostrar aquellos ojos grises y aguados.

El chico le dio un beso en la frente y salió de la habitación. En cuanto la puerta se cerro, aquellas amargas lágrimas, cayeron de sus ojos nuevamente.

Jin, le dijo que descansara, pero simplemente no podía, aparte de que no tenía nada de ganas de arreglar su cama, así que se levanto del banco y se dirigió a los grandes ventanales, se sentó en un hueco que había entre ellos y el gran armario, no era un espacio muy grande, a lo mucho de un metro, pero estar ahí metida, la hizo sentir resguardada de alguna manera.

La luz de la luna le daba de lleno, iluminando la mitad de la habitación.

Sin poder detenerlo, comenzó a sollozar, no lo hacia de manera estridente, pero cualquiera que se acercara a su puerta, podría notarlo.

Una persona se percato de ello, aunque no necesito llegar a la puerta, los muros que había entre cada habitación, no eran precisamente gruesos, así que el habitante de al lado, escucho a la chica y sin dudarlo fue a buscarla.

-¿Yon-Soo?- dijo el chico, entrando directamente, la chica giro con sorpresa su mirada hacia la puerta, viendo que el chico asomaba la mitad de su cuerpo por ella.

-¿Qué pasa oppa?- pregunto ella dudosa.

-Es que…- el chico rasco su nuca sin saber que contestar -Escuche tu llanto, las paredes dejar pasar el sonido y vine a verte- como era de esperarse la mirada rosa de la chica se hizo presente.

-Lo siento, no quería molestarte Tae oppa.

-No, no eso- dijo el chico alarmado -Solo me preocupe, ¿Puedo acercarme a ti?- la chica lo dudo, pero al final accedió -¿Por qué lloras?- dijo al estar de pie frente a ella.

-Porque solo causo problemas, porque soy un monstruo lleno de defectos que ni siquiera debería existir, estoy viviendo una vida y un sueño que no me corresponden- Tae se quedo asombrado por aquellas palabras, no entendía a que se refería la chica con todo eso y ella no fue consiente de que quizás había hablado mas de la cuenta, hasta que vio el semblante de duda del chico.

-Tu no eres un monstruo Soonie, solo eres especial- contraataco el chico.

-Si lo soy oppa, si supieras la verdad hasta tu me tendrías miedo- dijo la chica sin mas, no era consiente de las consecuencias que aquella plática podría tener.

-¿De que hablas?- el chico se estaba desesperando por no entender.

-La verdad ni yo- respondió ella -Jamás había dicho mas de la cuenta a nadie, no se porque se me esta haciendo tan fácil hablar contigo.

Tae estaba revuelto, se paso la mano por el cabello con frustración, por mas que trataba de encontrarle pies y cabeza a lo que le decía la chica, no podía.

Ella suspiro resignada, había dos voces en su interior, una le decía que podía confiar en el chico y otra que se callara, que lo único que conseguiría era que le tuviera miedo y se quedaría sola otra vez.

-Oppa, se que no debería, pero siento algo aquí…- dijo señalando su pecho, del lado donde esta su corazón -Que me dice que te diga la verdad, que de algún modo puedo confiar en ti y liberarme un poco de esta carga.

-Hazlo, estoy seguro que nada de lo que me digas me hará cambiar lo que siento por ti- ante aquel comentario, la chica lo miro con extrañeza, obligándolo a analizar sus palabras -No, digo, el aprecio que te tengo por ser parte del grupo- trato de arreglarlo. Ella solo le sonrió.

-Bien- dijo poniéndose de pie y acercándose al armario, de el saco un cofre de madera pequeño, se veía sumamente antiguo -Pero si veo que no lo puedes manejar, te haré olvidarlo- el chico la miro sin entender a que se refería.

Se sentó nuevamente en aquel hueco, solo que esta vez de espaldas a la ventana, para que la luz de la luna iluminara aquello que le quería mostrar al chico. Palmeo el piso a su lado y el se sentó junto a ella.

Abrió el cofre y saco de este un portarretrato de lo que parecía ser oro, era mas o menos como de 25 cm, en el, había una especie de retrato pintado al óleo , se veía ya algo cuarteada la pintura. Se lo paso al chico para que lo viera.

El miro aquella foto intrigado y a la vez maravillado, a el le encantaba la pintura y ver aquel cuadro, le pareció maravilloso.

-Es muy hermoso... la chica también es linda- dijo sonriente a Yon-Soo -Parece muy antiguo también.

-Lo es, es de 1753- respondió ella como si nada.

-¡Wow!- exclamo el chico -¿Cómo lo sabes?- y ante aquella pregunta, Yon-Soo dio un largo suspiro.

-Porque esa de ahí…- aguanto la respiración antes de responder -Soy yo- el semblante del chico cambio ante aquella respuesta, tenía una clara expresión de shock en su rostro.

-E-eso es imposible- fue lo único que pudo decir.

-No lo es oppa- un suspiro mas -Yo soy esa chica, mi nombre real es Marie La Font, nací el 24 de octubre de 1736, en la ciudad de Nueva Orleans, la cual en aquel entonces, era conocida como la cuna de los vampiros.

TUS OJOS TE DELATAN (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora