Capítulo 2

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Los días fueron pasando mis amigos sentían que los había abandonado puesto que cada  pausa afuera de mi aula se encontraban esas copias resguardando la entrada, y sin tiempo de reclamos o rechazos me tomaban para salir corriendo a nuestro lugar.

Todo parecía marchar sobre ruedas, pero todo cambio cuando ella se acercó, como un gato en plena cacería los miraba, como si de comida se tratase, con un guiño por aquí y una caricia por allá los sedujo y en un parpadeo deje de existir.

A la mañana siguiente ellos ya no esperaban en el patio a que llegara, mi corazón se achicó pero el show debía continuar, volví a la vieja rutina, discutir con Vanesa sobre algún libro o serie y sobretodo a sentarme frente a la cancha de fútbol con John para mirar a las chicas, mientras criticábamos al mundo.

Todo parecía normal pero no lograba sacarme su mirada fría y calculadora de la cabeza, deseaba saber todo de él, desnudarle el alma. Pero eso no era posible ahora se encontraba en otro aparador. De vez en cuando volvía a nuestro lugar, me sentaba bajo el árbol a leer o simplemente a despejar mi mente.

Podía sentir la paz del momento, el viento moviendo mi cabello suavemente, los pájaros cantar, era un silencio perfecto como de película, recogí mis cosas y me dirigí a clase del señor Digory, me sorprendió no verlo al llegar al aula, su puntualidad era magistral, tome asiento y saqué los libros, de mi libreta cayó una nota doblada que ponía:

Te encontré.

Por un momento pensé que se trataba de una broma, hasta que en mi celular sonó un mensaje, era una foto mía sentada debajo del árbol hoy. El aire desapareció de mis pulmones, comencé a temblar sin razón, todo parecía hacerse cada vez más pequeño, no podía respirar, el pánico me había paralizado, lloraba sin poder contener las lágrimas, los peores escenarios pasaron por mi mente.

Sentía que perdería la conciencia, cuando sentí unos brazos que me tomaban del suelo, no podía calmarme, sabía que era un ataque de pánico, pero no podía detenerlo los pulmones me ardían por la falta de oxígeno, el corazón martillaba en mi pecho, entonces sentí el agua fría chocar conmigo, los brazos del desconocido no se separaron de mi en ningún momento, ese acto y la ropa pegada a mi y el frío logro sacarme del shock. Fue entonces que mire sus ojos azules como el mar llenos de preocupación, su cabello mojado se pegaba a su rostro.

Por primera vez me permití ser frágil y me escondí en su pecho, no quería que me soltará. Entonces llegó Vanesa corriendo, no sabía que estábamos en el laboratorio hasta que me separé de él.

Su aroma era algo que no podría olvidar, ambos intercambiaron palabras y ella salió del salón mientras él se sentaba a mi lado. Por su mirada esperaba una explicación para la que no estaba segura de dar.

No podía decirle que era lo que había sucedido así que me levanté para irme, sin mediar palabra, casi llegaba a la puerta cuando me detuvo para abrazarme y decirme que el me apoyaba que no importaba la razón pero que me cuidaría.

Aún seguía en sus brazos cuando recibí una llamada de mi madre, decía que algo había sucedido en una de las tiendas y debía hacerse cargo que pidiera a John que me  devolviera a casa, pero no sabía dónde estaba él.

El profesor Digory se propuso llevarme a casa y con lo nervios de punta acepte. No quería llegar sola a casa y menos sabiendo que él me había encontrado. Salimos a buscar nuestras cosas y caminamos por el estacionamiento de la Universidad hasta un Mustang Shelby color negro, Era un carro divino. 

Durante aquellos momentos ni siquiera podía imaginar que tan solo a unos pasos se encontraba el dueño de la nota, observando como un águila a su presa desde las alturas, el se encontraba ahí justo a la vista de todos, sin embargo nadie parecía notar su presencia, y así como llego se fue, sin dejar rastro.

Al llegar frente a mi residencia, no podía dejar de divagar entre invitarlo a pasar o dejar que se marchara seguramente tendría a alguien esperándolo en casa, por lo que después de lo que parecieron horas me gire a él y le agradecí.

A Punto de girar la llave el miedo me invadió de nuevo no quería estar sola, sabía que mis padres no estarían todavía en casa, mi padre regresaba a las 6:00 si no se obsesionaba con su trabajo y mi madre luego de llevar a varias citas médicas a mi nana, bueno llegaba pasadas de las 7:00 si no se habían retrasado.

Por lo que sonreí y le invite a pasar.

-Puedo ofrecerle algo de tomar Profesor Digory?- dije mientras caminaba a la cocina.

-Solo agua por favor- respondió con su característico acento inglés.

Podrías decirme qué fue lo que pasó en la escuela?- mencionó mientras su mirada oscura como la noche buscaba leerme.

Nada importante-

Después de eso no volvió a preguntar, se fue de mi casa cerca de las 6.30 de la tarde, se preguntaran que paso mientras estuvimos juntos bueno eso es una historia para luego.



Bajo las sombras del paraíso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora