Capítulo 5

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No podía creer que en un minuto había terminado enredada en las sabanas de Esteban, eso era algo que en definitiva no hubiera hecho en el pasado pero aún así cedí al pecado, y me deje llevar era una sensación muy relajante el estar entre sus brazos, pero no me sentía completa, algo faltaba.

Las semanas pasaron y Esteban cada vez se comportaba más y más extraño, frío distante, y en ciertas ocasiones hasta grosero, pero con todo y eso era bastante protector no dejaba que ninguno de sus amigos se acercara a mí, todos eran una bola de mujeriegos y lo peor es que tenían un cuaderno donde anotaban a las chicas que se llevaban a la cama, muchas veces me pregunté si yo me encontraba en las conquistas de Esteban pero eso es algo que a la fecha de hoy desconozco, es un secreto que se irá con él a la tumba supongo.

El fin del semestre llegó y con él todas las dudas sobre el verano agobiaban el aire, por los pasillos corrían los rumores sobre un baile de fin de semestre, algo bastante parecido a lo que se observa en las películas estadounidenses, y evidentemente ninguna chica quería llegar sola, la presión de los exámenes, el decidir   hacer para el resto de las vacaciones, todo era como un campo minado, y aun así todo parecía normal.

Sin embargo nada es lo que parece y la vida de todos cambiaría en un abrir y cerrar de ojos, era una mañana de agosto cuando la tierra retumbó y se levantó de manera violenta, las paredes tronaban, el suelo se movía como las olas en el mar en día de tormenta, los vidrios se rompieron, y el pánico reinó.

Todos buscábamos ponernos a salvo, en ese momento los adultos parecían haber perdido la capacidad de liderar a los grupos, algunos alumnos tomamos el mando y dirigimos a los demás a los puntos de seguridad, y entonces fue un segundo el necesario para decidir si salvar tu vida o la de alguien más, el edificio de al lado colapso con un ruido sordo y el edificio donde me encontraba amenazaba con seguir a su gemelo, y entonces lo vi un pequeño niño de no más de 6 años se había atorado con un librero que había caído, y sin pensarlo me regrese a buscarlo, en cuanto lo tuve en mis brazos salí corriendo chocando con el Profesor Digory y en seguida el edificio cayó.

El movimiento se detuvo, pero la agonía y el temor no paro, con todo el temor de no ver a nuestros amigos volteamos y sin conocernos nos abrazamos, los teléfonos no funcionaban y la incertidumbre de saber de los nuestros nos carcomía el alma.

En las noticias pasaban los vídeos de los sucesos, y las muertes en la catástrofe aumentaban cada minuto, el apoyo de nuestros hermanos no se hizo de esperar, pero la agonía no duraría poco, para algunos como yo la incertidumbre sobre el futuro nos robaba el sueño.

Y aun así nos levantamos una vez más, con el alma rota por la pérdida de nuestros hermanos, seguimos adelante, las clases se reanudaron casi después de un mes y medio, la escuela había reconstruido los salones y la fecha fue quedando en el pasado, la graduación se volvió el centro de atención.

Los meses siguientes pasaron volando y los resultados de los exámenes universitarios llegaban, algunos salían a celebrar, otros se preguntaban en qué habían fallado, en mi caso había entrado a la universidad por segunda ocasión después de varios intentos, aunque no a la carrera que creía de niña, en aquella época quería ser médico y ahora continuaría con la carrera de psicología y pronto la carrera de lengua, era un plan ambicioso pero si sueñas en grande es mejor no?.

Bajo las sombras del paraíso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora