¿Era mucho pedir que se fueran sin que la molestaran?
Si, al parecer era mucho pedir, porque eso habría significado que le tenían un poco de consideración. Patrice estuvo tocando a su puerta durante unos 5 minutos
sin parar, hasta que por fin la abrió la puerta Lizzie, y cuando sucedió, ella argumentó que no recordaba para que llamó a su puerta y se fue.
Unos cinco minutos más tarde, entró su madre, diciendo que no recordaba haber conocido una chica tan perezosa como ella; que a su edad, a las 6:00 AM ya estaba fuera de cama, haciendo ejercicio u ocupándose de sus propios asuntos.
"Deberías hacer lo mismo ahora, madre. ¡Ocúpate de tus asuntos!" gritaba Lizzie en su mente, sin el valor suficiente para decírselo en la cara. Tal vez si se lo gritara ella se enojaría tanto que no la obligaría a ir a "La Corte", o se enojaría tanto que la dejaría ahí hasta el próximo verano, para que aprendiera buenos modales con la Condesa Marie, una anciana de "buenos modales", que olía a algo rancio y usaba vestidos particularmente horrendos.
-Mañana los Sres. Crawley pasaran a recogerte temprano, Elizabeth.
-Sí, gracias Sir.
Con el duque Holfsworth tenía una buena relación de indiferencia; ni él se molestaba en mirarla y ella se mantenía lo suficientemente lejos para pasar inadvertida. Cuando su madre se casó con él, tuvo la candorosa esperanza de que podría llamarlo "papá", esperanza que se esfumó muy pronto; lo llamaba "Sir", porque llamarlo Duque habría sido demasiado extraño.
Con un beso frío por parte de la duquesa, y un abrazo forzado de parte de Patrice se despidieron cerca de las 8:00 AM.
En el momento en que cerró la puerta tras ellos, corrió con todas sus fuerzas a su habitación, donde se dejó caer en su mullido colchón lleno de almohadones, y con una sincera sonrisa en los labios, quedó profundamente dormida.
Horas más tarde, Betty llegó a despertarla, indicándole que estaba lloviendo muy fuerte, y que ya debía pararse a desayunar.
-Gracias Betty. ¡No sabes lo feliz que estoy!
-Me imagino Srta. Lizzie. Su familia es muy especial.
-Mi familia me detesta. Pero no importa, el próximo año iré a la universidad, tendré un empleo y me marcharé muy lejos de aquí. Creo que solo a ti y a John los extrañaré.
-Baje ya. Usted desayuna, y yo tomo mi almuerzo, ¿De acuerdo?
No se sentía mal porque las únicas dos personas que de verdad la quería en esa casa eran su nana y el jardinero; ellos eran buenas personas, de buenos sentimientos y muy amables. Habría dado muchas cosas por haber sido su hija, en vez de ser de la Duquesa.
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Destino y deber
RomanceElizabeth Archibald pertenece a la aristocracia moderna, siempre eclipsada por su hermosa hermana, por lo que su vida es muy aburrida... hasta que conoce a Nicholas de quien se enamora a primera vista... y a quien no ha reconocido como el príncipe. ...