En contra de todas las probabilidades, la amistad entre Elizabeth con los 2 chicos surgió y se consolidó. Con el paso del tiempo, Clarissa y ella... bueno, comenzaron los roces.
Si bien ya no tenía que pelear por Nick con su propia hermana; porque bueno, Nick ya le había dejado demasiado en claro que no quería nada con ella ni siquiera una amistad, presentándole así a su primo el marqués... ahora debía pelear contra la mejor amiga del príncipe.
-Nick... ¿Crees que soy linda?
-Lizzie, sabes que lo eres. Muchísimo.
Pero esa no era la respuesta que quería, ella anhelaba escuchar de sus labios que en realidad para él no existía chica más bella ni más perfecta. Ella lo amaba.
En el lapso de ese mes no pudo menos que enamorarse hasta la medula del único chico que la tomó en serio, la apoyó e interesó. Ni siquiera William, con su extremadamente bonito rostro podía hacerla cambiar de opinión.
¡No podía querer más a Nick! Lo amaba tanto como se puede amar a un chico a los 17 años. Pensar en él, la atormentaba de cierta forma.
-Eso no es lo que querías escuchar. Dime que pasa Lizzie.
-Lo que sucede es que... ¡¿Por qué tienes que ser tan idiota y no darte cuenta?!
-¿Darme cuenta de qué?
¡De lo mucho que te amo! Gritó Elizabeth Archibald en su cabeza, y deseó tener al menos el valor necesario para podérselo decir de frente. Si tan solo lo hiciera y...
-¡Por Dios! No llores, no te he hecho nada
-Claro que lo has hecho.
-Has estado muy extraña últimamente conmigo, Lizzie, por favor, no...
Muy tarde, tenía los ojos rojos y llenos de lágrimas que salían aún cuando su dueña les pedía que no lo hicieran.
Romper en lágrimas era algo usual en ella los últimos días. Estaba perdida y necesitada de que él de verdad la amara, nunca antes se había sentido de esa forma, era absurdo.
Cada noche fingía frente al espejo que llegaba hacía él, luciendo absolutamente hermosa y que él le confesaba su loco y arrebatado amor.
O soñaba que ella era una doncella en peligro, y él llegaba a rescatarla para declararle que todo éste tiempo estuvo enamorado de ella.
-Nicholas, la tía Genevive está buscándote. Creo que ella y Clarissa están tramando algo –interrumpió Will.
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Destino y deber
RomansaElizabeth Archibald pertenece a la aristocracia moderna, siempre eclipsada por su hermosa hermana, por lo que su vida es muy aburrida... hasta que conoce a Nicholas de quien se enamora a primera vista... y a quien no ha reconocido como el príncipe. ...