Capítulo 16

24.8K 941 40
                                    

Capítulo 16. Lo siento.

Joan tuvo que llevar a Mara a su casa porque estaba muy mal, Matt se quedó conmigo en la sala de espera pero ninguno de los dos decía nada. Uno estaba más shockeado que el otro y ese uno era yo. Suspiré.

Jamás se pasó por mi cabeza siquiera que Ariadnne fuera capaz de hacer eso, ¿cortarse? Dios, no se que tanto daño le hicieron antes por dentro que tenga que demostrarlo por fuera. Parecia una chica tan feliz y tan segura de sí misma cuando la conocí en el bar que, comparándola con la Ariadnne del hospital hay millas y millas de diferencia. Mis codos estaban apoyados en mis rodillas y mis manos sujetaban mi cabeza que me dolía un poco, aún no tomé mi medicamento. Suspiro por enésima vez masajeando las sienes.

-Drew.. -levanto la cabeza para encontrarme con James de la mano con su novia Ashley. Me levanto y abrazo a mi amigo y beso en la mejilla a la chica.

-¿Qué tal está? -pregunta Ash.

-Los doctores dijeron que está estable y consciente. -Suspiré de nuevo sentándome- Nunca pensé que algo así pudiera pasar y menos a ella.

-Yo tampoco -murmura la pelinegra.

-Chicos, este no es el mejor lugar para hacer amigos ni nada de eso pero les presento a Matteo, Matt ellos son James y su novia Ashley y amigos, él es Matt -pronuncio simplemente. Escucho unos "Hola" de parte de ellos pero no levanto la mirada.

-¿Y tú? ¿Cómo estás? -habla James.

-Bien, creo. Me duele la cabeza -por la forma en que su mirada se oscureció entendí que me ganaría un regañón. Genial.

-Pensé que eso pasaría. Me tomé la molestia de pasar por la farmacia y traerte unas pastillas. Son las mismas que tomas, Ar me dejó una copia de tus farmacéuticos. -Me tiende la cajita y yo sonrío sin mostrar los dientes.

-Gracias

Un rato más tarde, una enfermera anuncia que es horario de visitas y que Ariadnne está despierta y si queríamos verla, pero uno a la vez. Le dije a Matt que vaya primero pero negó diciendo que necesitaba un poco más de tiempo para calmarse o de lo contrario le gritaría unas cuantas palabras no muy bonitas a Ar que no le ayudarían en absoluto. Me cedió el paso. Rogando para que no pierda los estribos con ella fui caminando por el estrecho pasillo del hospital hasta la habitacion 234 del piso 3. Toqué dos veces la puerta hasta escuchar un "adelante"

-¿Cómo estás? 

-Andrew yo..

-¿Tú qué? ¿Por qué lo hiciste Ariadnne? ¿Te das cuenta de cómo pudiste acabar si yo no te encontraba? Gracias a Dios que llevaste el auto de la empresa, o si no no tengo ni idea de lo que sería de tí en este momento -dije sin poder contenerme.

-¡Tu no sabes nada Andrew! ¡No tengo por qué darte explicaciones ni tienes por qué criticarme! -habla lagrimeando. Trago el nudo en la garganta

-¿Cómo empezó todo? -digo respirando profundo y sentándom,e en una silla hacia su costado izquierdo. Sus ojos oscuros lagrimosos me miran fijamente y luego baja la mirada.

-Cuando.. cuando era más pequeña, sufrí mucho, críticas, bullying, rechazos, humillaciones, en fin, un centenar de cosas que me hicieron odiar cada parte de mí, Sentía tanto odio hacía mi misma Drew, me reclama el haber nacido, mi padre drogado no estaba casi nunca en casa, solo venía para buscar más dinero o el alcohol que había en la alacena. Sentía tanto desprecio hacia mi vida que ya no quería vivirla, entonces empecé a cortarme, y eso me hacía bien. Me liberaba, sentia dolor físico para olvidar el dolor interior. Cada vez recurría más y más a la cuchilla, con la esperanza que un día cuando estuviese lo suficientemente mal acabara con el desastre de vida que tenía, pero mamá se dio cuenta de eso y gracias a ella dejé de hacerme daño. Todo estaba bien, estaba empezando a ser más segura de mí misma y ya no me importaban demasiado los comentarios de los demás hasta que mamá se murió -se quiebra y agacha la cabeza. No hago nada, quiero escuchar todo lo que me tenga que decir antes de que se arrepienta- Cuando ella se fue todo mi mundo se volvió negro de nuevo, mi papá en el funeral, estaba alcoholizado y dijo que ella merecía morir porque en vida fue una perra, mi hermana, Anabelle, le rogó que se fuera y el no la escuchaba, hasta que ella le dijo todas las cosas que se estaba aguantando y él le golpeó allí en frente de todos. Semana tras semana Ana lloraba por culpa de papá, el ya no vivía con nosotros como era costumbre pero seguía viniendo y mi hermana lo quería mucho y dejaba que el entrase y haga lo que quiera con lo que había, se llevaba las cosas de valor, destrozaba todo y otra vez se iba. Un día me cansé de eso y recogí lo poco que nos quedaba y como era aún menor de edad y no podía hacerme cargo yo todo sola sin antes que me separen de Ana, nos dirigimos a un hogar de niños. Conocí a un muchaco, Brennan, que me dijo que probara ese polvito blanco y que me haría feliz, y que era el polvillo mágico pues si necesitaba dinero podía venderlo. Esa fue la primera vez que fumé. Pasaba el tiempo y consumía un porro cada dos semanas pero también comercializaba la droga, en verdad era un gran negocio.

Nada más que sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora