Capítulo 4

27.7K 1K 31
                                    

Andrew

Miro la cantidad de autos que hay a mi alrededor y a las personas que buscan a sus familiares que regresan de algún vuelo. Me siento algo incómodo o dejado. También tendría esa suerte si mi anterior amante no hubiera sido tan obsesiva. Me reí internamente recordando episodios y llamé a un viejo amigo.

-Hey Jo. ¿Qué hay?

-¿Drew? Bro ¡Cuánto tiempo! ¿Y a que se debe tú llamada?

-A que no sabes quién llegó de nuevo a la ciudad. -dije sonriente del otro lado de la línea

-Noo ¡Estás de vuelta! -suelto una carcajada

-Exacto, estoy en el aeropuerto ¿vienes a buscar a tu mejor amigo?

-Claro, espera, ahora voy para allá.

Y cuelga. Llegué más antes de lo previsto, de alguna manera tenia que deshacerme de Catherine. Su deseo hacía mi ya superaba la raya de la obsesión. Al rededor de quince minutos después, un Kia rojo se estaciona frente a mi y de ahi baja mi buen amigo Joan.

-Mira nada más ¡Pero si el pequeño Andy a crecido! -dice divertido para luego darme un abrazo de hombres.

-Tu no corriste la misma suerte, eh -le digo burlón. Joan y yo nos conocimos en la secundaria y eramos compañeros hasta la Universidad, yo fui a Francia y el se quedó aquí a terminar sus estudios. Nos parecemos bastante a decir verdad. El tiene el cabello castaño y yo rubio, ambos tenemos ojos color café de diferentes tonalidades y también compartimos el bien trabajado físico pero yo mido 1,81 y el 1,79.

-Cuéntame de tu vida ¿Alguna chica? -pregunta

-Ya sabes, muchas, pero nada serio. ¿Y tú que cuentas, alguna mujer te atrapó?

Una sonrisa se planta en su cara desde esa pregunta hasta que terminó de contarme lo colado que esta por una tal Mara Kent. Debo decir que no me esperaba esto.. Joan nunca fue de los que se enamora de la primera que se le pase en frente y hasta donde recuerdo, prefería la joda a algo serio.

-Entonces, ¿lo tuyo con esa Mara va en serio? -pregunto aún sin salir de mi asombro

-Sí, me gusta, me gusta mucho y no se si es muy apresurado pero creo que le quiero -dijo serio. Reí.

-Awwww -hice sonido de mujer- el pequeño Joan se ha enamorado -un golpe de puño tocó mi torso y yo se lo devolví y terminamos jugando como haciamos de niños ante la mirada de varias personas curiosas. Cuando un oficial de Policía vino a decirnos que era espacio público y "juegos" asi no se aceptan en el predio del aeropuerto, subimos al auto camino a casa.

Apenas llegamos a casa de mis padres, Joan se excusó diciendo que tenía que comprar algo para su hermana y que le gustaría presentarme a su novia oficialmente. Mamá al verme me rodeó con un fuerte abrazo y luego me dio un beso en la frente. Como cuando llegaba de la escuela, como en los viejos tiempos.

-¡Hijo! ¿No que llegarias en cuatro horas?

-Si pero hubo un.. cambio y decidí adelantar el vuelo ¿es malo?

-Oh, no, no. Solo que queríamos ir a buscarte.

-Joan me trajo.

-Me alegro que no hayas cortado comunicación con él. Es un buen muchacho.

La gran mansión Strauss seguía como la recordaba, paredes color crema y muebles blancos o marrones.

-¿Y Cam? -pregunto por mi hermana menor.

-Seguramente en la empresa. Le diré que venga a almorzar junto con Kev y Rich.

Camila se casó hace tres años con Richard, un socio de la empresa, y luego de un año tuvo a Kevin. Mi sobrino. No lo veo desde hace algún tiempo.

Cuando mi hermana me vió, me abrazó y besó toda mi cara. Solo nos llevamos dos años y siempre hemos sido muy unidos.

-¡Andrew!  No sabía que ya llegaste ¡estas tan guapo! -sonrío ante su halago. A su lado, el pequeño Kevin- Kev, aquí está el tío Drew -dijo. Me puse a su altura.  El niño curioso miró hacia mi dirección y al reconocerme, también se lanzó a mis brazos.

-¡Hola campeón! Estas hecho todo un hombrecito ¿eh? -digo mientras desordeno su cabello y le hago cosquillas.

-Tio Dew achi no -decía entre risas.

-¿Tio Dew? -repito divertido.

-No le sale Drew -dijo Richard encogiéndose de hombros. Tomando a Kev con un brazo, lo levanto y saludo a su padre. La tarde se pasó entre juegos, chistes y mucha charla. Hoy me quedaría a dormir aquí. Ya mañana estaría instalándome en mi nuevo hogar.

Después de cenar papá me llamó a su oficina.

-Hijo, me alegro que estés aquí y hayas aceptado la presidencia.

-No hay de que padre.

A este señor le tenía muchísima admiración, tanto como a mamá. Empezaron de cero planeando el futuro para sus hijos y llegaron muy lejos.

-Ya te he conseguido una secretaria y si no estás muy cansado me gustaría que empieces mañana ¿te parece?

-Si papá -contesto simplemente- Ya es tarde deberías dormir.

Robert lanza una carcajada. Como si el mayor de aquí fuera yo. Toce un poco y eso hace que me preocupe- ¿Papá estás bien?

-No te preocupes hijo, la edad no viene sola -contesta levantándose- Buenas noches Andrew.

-Buenas noches papá.

A las diez de la noche mi celular vibra con un nuevo mensaje

10.02 pm Joan:

Quiero presentarte a Mara esta noche ¿Estas disponible?

Contesto al instante.

10.02 pm Andrew: Claro ¿donde?

10.03 pm Joan: En Stark, en diez minutos.

Recuerdo ese pub. Siempre íbamos a festejar algo o solo a pasar la noche, no sabía que aún funcionaba. Me calso unos jeans negros que estaban arriba de mi maleta a mano y una camiseta negra con unos zapatos del mismo color. Desordeno mi cabello y bajando las escaleras tomo las llaves de mi viejo audi azul metálico estacionado en el garaje de la casa. Lo enciendo y no pasa mucho tiempo hasta que estoy enfrente del bar donde habíamos quedado.

Nada más que sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora