🌺Trece🌺

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Laito volvió al camping, con mucha felicidad en su interior, había esperado días en probar la sangre y los labios de Irupé, y al fin había sido.

Estaba orgulloso de si mismo, pero a la vez estaba muy feliz y satisfecho, bueno casi satisfecho, porque él quería llegar a algo más.

Pero hasta ahora, se conformaba con probar los labios y la sangre de Irupé, lo que más le encantó fue la sangre de la muchacha.

Jamás había probado una sangre, tan líquida, tan sabrosa y dulce y en especial tan hirviente que lo concitaba con sólo olerla, ni siquiera las novias de sacrificio tenían esa sangre tan vigorosa y excita.

Definitivamente, era la chica más deliciosa que había probado, y la única que tiene unos labios tan carnosos y únicos que deseaba probar una y mil veces.

Traspasó los árboles, entrenado al camping para acercarse a una fogata y agarrar algunos macarrones que había en un olla, calientes.

Se llevó los macarrones a la boca, disfrutando de su sabor, para dejar la olla en su lugar y caminar hasta su carpa.

— Ni con macarrones te podrás quitar ese olor a Mneko~chan. — Comentó una voz masculina y chillona.

Laito se detuvo en su sitio, para sonreír, lamiéndose los labios con sabor a macarrones, para voltear y encontrar a un vampiro rubio de ojos celestes como el cielo, que lo miraba con una sonrisa traviesa y burlona igual que la de él.

En seguida se le vino el nombre a la mente, era nada más y nada menos que Kou Mukami.

— ~nfu~ tal vez no, o tal vez si, quien sabe, lo que si sé es que tendré todo su ser y su cuerpo. — Comentó Laito, acomodándose el sombrero.

— ~moo~ que malo eres, ¿No te cansas de lastimar a tantas personas, de jugar con sus cuerpos y sentimientos? — preguntó el rubio —, parece que no, hasta que alguien te demuestre el mismo juego sucio que estás jugando. — Ríe —, y cuando pase eso, lo voy a disfrutar muchísimo. — Agregó, guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Laito soltó una carcajada, para mirar al rubio con diversión.

— ¿Y eso a ti qué te asegura que pase? — preguntó, haciéndole borrar la sonrisa al rubio —. Tal vez jamás pase y yo siga con la mía o tal vez no, pero jamás nadie podrá destruir este corazón, que no existe. — Exclamó soltando una carcajada.

— Oh sí que pasará Laito~kun — habló Kou, mirándolo con una media sonrisa. — Tal vez no destruyan tu corazón de la misma forma, pero la vida te cobrará muy fuerte, y cuando te quieras dar cuenta estarás muy perdido.

— ¿La vida? — Pregunta Laito, alzando una ceja para luego reír, burlándose del Mukami —. En ese caso si llegara pasar, también vendrías tu al mismo infierno, tú haces cosas peores, como buscarte la misma muerte en este preciso instante. — Exclamó, para mirarlo de arriba a bajo —, tú tampoco eres un santo mi querido, eres aún peor que todos, porque fuiste humano ¿y mira lo que eres ahora? Eres uno más de sus enemigos.

Kou ríe, para mirarlo de la misma forma.

— Si no puedes contra ellos, Únete. Me uní pero no a los tuyos. Yo jamás le haría daño a la bitch~chan que estarías por hacerle daño ahora. — Exclamó el rubio.

— Tú sí que no sabes nada. — Habló para dar media vuelta, y seguir caminando.

— Se más de lo que piensas Laito, más de lo que piensas....— Susurró Kou.

El castaño se paró, pensando en sus palabras, para luego sonreír y rodar los ojos, para continuar con su caminata hasta su carpa.

El rubio le tenía gran odio a Laito, y a los demás Sakamaki, ya que culpa de ellos no podía ser Adán, y llegar a su destino, como él le decía.

Y además al ver tantos corazones rotos, culpa del castaño, tenía lastima por el olor de la chica que sintió proveniente del Sakamaki, tenía lastima de la chica próxima que caiga en sus redes, tanto que tenia ganas de meterse para impedirlo.

Pero lo que no sabía es que la vida juega sucio, y el destino es su acompañante y en donde te metes con escorias, escorias sales....

Flor Cautiva ||Laito Sakamaki - Diabolik Lovers|| Libro №1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora