Flor Cautiva ||Laito Sakamaki - Diabolik Lovers|| Libro №1

🌺Diecisiete🌺

A la noche siguiente, Irupé se quedó en su habitación, había decidido no salir esa noche al lago. Las palabras de Kou, hacían eco en su mente. La inseguridad se apoderó su mente, acompañado de la desconfianza, debía de admitir que las palabras del Mukami le hacían pensar y en especial desconfiar de Laito.

Porque si pensaba en la situación de hace días, debía de admitir que a Laito no lo conocía, apenas conversaban, solo se veían en las noches, y aunque le gustará el castaño por su forma de ser y porque fue la primera persona que conoció en su vida, temía que él castaño terminará siendo otra cosa que no aparentaba, como cuando fingió ser humano y resultó un sádico vampiro.

Laito ocultaba muchas cosas bajo esa sonrisa de alegría y perversión, algo que de vez cuando dejaba salir a la luz, cuando las cosas no salían a la perfección como él lo deseaba.

“Aléjate de Laito, él es malo para ti Mneko~chan, tu corazón es bondadoso y déjame decirte que no hay corazones así en todo el mundo, es raro ver corazones así, y si no quieres ser manchada por él, aléjate él solo busca divertirse.”

Aquellas palabras resonaban en la mente de Irupé, en sus recuerdos, haciéndola confundir más de lo que ya estaba.

«“Si no quieres ser manchada por él, aléjate él solo busca divertirse”.» Pensó Irupé, cerrando los ojos, llevando sus manos a su pecho para sentir los desaforados latidos de su corazón.

— ¿Y si Kou-kun tenía razón? ¿Y si solo Laito-kun me busca solo para divertirse? ¿Y no es cruel conmigo porque soy presa fácil para un vampiro como él? ¡No! Pero...¿Por qué me siento tan triste pensando en qué él no me ame y solo me utilicé? Eso...golpea brutalmente mi orgullo, mi dignidad... — Exclamó Irupé en voz alta, caminado de un lado para otro.

— ¿Pero... qué hago? ¡No sé en qué confiar! ¡Demonios! Ni la literatura sirve para saber a quién creerle.... — Habló nuevamente, para soltar un suspiro largo y sentarse en la cama, mirando un rincón de la habitación.

«Deberia hablar con Laito....¿No?» Pensó Irupé.

— ~are~are~ ¿Bitch~chan qué haces aquí? — preguntó una voz chillona y masculina.

Irupé se sobresaltó parándose de la cama, para mirar al dueño de la voz. Encontrándose con el castaño de ojos felinos.

— ¡Odio que hagas eso! — gritó ella, frunciendo el ceño.

— ¿Ah? ¿Hacer qué bitch~chan? — preguntó Laito, confundido y asombrado por la reacción de la muchacha.

— ¡Eso de ir de un lado a otro y desaparecer como fantasma! Es...es...muy incómodo. — Respondió la chica, manteniendo su expresión de seriedad.

— Lo siento bitch~chan. Pero...te noto rara. ¿Estás bien? — preguntó Laito, con seriedad.

Ella suspiró, bajando la mirada hacia el suelo.

— Si, Laito-kun. Es que...ya no puedo confiar en ti. — Confesó Irupé, observándolo.

— ¿Ah? — pronunció Laito, confundido —. ¿A qué te refieres con eso Bitch~chan?

— ¡Es que Kou-kun me dijo que tú no eras bueno para mí y que si no quería ser manchada que me alejara de ti, porque tú solo quieres divertirte! ¡Y no se que significa! Lo único que se que no se hacer... además es tu hermano y esto es confuso, y desaparece como tú ¿Acaso el también es un vampiro? ¡Laito-kun necesitó una explicación porque no entiendo lo que pasa a mi alrededor! — exclamó Irupé, perdiendo la paciencia.