6. Aún te amo.

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Agosto, 2017

Los meses desde el febrero tan contradictorio que vivimos fueron, francamente, una pesadilla.

No tenerte a mi lado de pronto se convirtió en una preocupación secundaria, aunque aún dolía había un asunto más urgente que dejé llegar demasiado lejos: el odio de ella.

En el momento que te fuiste fue como si se hubiera retirado el tenso acuerdo de paz en una guerra.

Ustedes ya no eran amigos, abriste los ojos y viste la maldad de ella, cuanto daño me hacía, el daño que hacía a todos a nuestro alrededor, incluso a ti.

Esos meses fueron terribles, todo se convirtió en una situación absurdamente difícil.

Amenazas, miradas llenas de desdén y odio, peleas interminables, ataques con todo el arsenal que tuviéramos.

En nuestra guerra no hubo ganador, solo personas rotas que tardaron en sanar sus heridas de batalla.

Hasta qué, después de meses infernales todo se calmó, ella se fue también, lo cual causó en mi una reacción opuesta a la causada con tu partida: paz.

Llegó agosto con renovadas esperanzas, ese era el mes de tu cumpleaños, y yo había preparado un regalo con el cual sorprenderte: una carta.

No una cualquiera, sino una carta en la cual expresaba mis más profundos sentimientos y en cierta forma agradecimiento.

Escribí todo, y tenía planeado dártela como regalo.

Ahí lo plasmé todo, y me di cuenta de algo importante: el como te veía.
Eras mi luna, resplandeciente, hermosa e inalcanzable. Sentía que jamás llegaría tan lejos como para tenerte, pero amaba mirarte como mi más grande y lejano anhelo.

Eras inalcanzable para mí, el amor imposible que jamás podría obtener, la razón por la cual podía cerrar mis ojos para evocar los tuyos, esos ojos café que se convirtieron en el mejor sueño que podía tener.

Esa carta, ella era la mejor forma para decirte: te amo, lo hacía y aún lo seguiría haciendo.

Te lo había negado tanto con el pasar de los meses que ya debías creerlo, pero el momento de superarte no había llegado en ese momento, faltaba un golpe final que quitara la venda de mis ojos, pero para ese suceso faltaba lo suficiente como para seguir enamorándome de ti.

Te amaba, estaba segura y hasta este día sigo estando segura de que lo hacía, ¿Como no amarte? Si llenabas de luz mi vida, iluminabas mis noches frías y me cuidabas aún en la distancia, velabas por mi, como el príncipe que soñaba que eras.

Estaba extasiada, esperanzada. Pero pasó lo inevitable, la carta nunca llegó a tus manos.

Debes estar preguntándote si esa carta existe aún, pero nunca la viste o escuchaste de ella, la razón: dejamos de ser amigos por un tiempo.

Nuestra amistad pasó a ser otro campo de batalla para ambos, y con esa última pelea lo supe, por más que te amara no podía esperar de ti algo mas que una amistad.

Por más que esperara que hicieras el mínimo esfuerzo por mí eso nunca pasaría porque no valía la pena para tí. Me querías, pero no me amabas.

En ese momento no podía saberlo, pero fui muy dura. Jugaba a ser juez en un tribunal inexistente, y ahora puedo saber que solo éramos dos niños aprendiendo a crecer.

Pero en ese momento, no sé cómo, un mes después retomamos nuestra amistad, eramos mejores amigos otra vez, yo retomé mis esperanzas de que cambiarías un poco por mí y estoy segura de que retomaste la esperanza de que yo te había superado. Los dos nos equivocamos aquella vez.

Si aún te lo preguntas, la carta aún existe, la tengo guardada junto a un montón de cosas que también pensaba darte, pero que tampoco pudo ser.

Llegué a preguntarme muchas veces que hubiera pasado si esa carta hubiera llegado a tus manos, ¿Quizás tus sentimientos habrían cambiado? ¿Me habrías visto de otra forma? Jamás lo sabré, pero no espero seguir pensando en los "si hubiera", ni en ese entonces ni ahora.

Así que, luna mía, mi príncipe rojo, ¿Habrías estado listo para leer esto en ese momento? No, pero espero que ahora si, que este poema te haga entender algunas cosas que en su momento eran confusas para los dos.

Aún te amo:

Es algo tonto no admitirlo,

Que te anhelo y te deseo día y noche sin esmero.

Te imagino y te sueño con recuerdos,

Tu ausencia me desespera aunque no te des cuenta,

Te digo que eres mi amigo cuando así no te imagino.

Decir que aún te amo es la forma mas correcta de decirlo

Ya que estás presente en la ausencia de tu olvido.

****

...

Besos❤

–P

Recuerdos del llamado amor imposible: café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora