3. De amores jamás se sabe.

87 10 1
                                    

Septiembre, 2016.

Recuerdo que pasamos algún tiempo sin vernos, hablando exclusivamente a través de una pantalla, con mensajes de texto que no se detuvieron ni un día, al igual que lo que yo sentía.

Pero ese fue el mes, volví a verte ese septiembre después de un par de meses.

No creía que podía sentir aun más hasta ese momento en que te vi otra vez, mi corazón retumbó en mi pecho cuando me sonreíste; ¿Alguna vez te dije cuanto me gustaba que me sonrieras? Parecías brillar cuando sonreías, y por ende yo brillaba también, solo bastaba tenerte a mi alrededor para sentir eso.

Jamás podré olvidar mi nerviosismo al volverte a ver. Mis manos temblaban, y sentía que la emoción era más grande que yo, por un momento olvidé todo y solo sentí que estaba tan enamorada que dolía.

Sin pensar en amores correspondidos, ni problemas, solo en tí.

Pero yo lo sabía, o mejor dicho: lo sospechaba. No podía negarme más que no me mirabas igual que yo a ti.

No podía estar segura de que no sentías lo mismo por mi, a pesar de que lo sospechaba y aunque podía estar casi segura no quería perder mis esperanzas.

Aún así te lo dije, te dije lo mucho que te quería, como sentía mi corazón latir desbocado cuando me mirabas, como me hacías sentir la persona más feliz, cuánto me encantaba todo de tí.

Y sentí esperanzas, esa esperanza que sientes cuando crees que podrías estar equivocado y tal vez sentías lo mismo.

Pero, efectivamente, estaba en lo cierto: No te sentías igual que yo.

Eramos solo amigos, no podías quererme como algo mas que eso.
Me destrozaste un poco aquel día, pero no podía darme por vencida. Ya sea por valentía o estupidez, no me rendí.

Eras mi mejor amigo, nada podía ser tan malo de esa forma, así al menos podía verte, y creía que eso bastaba, no importaba si no me correspondías, igual podía tenerte de alguna forma. Podía intentarlo.

En ese momento no veía mi error, de verdad creía que estaba bien eso, que mi dolor no importaba si estaba contigo. Lo entendí hace poco, no estaba bien, no podía pensar de esa forma. Claro está, aunque lo supe mas adelante hablaré de eso luego, ahora lo primero, el verso que inspiraste ese día, el día que mi miedo se hizo realidad, en el que tuve un corazón roto, pero también esperanzas.
Esperanzas que no sabía, eran vacías.

De amores jamás se sabe:

Ellos dos eran mejores amigos,

Nunca imaginarian que serían algo distinto.

Él la conocía como a si mismo,

Y ella aún le quería cuando sus defectos ya conocía.

Él jamás imaginaría lo que su amiga en verdad sentía,

Ella era cobarde y no se lo diría;

Hasta que una tarde aquello cambiaría,

Ella se armó de valor y le expresó todo lo que por el sentía.

Él, anonadado y con una triste sonrisa, le explicó a su amiga que lo mismo no sentía.

Amigos siempre serían,

Pero ella aún le vería como si fuera el amor de su vida.

***

Nota:

Otro capitulooo.

Espero que les guste, cuando sigan pasando los capítulos se verán algunos cambios...

Besos❤

–P

Recuerdos del llamado amor imposible: café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora