Café.

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El café puede resultar adictivo, no tengo duda de eso, porque me volví adicta a él.

Al café de sus ojos, a lo que estos me hacían sentir, esa mirada café podía mantenerme despierta toda la noche. Y me enamoré de ella y todo lo que representaba. Aunque no salió como esperaba...

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Nota:

¡Hola! Estoy resubiendo esto, así que aclaro que estos poemas fueron escritos a lo largo de los años, hace algún tiempo ya.
Disfruten.

–P

Recuerdos del llamado amor imposible: café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora