-Damon ven, vamos a hablar.-Stefan esperaba a su hermano en la planta principal de la mansión de los Salvatore.
-¿Qué pasa ahora?.-Damon bajó las escaleras y llegó hasta donde Stefan se encontraba.
Los ojos de su hermano le miraron fijamente.
El moreno no le hizo mucho caso y fue a servirse un poco de licor para aguantar la larga charla que se esperaba por parte de Stefan.
-¿Qué tienes con Klaus?.-Preguntó el rubio.
Decidió no andarse con rodeos.
-Creo que no eres el más indicado para hablar de planes a escondidas con Klaus...-Los labios del chico de ojos azules se posaron en el cristal para obtener un poco del líquido que se encontraba dentro de este.-En fin, ¿Cómo te has enterado? Espera, no me lo digas, te lo ha dicho Elena.-Damon se hizo el sorprendido con una expresión divertida pero de lo más amarga para el rubio.
Stefan suspiró.
-Como sea, no sé qué pretendes con Klaus y necesito que me lo cuentes.-Dijo su hermano ignorando el comentario del moreno.
-Bien, Klaus tiene un híbrido.-Respondió Damon sentándose en el sofá de cuero negro.
-Un híbrido...qué sorpresa.-El rubio no parecía sorprendido, es más, pensaba que su hermano le estaba tomando el pelo.
Niklaus tenía un ejército de híbridos vinculados a él para que obedeciesen todas y cada una de sus órdenes, que tuviese uno más no sería algo nuevo.
-Sí, bueno, nos lo encontramos en el bosque y Klaus nunca la había visto.-
-Espera, ¿Por qué estabais los dos en el bosque?.-Stefan se acercó un poco hasta el sofá donse se encontraba su hermano.
-No, yo estaba alimentándome, Klaus apareció de la nada.
-¿No te parece raro?.-Damon miró a su hermano extrañado. El moreno no respondió. No quería pensar demasiado sobre cosas que no le llevarían a ninguna parte.
-Bueno, me voy. Ahora ya lo sabes todo.
-Espera, Damon.-El moreno se dio la vuelta aunque estaba a punto de marcharse.-¿Quieres decir que hay un híbrido que no es obra de Klaus?
Damon le miró algo confuso.
-Eso era lo que intentaba decirte.-Y se marchó de allí ,sin más, hacia un lugar más cómodo para poder beber solo.
[···]
-¿Cómo te llamas?.-Rebeca pasó por detrás de la silla donde se encontraba Draven.
La morena había sido víctima de una emboscada, Klaus se fue de la casa durante un tiempo y su hermana aprovechó para entrometerse en la vida de Niklaus.
-Draven.-Respondió la joven en un tono serio.
-Bonito nombre. Como sabrás, yo soy Rebekah.-La chica de pelo rubio sonrió.-Oye, ¿Cómo llegaste aquí?
-No lo sé.
-¿Cómo que no lo sabes?.-La joven pensaba que la estaba tomando el pelo e intentó esconder su rabia.
-Simplemente no lo sé.-Los ojos marrones de Draven la miraron amenazante.
-¿Te crees muy lista?, dime de dónde vienes.
-Te he dicho que no tengo ni idea.-La morena suspiró y se dejó caer un poco más sobre la silla.-Klaus me dijo que Damon me encontró en el bosque y él decidió llevarme aquí.
La rubia se quedó perpleja, su hermano nunca se había preocupado por nadie pero pensó que simplemente se la habría llevado por ir en contra de las decisiones y pensamientos de Damon Salvatore.
Lo que más le extrañó fue que Klaus se la hubiese encontrado en el bosque junto a Damon, aunque pensó que si él la hubiese convertido en un híbrido para tener un esclavo más no sabía por qué ella no sabía nada de eso.
La sala se mantuvo en un silencio muy profundo aunque en la cabeza de las dos chicas hubiese bastantes preguntas sin resolver.
La chica rubia se paseó por toda la habitación y comenzó a toquetear su collar mientras se sentaba en una silla delante de la morena.
Colocó las piernas encima de la mesa.
-Y dime, ¿Te gusta Mystic Falls?.-Rebekah la miró.
No, no intentaba ser amable con ella pero necesitaba enterarse de todo.
Había un detalle que se le escapaba.
-Ni si quiera he salido de esta casa.-Draven parecía cansada.
-¿Qué?.-La chica que la escuchaba se levantó.-¿No has hecho nada? ¿No has ido a ningún sitio porque te lo haya dicho Klaus o...?
-¿De qué estás hablando?.-La morena la miraba extrañada.
Rebekah soltó una pequeña risita.
-Vaya, parece que mi hermanito te oculta más de lo que yo creía...-Se hizo el silencio por unos segundos.-Mi hermano tiene a muchos más como tú, exacto, no eres la única. Y, ¿Sabes para qué usa a la gente como tú? Para darles órdenes y para que hagais todo lo que él diga.
Draven levantó la vista, no sabía de qué estaba hablando aquella chica que parecía estar desesperada por hundir un poco a la morena.
-Vaya, qué gran historia. Te felicito.-La joven se levantó y estaba dispuesta a irse cuando se encontró con la rubia en su camino.
Las dos se miraron a los ojos y la chica de pelo rubio comprendió algo.
-Tú no estás vinculada a Klaus.
-Pensaba que la gente como yo tenía que obedecer ordenes y...¿Cómo seguía la historia?.-Draven sonrió.
No sabía dónde estaba y ahora una chica le decía tantas cosas a la vez que no podía procesar toda esa cantidad de datos.
¿Vinculada?
Qué demonios era eso.Rebekah sacó su teléfono móvil y comenzó a marcar el número de su hermano Klaus.
Esperó a que este atendiese a la llamada.
-Klaus.
-Oh vaya...hola hermanita.-Se escuchaba el murmuro de las personas al fondo lo cual dejaba claro que estaba en el mystic grill.
-Explícame como es que hay un híbrido que no está vinculado a ti.
Se escuchaba al castaño pedir una bebida.
-Ah sí, Draven, ¿Verdad?.-Klaus le dio un sorbo al licor que sostenía en su mano.-No es un híbrido que haya querido que exista.
-¿No lo has creado tú?
No recibió respuesta por su parte aunque era evidente.
-¿Algo más?
-¿Qué vas a hacer con ella?.-Preguntó la rubia.
-No es asunto tuyo.
Finalizó la llamada.
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Color escarlata
Fiksi RemajaEn el pueblo de Mystic Falls, una noche de invierno, aparece una chica de la nada que cambiaría completamente todo en la historia de los vampiros. Ellos creían saberlo todo, pero, ¿Y si no era así?