Parte 7:Tortura

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Juan permaneció vendado , pero había sido despojado de su ropa.

Al ser recostado en la fría plancha metálica de la camilla, recordó a "Laila" temblar en sus brazos, cuando la alzaba para subirla a la camilla del veterinario para que la revisara .

Aquella desconocida superficie tan fría y lisa y como un espejo horrorizaba a su mascota ya que su patas no lograban fijarse y encontrar el equilibrio tan necesario para su tranquilidad.

Juan se acercaba a su oreja y la calmaba diciéndole -No tengas miedo lalita, yo te sostengo. -Papi se queda con vos hasta que el Dr termine el examen.

Juan no contaba con la suerte de que aquello fuera un examen médico ni de que ella estuviera ahí.

Extendido sobre la macabra camilla metálica extendieron sus brazos y piernas atandolas a cada esquina de la misma.

Introdujeron un trapo en su boca para evitar que se mordiera la lengua y acallar los gritos y comenzaron a someterlo mediante la picana eléctrica, la cual fue aplicada en su genitales, tetillas, abdomen y oídos, luego se detenian y comenzaban el interrogatorio nuevamente .

Querían obtener el paradero del "Rusito" y en qué lugar se encontraba la imprenta.

Juan lo había conocido a través de su madre, ya que este se dedica a la impresión del diario barrial, y en esos tiempos en colaboración con la causa él y el rusito se dedicaban a imprimir los panfletos en la improvisada imprenta que se encontraba en el sótano de la casa de su abuela.

Ante la negación de "cantar", era sometido a un apaleamiento sistemático y rítmico con varillas de madera, en la espalda, los glúteos, pantorrillas y las plantas de los pies convirtirtiendose en una pesadilla rutinaria.

Este tipo de castigo al principio le generaba un dolor intenso , seguidamente se hacía insoportable, hasta que al fin perdía la sensación corporal insensibilizandose totalmente la zona apaleada pero luego al cesar el castigo, el dolor, reaparecía de una forma incontenible.

Repetian esta rutina en forma incansable e ininterrumpida y entre sesion y sesion era despertado de su letargo con manguerazos de agua fría en aquel interminable invierno de 1976.

una noche ante la imposibilidad de caminar por el brutal castigo, Juan fue arrojado a su celda como si se tratara de una bolsa de papas.

-donde esta el candado -Preguntó el turco al "Cura" aquel se había ganado ese nombre por participar en los simulacros de fusilamiento. Mientras los detenidos eran vendados y puesto contra un paredón y el falso cura los arengaba al arrepentimiento de sus pecados, al tiempo que el "Coronel" a viva voz alistaba a los soldados -Preparen armas , apunten armas, disparen

Aquella tortura psicológica era la preferida de aquel verde gusano, que se había ganado el apodo de "El Cura" el cual relataba a sus compañeros que de chico había sido monaguillo, y esa habia sido su vocación frustrada por su padre que lo insto a que se uniera a las fuerzas armadas.

Ante la pregunta del "Turco" el "Cura" le dijo - ¿Que candado?, dejalo asi no ves que este no se levanta más.

Por lo cual de un golpe arrimo la puerta que al golpear contra el marco rebotó quedando entreabierta.

Los otros desaparecidosWhere stories live. Discover now