Parte 10: Apropiación

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En la  mañana siguiente  ingresaron prepotentemente  como solían hacerlo para infundir temor. Aquella ostentación de poder se había convertido en ellos en una  adrenalínica adicción.

Quisieron llevarselos y trate de  protegerlos, me abalancé sobre uno de ellos lastimándolo gravemente.

De  pronto se escuchó el sonido ensordecedor del disparo de  un arma, pero aquello no me detendría se trataba de mis  hijos.

Afortunadamente sus ojos  aún se mantenían cerrados como protegiendolos de aquella horrenda  pesadilla.

Los míos, abiertos en toda su explendor  pudieron ver un grueso aro metálico frente a mi, a  muy corta distancia.

De él impulsada por un explosión seguida de un fogonazo, la  bala describiendo un giro helicoidal, a una extraordinaria velocidad se  eyectó penetrando mi cabeza y haciendo estallar mi cráneo.

Mis  cuatro cachorros fueron metidos en una  bolsa, por aquellos desalmados, y solo uno logró sobrevivir. para más tarde ser apropiado por una  de las tantas familias desaprensivas que se consideraban dueñas de hacerlo.

Lo llamaron "Kaiser", nunca  se sintió a gusto con ese nombre ni  con el riguroso trato con que ellos lo trataban.

A los pocos meses guiado por ese instinto que  tenemos nosotros, huyó.

Anduvo deambulando por ahí, hasta que una  vecina del barrio de mataderos lo adoptó, lo llamo "Sariri"( “El que  continúa”)

El es muy parecido a mi, muy travieso, de pelo negro azabache, y zarco, un ojo  celeste y el otro acaramelado como el de su padre.

Le encanta la naturaleza  y pasa gran parte de su tiempo en el jardín del frente de la casa  mirando pasar la gente, pero solo por una de ellas tiene debilidad.

Los otros desaparecidosWhere stories live. Discover now