Anhelo de campo

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Cuanto extrañaba el campo,

aunque siempre estuvo a mi lado,

lo tenía abandonado.


Hoy me estremezco

con frío navideño

y me acuesto con el canto del gallo.


En cada rincón escucho

el típico aguinaldo

acompañado con el contagioso mambo.


Con el cuatro, el güiro

el bajo y el saxofón alto,

no puedo evitar moverme de lado a lado.


Cómo no extrañar el campo

si nunca falta cariño

en mi pueblo mocano.

Bajo lluvia de pensamientos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora