Capitulo diecinueve.

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Al recuperar la consciencia sintió como su cuerpo volvía a obtener fuerzas y, sus ojos se abrían lentamente debido a que los rayos del sol lo cegaban. Al despertar vio que se encontraba acostado en el suelo. Se levantó de forma lenta, se sentía perdido. Mirando a su alrededor noto que estaba dentro del salón de clases, pero, había algo diferente en el ambiente...; este era el ambiente que él conocía bien.

Se levantó intentando buscar algo que llamara la atención y le diera una señal.

- ¿Quién rayo la pizarra antes de que nos fuéramos? - Preguntó Irina mientras se frotaba los ojos.

- Eso no es lo importante, Bitch-sensei. Acaso no te das cuenta que, no hicimos tanto como para que fuera un teletransporte. - Gruño Terasaka.

- Es verdad, me asuste demasiado solo para esto. - Apoyo Maehara, pues fue el que gritó más alto de todos.

- ¿Oye, soy yo o ahí dice algo? - Pregunto Nakamura- chan que se acercó a la pizarra. - Si, miren chicos. - Aviso para que se acercaran a donde ella.

Todos los alumnos intentaron ver lo que – supuestamente – decía la esquina de la pizarra al lado del dibujo de Koro-sensei.

- ¿"Siempre lo extrañaremos Koro-sensei"? - Dijo dudoso Nagisa-kun.

- ¿Qué clase de broma es esta? - Dijo Karma-kun que comenzaba a sospechar sobre lo que había pasado.

Nagisa ya tenía una idea sobre lo que sucedió, pues un dolor de cabeza más un presentimiento le decía porque se encontraban en el salón. Solo siguió sus instintos y abrió la puerta de manera rápida que llamó la atención de sus alumnos. Corrió a la entrada importándole un comino si se doblaba un tobillo por los tacones.

Al llegar a la entrada comenzó a tratar de abrir la puerta, pero, cuando sacudió esta solo pudo escuchar el sonido de una cadena...; la cadena que tenía colgando un candado.

Él estaba encerrado junto a sus alumnos, eso solo hizo que comenzará a sentir la falta de aire en su organismo.

- ¿Hinata-sensei? - Preguntó Nagisa pues fue el primero en seguirle.

- Chicos - inhalo fuerte. - N-No, chicos, lo siento – dijo mientras empezaba a derramar lágrimas, se culpaba así mismo, pues él sabía que, si hubiera sacado a Okajima antes, ellos no estarían envueltos en toda esa locura.

Sus lágrimas hicieron que perdiera el control de su cuerpo, provocando que cayese al suelo, colocándose en posición fetal, buscando ocultarse, para seguir culpándose sobre lo que acababa de suceder. Se sentía un completo estúpido por hacer todas esas acciones y, de aceptar el trato del gobierno.

Él solo quería verlo una vez más, quería ver a su profesor y sonreír junto a él, disfrutar nuevamente aquellos momentos gratos que obtuvo en su adolescencia. Aunque, seguramente arruinó muchas cosas, recién se dio cuenta de que cambió totalmente la historia, agregó escenas que tal vez sean un problema para él y sus amigos del pasado.

Un tentáculo se acercó a su cabeza llamando su atención, después, le siguieron otros dos que iban dirigidos hacia sus oídos para que escuchara atentamente una voz que lo lograría tranquilizar, así como sucedió en una ocasión anterior.

- Tranquilo, estamos aquí para ti. Cálmate, si te derrumbas tus alumnos también lo harán. ¿Acaso eres la clase de profesor que al ver que lo primero no funciona bien, se rinde al enseñar? Siempre hay una segunda opción, estos alumnos, tus amigos, también pueden hacer algo por sí mismos. Da la orden y la acatarán. - Dijo mientras retiraba sus tentáculos, esos ojos celestes escondidos tras su flequillo, levantaron la mirada y observo a todos y sonrió al ver que cada uno de ellos le miraban con una sonrisa intentando transmitirle confianza, transmitiendo un mensaje de que "todo estará bien".

Profesor nuevo //Karmagisa//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora