Todoroki regresa a su casa familiar con el uniforme roto y lleno de ceniza su hermana le pregunta que ha pasado él cuenta que ha terminado con los dos villanos de su vida. Empieza a desahogarse en su diario contando su larga y torturante lucha por c...
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La ciudad se cubrió de cielos celestes y nubes rosadas. La época de las flores de cerezos regresó y las calles se pintaron con aromas suaves y dulces, una ráfaga delicada de olor a miel y cerezas que provocaba que las personas se tomaran de la mano al cruzar la calle para que su amor no se quedara en el otro lado mientras el semáforo cambiaba de verde a rojo. Los hanamis, las flores rosas y el viento fresco de primavera inspiraban al romance y a decir «¡Te amo!» con las mejillas coloradas y la mirada dilatada. A veces soñaba que ese pasivo «Te quiero, Todoroki» cambiara a un enérgico «Te amo, Shoto» pero supongo que era imposible cambiar el destino. Y escuchar su voz aterciopelada diciendo: «Te amo», no me correspondía, nunca me correspondió pero al final fui el único que logró escucharlo cuando lo dijo. Caminando solo por debajo de las flores rosas medité sobre el significado de las sakura en el Japón antiguo, tenía suficiente libros para entender que los cerezos nos hablaban de que la vida puede ser bella y fugaz. Cuando las sakuras terminan de florecer su vida es cortada con rapidez del árbol por el más leve soplido. Los pétalos rosados flotan a causa del viento como una lluvia triste de flores, es como si fueran kanjis escritos en vertical de un poema trágico; por esa razón se asociaban a los samuráis porque morían con la misma poesía de la belleza del honor, tragedia y melancolía. Una vida joven cortada por la luz de una katana con rapidez. Y así de fugaz, un día de primavera Bakugou Katsuki murió
Midoriya y yo peleábamos contra un villano, lo perseguimos hasta que lo emboscamos en un parque natural donde la gente iba a ver los cerezos florecer, de inmediato el héroe Deku preocupado por salvar ayudó a las personas a evacuar el lugar. Entre tanto mantuve bajo control al villano cambiando mis quirks constantemente de hielo a fuego manteniendo mi distancia. El villano sonriente junto las yemas de sus dedos en un círculo y de ambas manos apareció unas burbujas de cristal que me rodearon entonces Izuku regresó a cubrir mi espalda como si fuéramos un equipo.
-¡Volviste, Izuku! -dije sintiendo su espalda dura como el mármol detrás de la mía. Admitiré que sentir los músculos de sus omóplatos pegados a los míos hizo latir mi corazón a mil hasta creí que éramos mejor dupla que ese famoso «Wonder duo». Me equivoque.
-No te dejaría solo, Todoroki -respondió amable como siempre. Y su rostro se volvió serio ante el villano que teníamos en frente.
El asunto era grave pues no teníamos datos del quirk del villano lo único que sabíamos es que tenía ocho juicios en varias ciudades por asesinato en masa. Tuvimos la necesidad de avisar por radio a héroes con quirk poderosos que estuvieran cerca para ayudar pero en ese momento solo estábamos él y yo. No sé si hay un titiritero moviendo los hilos rojos del destino, si alguien escriba nuestra vida desde el cielo, no sé si los milagros existan pero cuando la situación se salió de control a nuestro «dúo poderoso» el integrante del dúo maravilla apareció. Era su deber cuidar la espalda de su Deku y así lo hizo. El villano nos tenía casi en el suelo, cubiertos de polvo y sangrando casi dando el último aliento. Las burbujas eran de un extraño material lumínico que al reventarlas era como ácido en la piel. Ardía como metal fundido y poco a poco cambiaban su materia y se volvían sólidas. A unos cuantos metros enfrente de mí pude ver a Izuku caer de rodillas al suelo. Una de sus patadas chocó con las pequeñas burbujas de luz que nos arrojaba el villano con sus manos. Las burbujas en un instante quebraron el hueso de su pierna como si tuviera osteoporosis.
