Capítulo 7 "El mundo de la magia"

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— Pero que sorpresa más agradable me has dado mi querida nietecita. – lo dice con un tono de orgullo

Pero que he hecho ¿Qué me está pasando? Yo no tengo magia ¿o sí? No, no puede ser, todo esto es un mal sueño, es una pesadilla, me debí haber dormido en el velorio y todo esto no está pasando solo estoy soñando <<no estas soñando Susana>> esa es la voz de mi abuelo y está sonando en mi cabeza, volteo y lo veo parado al marco de la puerta con una sonrisa en los labios, tiene la misma expresión que mi abuela, que puedo decir tengo congelada la mesa y por poco hago paletas humanas a mis abuelos...

— Yo amm lo siento — digo en voz baja, no sé si me han escuchado pero no sé qué más decir

— No hay nada por que disculparse, tus poderes han salido a la luz, te has tardado bastante pero podrás continuar con el linaje familiar — dice mi abuelo con un tono serio, pero se nota que está feliz — antes que nada hay que llamar a un mago de fuego que nos ayude con este pequeño detalle — y señala la mesa congelada, si creo que no podremos comer aquí. Justo cuando termina de hablar llega Raúl con los platos de comida y la jarra de té, jaja ups creo que tendrán que borrarle la memoria al mesero o algo por el estilo

— Raúl, que bueno que llegas — dice mi abuela, dice mi abuela

— Pero ¿Qué paso aquí? — dice con un tono de sorpresa, inspecciona el lugar y se me queda mirando — Eres una maga de Hielo ¿verdad? — ouu cielos creo que este chico sabe sobre la magia y esas cosas.

— Creo que eso es evidente jovencito y si fuera tan amable de buscar un mago de fuego para poder componer este incidente se lo agradecería — mínimo fue amable con él, pensé que sería descortés y grosero.

—claro señor, de hecho soy un mago de fuego, creo que bastara conmigo para revertirlo — dice muy confiado el mismo, deja la charola en una mesita improvisada que traía parecen tijeras y se abren dejando una tela en medio que sostiene los platillos y la jarra de té, empieza a levantar las manos y de ellas brotan unas pequeñas chispas rojas que se extienden y envuelven la habitación poco a poco, iba a tocar una de ellas pero mi abuela me detiene.

— No son iguales a las de tu madre, estas si te quemaran.

Raúl intenta como por cinco minutos descongelar la mesa y en eso las llamas cesan, se le ve agotado y frustrado, sigo su mirada hacia la mesa que sigue igual que antes, totalmente congelada, ya veo el porqué de su molestia.

— No lo entiendo, debería haber funcionado — se ve las manos y por su frente una gota de sudor baja lentamente, agacha la mirada — lo siento mucho señor, buscare a alguien más capaz que yo dice y se retira. Nosotros nos movemos de mesa porque mi abuela empieza a titiritar de frio y estornuda un par de veces, genial ahora cogerá una gripe por culpa mía.

— Abuelo ¿Por qué no ha podido descongelar mi desastre? — digo un poco confundida, yo no soy poderosa, es más es mi primer hechizo y ha sido sin querer.

— Es un mago clase D, son muy poco poderosos, se agotan fácilmente y son muy débiles en batalla. Hay magos Clase D, C, B, A y AA contando los D como los más débiles y a los AA como los más fuertes, tu abuela es clase B al igual que lo era tu madre. — dice mi abuelo con la voz monótona, me pregunto qué clase de mago será el, que va por que he de quedarme con la duda.

— Abuelo y tu ¡¿Qué clase eres?



*Hola lind@s , espero y para este momento les este gustando la trama de la historia.

Si es así, regalame un comentario con  su opinión, una estrellita y díganle a sus amigos.

Besos y feliz fin de semana.

Lágrimas de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora