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shit | i need it ━━━━•❃°•°•°•°❃•━━━━
BEBER HASTA PERDER LA CONSCIENCIA era uno de mis planes principales que ciertamente se fueron al drenaje cuando tuve que intervenir en una pelea entre Andrew y Michael en el patio de la casa.
—Si que Michael te dió el verdadero golpe.—reí pasando alcohol por una de sus heridas en el ceja.—Creo que cuando esto cicatrice te verás sexy.
—Yo de por sí ya soy sexy, Evie.—rió levemente antes de quejarse por el dolor.
—Ajá, ¿Y puedo preguntar como fue que llegaron a los golpes?—ellos eran amigos inseparables, me resulta difícil creer como fue que ellos hallan llegado a estas alturas.
—Se acostó con mi mejor amiga, nuestra amiga.—bufó.—Cagó nuestra amistad.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y un sabor amargo se instaló en mi boca. Que curiosa era la vida, siento próximo un mismo dilema.
—Woah.—fue lo único que alcance a decir.—¿Y qué harás ahora?
—No lo sé, Michael es un mujeriego y Lana es tan buena que no merece eso.—se encogió de hombros.
—Listo, ya hice mi mejor trabajo.—sonreí mirando la gasa bien colocada en las zonas afectadas.—Debes cambiártela cada cierto tiempo y echarle cremas desinflamatorias.—repetí lo que diría mi papá en situaciones como esta. A veces agradecía haber estado de pequeña en su consultorio observando multiples casos.
—Bien.—se levantó de la taza del inodoro y se dispuso a salir.—Te debo una pequeña.—y salió dejándome sola en el pequeño baño del segundo piso.
Bajé las escaleras observando la multitud y entre esas miradas me topé con mis amigos quienes lucían eufóricos bailando.
—¿Bailas?—un moreno alto me recibió en el inicio de las escaleras, sonriendo y con la mano alzada.
Tomé su mano y dispuesta a tomar el control, como a todo, avance hasta el medio de la sala y me decidí en disfrutar la fiesta.
—¿Cómo te llamas, muñeco?—sonreí. Notando que él parecía ser mayor. Mientras más grandes, más maduros. ¿No?
—Tyler, ¿Y tu?—me miró tomándome de la cintura para obtener mayor cercanía.
—Ev.—no pude terminar ni la palabra cuando sentí unas pulsadas en la espalda. Volteé y me encontré con un triste Peter.
—Ayúdame por favor.—miró cabizbajo. Por lo que me vi obligada a soltar el agarre con Tyler para tomar de la mano a Peter con la intención de alejarme. No sin antes mirar por última vez a mi acompañante.
Lo guié por las escaleras hasta buscar una habitación desocupada. Una vez dentro de una de estás miré nuevamente a mi amigo.
—Bien, ¿Me puedes decir qué sucedió?—hablé con el tono más dulce que pudiera imitar, notando que Peter no estaba en sus totales cinco sentidos.
—Sophia es muy agradable.—inició.—Pero de un momento a otro se acercó demasiado a mi.—frunció el ceño.—Y me quizo besar, no supe como reaccionar, es decir, ¡Tengo 17 años! ¿Cuando aprenderé a besar?—agitó sus brazos con ligera inquietud.—¡Todos han descubierto su vida sexual!—gritó.—te necesito, Evie.
Fruncí el ceño al ver como acortaba nuestra distancia hasta quedar frente a frente.
—Necesito esto.—acercó sus labios a los míos y empezó a moverlos con ligera desesperación absorbiendo los míos con un tanto de rudeza. Su ritmo era más rápido pero en lo que podía trataba de seguirlo. Mordí su labio inferior con intenciones que se calme, y de alguna otra forma lo hizo. Dejando un lento y cómodo beso.
Segundos después me separé para tomar aire y miré directamente a los ojos a mi amigo quién tenía un ligero brillo en la mirada.
—Haremos esto juntos, ¿Te parece?—sonreí y miré los ya hinchados labios de Peter.—tómalo con calma, aprende a disfrutarlo, y evita que nuestros dientes choquen.
Tomé del cabello de Peter atrayéndolo a mi, besándolo por segunda vez, disfrutando de este, él estaba haciéndolo a mi manera.
Una de mis manos empezó a deslizarse por el torso de Peter de una manera sensual, hasta llegar a la altura de sus manos, tomando una de estas y posicionándola en mi cintura baja. Apretando esta con la intensión que el me apegue más. Gemí de satisfacción al saber que así lo hizo, con cierta fuerza bruta, pero me logró gustar.
El calor empezó a invadir el ambiente, y fue así como empujé a Peter a la pared más cercana. Para luego separarme de su boca y dejar besos a lo largo de su cuello hasta llegar al cuello de su camiseta, la cual me empezaba a estorbar.
Miré a Peter quién parecía estar disfrutando la acción. Con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, los cuáles ansiaba volver a devorar.
—Entra aquí primor.—se escuchó una voz y en cuestión de segundo la puerta se abrió revelando a una pareja que al instante de vernos, desapareció.
Crucé miradas con Peter y al instante nos reímos con cierto nerviosismo.
—Creo que es hora de irnos.—dije y Peter asintió para luego salir.
