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shit | begin again
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AL RITMO DE UNA TORTUGA acabó la semana, luego de unos trabajos complejos logré sobrevivir sin faltar ningún día. Tres semanas más y rompes récord del primer mes.
—Felicitaciones Evie.—me aplaudí, al tiempo que dejaba abruptamente mis libros en mi casillero y cerraba este a como de lugar.
—Cuanto desorden Ev, deberías ordenar un poco.—escuché la clara voz de mi amigo a mis espaldas, por lo que lentamente volteé a verlo con una mueca de disgusto.
—¿Es enserio Ned?—crucé los brazos.—¿Me dirás tú a mi sobre desorden?—reí notando claramente la burla de mis palabras. A decir verdad él era de las personas menos impecables que he conocido.
—Bien, tu ganas, cambiando de tema, Peter te anda buscando para que vayan a su casa.—sonrío ampliamente con cierta malicia.
—¿Sucede algo?—cuestioné entrecerrando el ojo con una ligera sospecha y ladeando mi cabeza a un lado.
—Nada.—sonrío caminando en dirección a la salida.—¡Está en la cafetería!—gritó antes de desaparecer de mi campo de vista.
Solté todo el aire retenido en mis pulmones y, con el bolso en mano, caminé hasta donde se encontraría Peter.
Desde lo lejos reconocí el cabello castaño de mi amigo, su vista centrada en uno de sus libros y su espalda erguida era lo que más le caracterizaba.
—Hey Pet.—hablé una vez cerca recibiendo su total atención.—¿Nos vamos?
—Claro.—sonrió mostrando su perfecta dentadura. Una de las pocas cosas que me llamaban la atención de Peter, lo cierto es que siempre he tenido un complejo por los dientes ya que cuando era niña los míos eran los peores. Y debía usar brackets, cosa que odié.—¿Puedo preguntarte algo?
—Ya lo hiciste.—reí al tiempo que salíamos de las instalaciones de la secundaria. Las mejillas de Peter se inflaron sin apartar su vista de mi.—Bueno, hazla.
—¿Hoy me ayudarás a ver a mi crush?—había olvidado por un momento el hecho que el crush de Peter era Anastasia. Por primera vez sentía que mi amigo era una competencia, un obstáculo. La chica me llamaba la atención, demasiado, su rubio cabello y sus curvas eran mi estereotipo de mujer favorito. Aunque obviamente ella no estaría interesada en un par de adolescentes, ¿O si? Acaso su comportamiento del viernes pasado habían sido suficiente para despertar una pasión en mi.—¿Evie?—la voz de la vecina de Peter era candente, ronca, mimosa, sin contar con su sonrisa de lado, ojos claros, hasta su nombre era perfecto.—¡Evie!
—¿Qué?—pregunté sobresaltada dándome cuenta que me había sumergido en mis pensamientos.
—No respondiste mi pregunta.—abrió los ojos y arqueó su ceja.
—Claro que te ayudaré a verla.—mostré mi mejor sonrisa de lado. Miré las calles ubicándome, dándome cuenta que faltaban unas pocas cuadras para llegar al edificio de Peter.—Tengo ganas de una deliciosa sopa de la tía May, Pet.—mentira.
—Yo también, solo la prepara cuando tu vienes los viernes.—río seguido de mi.
Me apegué más a él, envolviendo mi brazo con el suyo y apoyando mi cabeza en su hombro. Suspiré, por como se encontraba en sol, era fácil de deducir que pasaban de las 5 de la tarde, desventajas de ir caminando a la casa de mi amigo.
—¿Por qué tiene que gustarte?—.
—¿La sopa?—fijé mi vista en Peter notando que mi pregunta la había hecho en voz alta. Negué ignorando el hecho que podía haber sido bastante obvia y permanecí en silencio hasta llegar a su casa.
