Es inevitable dejar de pensar en alguien que dejó marcada sus cartas en el fondo de tu alma, que dejó impregnado la perfección de su caligrafía en tu mente y consiguió que todas sus palabras se grabaran en el corazón, ya son 56 días que llevo intentando cambiar todo esto y al final, cada día es un intento vano.
Y es la espera la que desespera, miro pasar los días sin hacer nada, cada día el sol alumbra y calienta más, pero aún siento frío.
Es inútil pensar que volveremos a ser lo que fuimos o por lo menos intentar revivir algo, y no es porque yo lo diga, es simplemente por el hecho de que no lo desea tanto como yo. Si existiera la posibilidad de que ella me lo pidiera, lo dejaría todo tan solo para mirar sus ojos de nuevo y senti que mi mano encaja perfectamente con la suya.
Pero ya han pasado 56 días y es el sueño que ha vivido dentro de mi cabeza, tan sólo soy un tonto soñador que intenta todo y no consigue nada, ni para el olvido, ni para el amor.
Un tonto que vive en el limbo de la fantasía y lo real.
Ya son 56 días y esto no va a terminar...
