1-DOMINGO:

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-Hace demasiado frío ¿No te parece? -Mía hunde sus manos aún más dentro del abrigo beige que cubre casi en su totalidad su cuerpo y su boca deja salir una nube de vaho que adorna sus palabras.

-Estamos en pleno invierno ¿Qué esperabas? -Digo mirándola y abriendo la puerta del café al que tanto insistió en visitar. -Además, ya llegamos a tú preciado lugar.

-Bueno, entra antes de que me muera de hipotermia aquí afuera.

Lanzo un último suspiro cansado y entramos al lugar. Mía puede ser muy exagerada cuando se lo propone.

-Y... ¿Qué cara puso tú padre cuando vio el resultado de tú prueba de admisión?

- ¿Por qué lo mencionas? En serio quería disfrutar de un día sin tener que escuchar la palabra padre. -Digo recordando la última "conversación" que tuve con mi papá. Él a veces puede llegar a ser un gran idiota cuando se lo propone, y créanme que conmigo no hace una excepción. -Simplemente me dijo que debía esforzarme aún más.

-Tienes que estar bromeando, por vida de cristo, estamos hablando de Brown. ¿Cómo alguien puede simplemente dejar pasar el hecho de que a su hija la aceptaran en Brown?

-Estamos hablando de Oliver Whitehouse, él no se conformará con cualquier universidad de moda. -Intento imitar su voz para hacer énfasis en la oración que tantas veces he escuchado.

-Sí, estamos hablando de tú padre, no de un neurocirujano con obsesión a su trabajo. ¡Debería felicitarte y llevarte de compras a un lugar costoso!

- ¡Oye! Eso es ofensivo ¿De acuerdo? El hecho de que sea rubia y mi padre tenga dinero no quiere decir que sea tonta y con el coeficiente intelectual de una mosca. -Le recrimino. -Lo gracioso de todo es que tú familia también tiene dinero y tú también eres rubia, así que no deberías ir por la vida denigrando o juzgando a los demás.

-Lo siento cariño, pero si lo vez de mi lado, eres uno de los mejores promedios de toda la escuela, esto es simplemente una broma.

-El segundo mejor promedio.

Una voz, que definitivamente no pertenece a ninguna de nosotras, deja salir las palabras que más tormento podrían causarme. Volteo mi vista hasta la persona causante de mi próximo dolor de cabeza y futuro tormento antes de dormir, y como la vida me ama, no es nada más ni nada menos, que el chico más tonto (no es cierto es súper inteligente), imbécil, presumido y detestable de toda la raza humana y cualquier ser vivo en toda la historia. Park Olsen. Y para que lo entiendan mejor, él es el mejor promedio y mi mayor pesadilla.

- ¿Quién diablos dejó salir al ratón de su laboratorio? -Mia levanta su vista y le dedica una de sus tan populares y poco amistosas miradas de muerte al recién llegado. - ¿No deberías estar mezclando alguna cosa para inventar la Kryptonita?

-Solo para que entiendas, la Kryptonita es un mineral ficticio que solo fue creado para aparecer en los comics y las películas de Superman. Mejor deja de intentar parecer alguien culto y dedícate a lo que mejor sabes hacer, ve a comprar alguna falda rosa. – El idiota de Park mira con superioridad a mi amiga y saca una libreta de su bolsillo trasero. - Como sea, no vine aquí para darles clases de minerales ¿Ya saben qué diablos van a ordenar?

-Así que trabajas aquí ¿Eh?

Conozco lo suficiente a Mia como para saber que algo está tramando, y para la mala suerte de Olsen y mi satisfacción, sé que no va a disfrutar mucho de las siguientes palabras que puedan salir de la boca de la rubia a mi lado.

La ciencia del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora