4-MIERCOLES:

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- ¿Cómo es qué un helado te ayuda con tú proyecto?

-Aunque no lo creas, sí lo hace, así que deja de preguntar y terminemos para poder seguir con el tuyo.

Luego de la escuela, Park me dijo que me invitaría a comer helado, pero únicamente con el propósito de conseguir información para su proyecto, yo acepté, aunque todavía no entiendo cómo lo puede ayudar comer helado conmigo y lo absurdo de todo es que no hemos tocado el tema de los proyectos, desde que llegamos solo me ha hecho preguntas tipo: "¿Cómo estás?" y "¿Cuál es mi canción favorita?" En serio no lo entiendo, es decir, ni siquiera tienen sentido o coherencia.

-He comenzado a crear diferentes teorías con base en las pocas cosas que me has dicho sobre tu trabajo.

Park deja de comer su helado y me mira con una mezcla de diversión e intriga.

- ¿Ah sí? ¿Cómo cuáles?

-Bueno... Primero pensé que podría tratarse de la ayuda humanitaria, porque me estas ayudando con mi proyecto, después pensé que podría ser acerca del espacio personal y, por último, pero no menos importante, de los lácteos.

La carcajada no tarda en aparecer apenas termino de expresar mis teorías. Puede que él y yo estemos pasando tiempo juntos, y que nos riéramos en diferentes ocasiones, pero aun así juro que no me puedo acostumbrar a escuchar la risa de Park; es tan profunda y verdadera que pareciera ser la primera vez que la escuchas no importa cuando.

-Ahora yo te preguntare dos cosas a ti. –Dice luego de lograr calmar su ataque de risa. Hago un asentimiento de cabeza para comience y vuelvo a comer mi helado, pero aun mirándolo. –La primera es ¿Por qué pensaste que se trataría de lácteos? –Al terminar la pregunta, veo como sus comisuras se elevan, pero el inmediatamente intenta controlarlo.

-En realidad, debo de confesar que esa idea solo vino a mi mente hace unos minutos atrás, pues como veras, tu no me has dado mucha información que digamos.

-De acuerdo, y la segunda pregunta... -Toma una cucharada de su helado y una sonrisa, que de la única forma que puedo clasificar es como picara, se dibuja en su rostro. - ¿A qué viene lo del espacio personal?

-Bueno... Pues... Es que cada vez que...

- ¿Si?

Mi rostro entero se enciende y mis manos sudanexageradamente ¿Por qué me cuesta tanto preguntar algo? Mejor formulado ¿Porqué me avergüenza preguntar? 

-Porque cada vez que tienes la oportunidad terminas irrumpiendo mi espacio y terminamos con demasiada cercanía.

No crean por un segundo que lo estaba mirando a la cara cuando dije eso. No, ni en un millón de años. Mis ojos estaban cerrados (aun lo están), mi cara mirando hacia abajo (aun lo está) y mis manos jugando nerviosamente con el borde de mi uniforme, y por si se lo preguntan, aun lo hacen.

-Oh, ya veo, era por eso... -Al escuchar el total cambio en su voz, levanto mi cabeza y busco su mirada. Su expresión ahora es muy diferente, ya no hay diversión, esta fue reemplazada por seriedad. –Discúlpame si llegue a actuar de forma acosadora, no era mi intensión incomodarte.

Mierda, ahora lo hice sentir mal. ¡Amelia, eres una estúpida!

-No, no se trata de eso, en ningún momento me has incomodado. ¿Sabes qué? Olvídalo. Solo soy una tonta.

Sus labios se curvan y el alivio me invade. –No eres una tonta, yo lo consideraría más como tierno. Sí, eso eres, eres muy tierna.

-Eres la primera persona que me ha dicho eso. –Digo sonriéndole de vuelta.

La ciencia del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora