6- VIERNES:

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-No estés nerviosa, los vas a destrozar a todos y cada uno de ellos. -Mia me regala un masaje en mis hombros, intentando eliminar todos los nervios y la tensión que se ha apoderado de mí en las últimas horas.

- ¿Qué pasa si mi análisis no es lo suficientemente bueno como para que ellos lo aprueben? ¿Qué ocurre si vomito a mitad de mis palabras? –Pregunto cada vez más nerviosa.

-Primero, estoy segura de que tu análisis es perfecto y segundo, si vomitas lograras crear más expectativa en cuanto hablamos de tu discurso. –Bromea. Pero al ver mi cara completamente horrorizada, suelta un suspiro y me abraza. –Oye, lo harás increíble y todos te van a aplaudir.

Decido que es mejor para mis nervios creer en las palabras de Mia e intento disipar el remolino que me está absorbiendo. –De acuerdo, tienes razón, me van a amar.

-Eso es, dilo, créelo y vívelo.

- ¿De dónde esas palabras tan profundas? –Pregunto intentando aligerar el ambiente que yo misma he creado.

-Pues, son mías, me mandaron a crear un mantra personal y ese fue el primero que vino a mi mente.

-Gracias por acompañarme y por soportarme, no debo ser la mejor compañía en estos momentos. –Digo un poco avergonzada por mis nervios.

-No hay de que, cariño, siempre que me necesites. –Dice y me guiña un ojo.

La orientadora Turner aparece frente a nosotras y me señala haciendo una seña que solo puedo interpretar como si quisiese que me acercara a ella. Le doy un último abrazo a Mia y me dirijo hacia mi profesora de orientación, o como yo lo veo en estos momentos, mi enemigo.

-Amelia, necesito que te prepares, luego de que Tim termine con su presentación será tu turno.

-De acuerdo, yo estoy lista y todo lo que necesito se encuentra aquí. –Digo alzando un pequeño dispositivo USB con toda mi presentación.

-Excelente, quiero que te pares justo acá y cuando escuches tu nombre vaya a el centro ¿De acuerdo?

Doy un asentimiento de cabeza y eso en suficiente para que mi profesora desaparezca de mi lado y cruce la habitación hasta estar en el mismo atril que el director suele usar para las reuniones mensuales con el alumnado.

Mi corazón comienza a palpitar muchas rápido ycomienzo a halar de borde de mi uniforme nerviosamente. 

Veo como las imágenes de la presentación de Tim pasan más rápido y como su gesticulación va en descenso conforme habla. Ya va a terminar. Ya va a ser mi turno. Creo que me voy a desmayar antes de si quiera llegar al centro del gimnasio.

Puedo ver la multitud de estudiantes en las gradas y también puedo ver la mesa con todos los profesores justo en frente del lugar donde muy pronto yo me encontrare.

Una mano toma mi hombro y automáticamente me volteo. Park aparece frente a mí con una gran sonrisa que hace que mi corazón ralentice su ritmo nervioso y acelerado.

-Hola.

-Hola. –Digo devolviéndole la sonrisa.

-Solo vine a desearte suerte, aunque seamos sinceros, no la necesitas. Lo harás...

-Perfecto. –Digo intentando convencerme y a la vez cortándolo.

-No. –Lo miro directamente a los ojos sin entender nada. –Lo harás real.

Me da un suave y rápido beso en los labios y me acaricia el rostro.

Nuestro momento se ve frustrado cuando la voz de la señora Turner invaden todo el lugar. –Gracias por compartir con nosotros tus ideas, joven James. Ahora, recibamos a la señorita Amelia Whitehouse y su presentación sobre la sabiduría humana. -En el momento en el que lo dice, el nombre de mi proyecto aparece en una pantalla justo detrás de ella. – Adelante, señorita.

La ciencia del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora