Gravity Falls: La venganza es la Clave.

"Un nuevo comienzo" (4/4)

En una escuela de Piedmont, California. 12:00 a. m.

—Bien, estamos aquí, ¿cuál es el plan, Ray? —preguntó mi hermano con una linterna en su mano, seguido por detrás por el club. Yo estaba junto a Ray.

—Primero ubicamos al ente maligno, luego tratamos de hacer contacto con él. En caso de ser peligroso, ya saben lo que tenemos que hacer.

Ray es un poco... extraño. Su comportamiento varía, desde ser muy sensible hasta ser duro como una roca; es como si su personalidad fuera sumamente flexible. Jamás he sabido si fue cobarde alguna vez, pero, por lo que he visto, su valentía es infranqueable...

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La convivencia con Ray era maravillosa, cada vez que necesitaba ayuda ahí estaba; cuando caía nuevamente en las garras de la tristeza y la desesperación, me animaba y me recordaba que tenía que sobrepasar la adversidad; cuando los chicos se acercaban, con tan solo una mirada, Ray los alejaba; cuando me metía en problemas, Ray me libraba.

Siempre estuvo ahí para mí, incluso en cosas cotidianas y sencillas.

Si tenía un proyecto escolar complicado, él estaba en la puerta, diciendo que venía a visitarme y me preguntaba que si necesitaba ayuda. De hecho, por eso mismo, Dipper empezó a creer que me vigilaba de cerca; pensó en micrófonos o cámaras ocultas.

Siendo honesta, sí era demasiada coincidencia el hecho de que él supiera de repente tantas cosas que sonarían imposibles que él supiera; tenía miedo de que mi hermano tuviera razón. Nos pusimos a indagar en todos lados: la mochila, el cuarto, los cuadernos, la ropa, los mismos proyectos que eran maquetas, investigaciones, obras de la clase de arte..., pero nada.

Ante eso, pude sentir el alivio de que al menos no tratábamos con algún tipo obsesivo o enfermo, eso sí, seguía siendo muy sospechoso el hecho de que Ray siempre apareciera cuando teníamos complicaciones..., aunque viéndolo de otro modo, eso era casi todos los días. Al final, nos terminamos por resignar y creer que Ray solo quería estar pendiente de mí al venir casi todos los días a la casa.

Así que era raro el día que no estuviera conmigo; íbamos juntos a todas partes y siempre traíamos a Dipper con nosotros.

De vez en cuando, el club de mi hermano nos acompañaba, eran unos nerds también, excepto Marcus, él era extrovertido. Lo bueno de su grupito era que nadie se fijaba en mí.

En otras circunstancias, Ray incluso me acompañaba cuando salía con mis amigas y, no es que él me lo pidiera, es que él era genial cuando se trataba de escoger ropa y conocía muchas cosas que yo ignoraba; insistía en que no era modista o algo por el estilo, pero que supiera tanto sobre moda y cosas que cualquiera pensaría que son femeninas, pues era asombroso.

Así había pasado la gran parte del año que era en ese entonces 2014.

...

A mediados del siguiente año, los sucesos paranormales habían aumentado en la escuela: había más casilleros abiertos, algunos terminaban en el piso de forma violenta, ciertos alumnos veían escritos como: "Él ya viene..." o "La destrucción es inminente.", frases terroríficas como esas y todo apuntaba a...

—¡El mismo espectro oscuro!

Dipper señaló una pizarra con muchas anotaciones, en ella había muchas flechas rojas apuntando a una foto negra..., al menos yo no veía nada en esa fotografía.

Estábamos reunidos en un salón de clases de tercer año de preparatoria, ya era tarde, como las 5:00 p. m. Éramos las únicas personas presentes en la escuela, excepto por el director y uno que otro maestro, al igual que adolescentes que les gustaba quedarse hasta tarde, ya sea por alguna actividad o porque les desagradaba su hogar, no lo sabría a ciencia cierta.