Capítulo 19

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27 horas de vuelo con BTS a apenas dos días del concierto. No debería ser legal. Ni para ellos, que no van a poder superar el jet lag, ni para mí. Aunque lo peor es tener que compartir todo ese tiempo con la indiferencia de Jungkook. Creo que, con tal de no sentirla, voy a dormir durante todo el vuelo.

"Beca, no seas idiota. Si te comportas así esto solo va a ir a peor. Tienes que enfrentarle".

Por un momento me siento decidida, fuerte y valiente. Aunque toda esa valentía se evapora un poco cuando subo al avión y veo que ya están todos sentados.

"Vamos, tú puedes".

Localizo al castaño al fondo del avión, en dos asientos individuales que están enfrentados. Por suerte, no hay nadie en el asiento de enfrente, así que voy decidida y coloco mis cosas. Saco una bolsa con los regalos que, finalmente, compré a Suga y a J-Hope para hacer tiempo mientras me decido a preguntarle qué narices le pasa. De momento no se percata de mi presencia porque está distraído con el móvil. Mejor.

—Hola.

Estupenda primera palabra para iniciar una conversación. Lo mío es la imaginación, desde luego.

Jungkook alza la vista del aparato y yo le sonrío, más nerviosa que otra cosa, mientras sigo fingiendo buscar algo en mi bolsa.

—Emm... Hola —responde, tenso, y comienza a mirar en todas direcciones, buscando otro asiento libre. Creo que me hago más pequeñita en ese momento—. Esto... voy a... buscar otro sitio. Aquí da mucho el sol.

De no ser por lo que me duelen sus palabras, me parecería tierna su explicación. Una que no tendría por qué haber dado si hubiese querido seguir con su indiferencia.

No le dejo irse porque le sujeto del brazo antes de que lo haga. Ignoro la sensación de su calor bajo mi palma y me obligo a mirarle a los ojos.

—Me estás evitando, Jungkook —afirmo, sin atisbo de duda—. ¿He hecho algo mal?

"Apartarte, Beca. Estuviste a punto de besarle y te apartaste". Pero eso está bien, ¿verdad?

Quizá lo que pasa es, precisamente, que se ha dado cuenta de que iba a besarle y es su manera sutil de decirme que no soy correspondida. Otra punzada en el pecho.

—Nada —responde, moviendo su flequillo en cuanto gira la cabeza, y se suelta de mi agarre.

Debería estar contenta porque, que no sienta absolutamente nada por mí, facilita muchísimo todo por lo que me estoy preocupando tanto. Mi trabajo, mi vida. Mis principios.

"¿Cuáles son tus principios?".

Suspiro y cojo la bolsa con los regalos de los raperos. Los localizo en el otro extremo, justo al lado de donde Jungkook está agitándose nervioso ante Jimin, agarrándole del brazo para que se levante del asiento. Intento ignorarle todo lo que puedo y me acerco a los chicos, que ya se están preparando para dormir.

—¡Felicidades, oppas! —digo, con una enorme sonrisa que no es más que una fachada, levantando los dos regalos en alto. Suga y J-Hope me miran, el primero llevándose la mano a la cara, avergonzado, y el segundo sonriendo.

—¡A ellos sí y a mí no! Me parece fatal, Lebeca —grita Jin, indignado. Nadie le hace ni caso, aunque sé que ha dicho mi nombre completo adrede para conseguir lo contrario.

—¡No tenías por qué, Beca! Pero me gustan los regalos —dice el bailarín, cogiendo el paquete que está de su lado. Suga ni si quiera se mueve.

—Vamos, Suguita, es una tontería, pero quería tener un detalle con la persona con la cara de asco más bonita del mundo —digo, y alza la mirada—. Exactamente esa. Vengaaaa —le pido, y coge el regalo a regañadientes, aunque veo que está sonriendo ligeramente.

Focus - jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora