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NamJoon creía conocer lo que era el amor. Luego de escuchar mil y un historias sobre él y lo que hace con tu corazón y tu cabeza, NamJoon creía que estaría listo para cuando le tocara.

Se equivoco en grande.

Nadie le advirtió que el amor se manifestaba en formas diferentes para cada persona. El esperaba saber que estaba enamorado al instante y entonces todo andaría tan bien como él lo había planeado.

Pero allí estaba ahora, en medio de una crisis luego de un simple sueño. Pero no era tan simple como a él le gustaría pensar. Fue un sueño intenso y casi lo sintió real.

En su sueño, estaba en su habitación; en su cama, vistiendo solo sus calzoncillos grises. Era un escenario común, pero con la diferencia de que no estaba solo en su habitación. TaeHyung -Kim TaeHyung, el mejor amigo de su hermano menor- estaba con él; en la cama; con el pelo revuelto; la mirada dulce y completamente desnudo.

-¿Dormiste bien? -le preguntaba a TaeHyung.

-Lo hice -y mientras Tae pronunciaba eso, se acercaba hasta besarlo.

Y fue ese beso lo que lo escandalizaba, el beso y lo calido que se sintió, lo mucho que su estómago hormigueó y la forma en que su corazón latió.
Entonces se despertó, agitado y de alguna extraña forma, excitado ante el recuerdo del sueño.

El hecho de fantasear con un chico que era seis años menor, lo hizo sentirse abrumado. TaeHyung era apenas legal, llevaba sólo tres días con dieciocho años. NamJoon incluso estuvo en su fiesta, porque, maldita sea, ellos eran como hermanos.
TaeHyung y JiMin eran amigos desde los doce y NamJoon lo conocía desde entonces; desde que era un insoportable niño al que tenía que ayudar con la tarea.

NamJoon no podía tener esa clase de sueños con TaeHyung y mucho menos cuando TaeHyung dormía en la habitación de al lado junto con JiMin.

Durante el desayuno, NamJoon le prestó tanta atención a TaeHyung que fue casi doloroso. Es que, jamás, nunca, ni en sueños -aunque esa frase ya no aplicaba-, antes se había detenido a apreciar al menor con tanto detalle.

Ciertamente, Tae había crecido y había crecido bien. Ya no era el chico de catorce años con algo de acne, gafas gruesas y voz irregular -a veces más grave, otras veces bastante aguda-, ahora ya estaba en lo último de su adolescencia y era un muchacho atractivo. Bueno, su hermano también lo era, pero no le gustaba pensar en JiMin como en alguien atractivo; porque, bueno, era su hermanito y los hermanos no se dicen cosas lindas.
Pero, pensar en Tae como en alguien atractivo, se sentía tan incorrecto como con JiMin, pero una parte de él, muy en el fondo, le recordaba que Tae no era su hermano; TaeHyung sólo era el amigo de su hermano.

Y ,aunque legal, bastante menor.

NamJoon incluso tuvo problemas para darse cuenta que JiMin le estaba hablando.

-¿Qué dijiste? -le preguntó a su hermano.

JiMin rodó los ojos- pregunté si me prestas el auto, con Tae queremos ir al cine.

-Puedo llevarlos -Dijo.

-¡Hyung! No tengo trece, no le va a pasar nada a tu auto.

-No más de lo que le hizo NamJoon hyung -se burló Tae.

JiMin chocó los puños con el castaño y se rieron. NamJoon también sonrió, muy forzado. No le hacía gracia que se burlaran de la gran abolladura que tenía su auto.

-Sólo fue una vez -se defendió- podría pasarle a cualquiera.

-Si, pero no cuando está estacionado-rió JiMin.

Bien, fue un pequeño descuido el olvidarse poner el freno de mano al estacionar. Ese día NamJoon había bajado a comprar unas cosas y desde la tienda escuchó el impacto. El auto estaba en la cima de una bajada y sin ningún coche detrás y se había deslizado toda una calle hasta impactar contra un poste de luz. Luego de eso, NamJoon no condujo por seis meses.

-Sólo por eso, no te lo presto. Suerte yendo en autobús -el mayor estaba levantándose de la mesa, cuando el menor de los tres habló.

-Hyung, por favor, haremos lo que sea-dijo Tae.

NamJoon los había llevado al cine, habían visto la película y NamJoon había conseguido algo dinero y un montón de promesas por parte de los menores, por lo que había sido una buena tarde.

Pero en el camino de vuelta a casa, NamJoon estaba distraído y eso era un problema porque estaba conduciendo. Pero, no podía dejar de pensar en Tae y las formas en que lo miró durante toda la película. Le asustaba pensar que había mirado a TaeHyung larga e intensamente. Ayer ni se le hubiera pasado por la cabeza ver los ojos de Tae y darse cuenta que tenía pestañas oscuras, cortas y rectas.

Tae y JiMin reían y peleaban en el asiento de atrás. A NamJoon le pareció que la risa de Tae era preciosa.

Y lo siguió pensando aún cuando dejó a TaeHyung en su casa.

Oh, pretty baby -VMon/NamTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora