Quinto Capítulo

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Jimin llego a casa, su madre al fin había llegado, le vio y miro a otro lado, suspiro casado de eso.

—Voy a mi cuarto.

Su madre no respondió y no lo espero, tomo su teléfono seguro de lo que haría, su padre no demoro en responder.

—¿Qué paso hijo? —cuestionó.

—Quiero irme a vivir contigo, ella ni me habla y siento que es lo mejor —murmuro, su padre pensó un momento.

—Mañana voy por ti, recoge una maleta.

El ese día guardo sus cosas, su padre se encargaría de las cosas relacionadas con el instituto y sabía que lo mejor era eso, irse.

Jungkook ese día no despertó y con el paso del tiempo estar cerca de él se sentía diferente, ya no estaba esa calidez.

Al otro día ninguno de los cuatro asistió a sus deberes.

Su padre llego en la tarde, su madre por suerte estaba ahí, le vio, la maleta en mano.

—Voy a vivir con papá —anuncio, la omega quiso decir algo, pero no tenía fuerzas, su cuerpo estaba dejando de ser el de antes, su peso había disminuido, sus días estaban tan oscuros y su voz se había marchado.

Al igual que su lobo, el cual había muerto.

El menor salió sin esperar una respuesta mirar bien a su madre, entro al carro de su padre y partió.

Jamás le llegó la noticia que solo un par de semanas después su madre había muerto.

Jungkook despertó a eso de las 6 de la tarde, le dolía la cabeza, dio un quejido y en menos de un minuto Namjoon estaba ahí.

—Me duele la cabeza —dijo con voz un poco ronca, el mayor asintió y buscando en las cosas del pálido encontró algo, no demoro y las dio.

Yoongi no demoro y al salir del baño fue hasta donde el menor, en la habitación continúan a la de él.

—Jungkookie —se apeno del mote que uso y simplemente se tiro a los brazos del menor. Este le tomo de la cintura, respirando el olor del alfa, se sentía tan reconfortante y se encontró enterrando el rostro en el cuello del su hyung.

Yoongi se sintió extraño, pero a la vez sentía que eso era lo correcto, podía sentir las fermonas del menor más fuerte, tratando de someterle.

—¿Qué demonios? —el mayor estaba estupefacto ante la escena y al notar las intenciones del menor, los ojos del menor le vieron y un gruñido fue recibido.

—Nam, sal un poco —fue Yoongi quien hablo, había sentido como su lobo estaba ya sometido por el del menor, pero nada sexual.

Este salió y el agarre del menor se afianzo, su nariz enterrada en el cuello, su dolor de cabeza se había ido.

—Jungkookie, soy alfa, tú debes de someter a un omega —susurro, pero en contra de sus propias palabras se apretó más al cuerpo del menor —. Mocoso abusivo.

—Eres mi calmante hyung —delato, Jungkook suspiro tratando de sentir algo, mas solo le llegaban ganas de ir a una fiesta, tomar y tal vez drogas.

—Hgh —suspiro el mayor —parezco un jodido omega así —se quejó.

—Mi omega —la voz fue potente, demandante y con aura tenebrosa, el mayor hasta se estremeció.

—Para tu carro Kook, soy alfa —le recordó dándole un golpe en el pecho, más la mano del menor tomo la pálida y la llevo a su cintura aprisionándola ahí.

—Cállate Yoongi, tu lobo ya me acepto y ahora eres mi alfa sumiso —la voz fue dura, con enojo y el agarre fue más fuerte, Yoongi sabía que marcas no tardarían en salir, pero él lo sabía, su alfa, su lobo se había sometido ante el de Jungkook que se había vuelto tan poderoso de un día a otro y la actitud del menor no era para nada la de días anteriores, todo lo delataba.

Su sonrisa ya no era esa tierna, no mostraba adorablemente sus dientes de conejo, era sexi, superior, sus ojos ya no tienen ese brillo y podría jurar que eran tan negro que se perdía en la oscuridad intensa, sus roces eran bruscos y demandantes, habían perdido la calidez y la suavidad, su alrededor se sentía fúnebre, peligroso, frio, nada que ver con la calidez y felicidad que era normal. El había cambiado y él podía jurar que era gracias al rechazo, como si algo hubiese muerto en su amigo.

...

Jimin había tenido una buena estadía ahí, su padre le quería mucho y verle feliz solo le hacía más feliz, su mente muchas veces divagaba en su amigo, al cual ya iban para dos años sin verle, aun recordaba los buenos momentos, las tantas aventuras juntos, podía sentir como su omega aun sufría, pero el realmente había disfrutado, había tenido varias aventuras con alfa y uno que otro beta.

Pero el anhelo jamás había parado se estar ahí, pulsando e instándole a regresar, a tomar y aceptar a ese alfa, a su alfa. Pero el sabia que ese lazo ya no existía, había muerto en el mismo momento en el que él lo rechazo, algo de lo que en esos momentos empezaba a lamentar y arrepentirse.

Dos años en los que no supo nada de su madre, primero había estado marcándole, él sabía que debía haber pasado por malos momentos y ahora planteándose mejor los sucesos él supo que jamás debió dejar sola a su madre, la omega que le dio la vida y todo por él, él había entendido que los últimos comportamientos de su madre eran algo normal y una muy mala señal, ya que había perdido algo que podría tener repercusiones muy malas.

Había tomado la decisión de regresar, necesitaba solucionar las cosas con las personas que había dejado atrás, el realmente esperaba que las cosas con su madre, quien dejo de llamar y después no respondió se solucionaran. Jungkook era algo que realmente debía solucionar, él sabía que el lazo se había roto, pero no sabia demasiado de ello, por eso se encontraba justo en la biblioteca, con un libro de lazos abierto y mil preguntas que no tenían respuestas, suspiro.

Dark Wolf [Kookmin/Kookon] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora